Ahora, a luchar juntos contra el coronavirus y salvar vidas

Trump puede pasar a la historia como quien abandonó a la nación en un pantano horrible de enfermedad y muerte

Cuando es momento de luchar juntos contra el coronavirus y salvar vidas, cuando la mortandad y el duelo rompen todos los récords, la historia nos da un golpe y nos recuerda el momento en que vivimos.

El interregno.

Entrega del poder

Este período entre las elecciones y el día en que el nuevo presidente toma posesión o inicia un segundo período. Por lo general un tiempo de cambios, transición, creatividad y entusiasmo. 

Por el contrario, vivimos ahora este lapso cuando el actual gobierno aún se niega a reconocer su derrota,  insiste sin evidencias en que hubo fraude masivo y parece haberse paralizado con respecto a cualquier otro tema.

En el interín, se niega a facilitar a quien lo va a reemplazar la información y el espacio necesarios para comenzar el proceso y prevenir un caos histórico el 20 de enero. 

Esperemos que los ánimos se calmen y se inicie un ordenado proceso político de entrega del poder. Aunque conociendo los antecedentes de Donald Trump y el proceso histórico por el cual se forjan las dictaduras en los tiempos modernos, es poco probable.

Es poco probable que Trump conceda y se vaya, es poco probable que los dirigentes del partido Republicano – Mitch McConnell, Lindsay Graham, Ted Cruz y otros – dejen de pensar que les conviene mantener el poderío de Trump. Que él trabaja para ellos, cuando en realidad ellos son los facilitadores de su poder.

Pero no hay razón por la que mientras esté en el poder, la administración Trump no gobierne en bien de la población. Por lo menos en un tema. 

Porque no existe un tema más urgente o dramático que detener la expansión del COVID-19. Está haciendo estragos en casi todos los estados. La cantidad de nuevos enfermos, la de internados en hospitales, rompe récords casi cada día.

Hay demasiados muertos. Y habrá muchos, muchos más. 

Fin a la campaña electoral

Se esperaría del gobierno que al menos en este ámbito, diese fin a la campaña electoral.

Que reconozca la necesidad de un plan de contingencia federal apto para esta emergencia.

Que colabore con el equipo de expertos ya armado por el próximo gobierno.

Que acelere la distribución de fondos a los estados, de equipos a los hospitales, de máscaras.

Especialmente, que cese la inexplicable y fetichista hostilidad a la máscara como principal elemento de contención de la mortal pandemia. 

Esto no está sucediendo. 

No es tarde para el cambio. En el gobierno de Trump han ejercido, en condiciones casi insostenibles de hostilidad por parte del mandatario y sus seguidores, epidemiólogos serios y expertos como el Dr. Anthony Fauci y la Dra. Débora Birx.

Deben seguir cumpliendo funciones de liderazgo en el nuevo período, porque saben dónde están desplegados los recursos.

De igual manera la distribución de la futura vacuna ha estado en manos de las Fuerzas Armadas al mando del general Gus Perna. Han desarrollado un plan para que ésta llegue con la rapidez posible a quienes más la necesitan.

Luchar juntos contra el coronavirus

Y aunque Trump esté haciéndolas de compadrito, y con crueldad amenaza no permitir la distribución de la vacuna en el estado de Nueva York hasta que su gobernador le rinda pleitesía, la rápida distribución de la vacuna es aún posible.

Deben todos trabajar juntos para vencer al mal.  Deben luchar juntos contra el coronavirus. 

Pero mientras tanto el virus está descontrolado. 

El Presidente parece haber abdicado su liderazgo justo cuando la pandemia empeora. Él mismo vaticinó que el COVID-19 “desaparecería de los medios” al día siguiente de las elecciones, al presentar la enfermedad como un engaño político.

Sin embargo, sucede lo contrario. Los medios siguen reflejando la gravedad de la situación. Y Trump calla. 

No es demasiado tarde. Cada acción oficial ayuda y debe reconocerse. Cada desviación y cese de esfuerzos, denunciarse. Este gobierno puede y debe cambiar su actitud, dejar de lado rencores y poner manos a la obra para salvar vidas de estadounidenses. Nuevamente, para luchar juntos contra el coronavirus. 

De lo contrario, Trump pasará a la historia como quien abandonó a la nación en un pantano de enfermedad y muerte.

 

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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