Es hora de reconocer que la pandemia apenas ha comenzado

La toma de decisiones públicas en los últimos meses ha estado dominada por el triunfalismo. Los funcionarios gubernamentales y de salud pública están impulsando la reapertura sin tener en cuenta los informes de todo el mundo sobre el aumento de las infecciones por la variante Delta entre las personas vacunadas.

En la actualidad, existe evidencia obvia de la disminución de la inmunidad con el tiempo, así como de mutaciones virales que requieren modificaciones a las vacunas existentes. En lugar de abordar estos problemas de frente, nos estamos preparando para llevar a los niños de la escuela primaria en medio del brote de la variante Delta con nada más que mascarillas de protección. Sin vacunas. Sin distanciamiento.

Los datos de salud pública existentes aquí en el condado de Los Ángeles muestran que el rápido aumento de las infecciones entre las personas vacunadas comenzó el 29 de junio. Incluso aunque la mayoría de las escuelas están cerradas, ha habido un aumento constante de niños y personal escolar infectados. Los datos ya indican claramente el auge y el desenlace que se puede esperar.

¿Cómo responder a los funcionarios públicos que dicen que «no necesitamos» vacunas de refuerzo y modificaciones de la vacuna para los nuevos variantes?

Recuerdo la resistencia del CDC para reconocer que necesitábamos mascarillas. Estamos en una situación parecida en este momento. Con cada ola, vemos variantes cada vez más contagiosas que responden cada vez menos a las vacunas. Las nuevas variantes están en todas partes.

Cuando se presentan los datos sobre la tasa de crecimiento exponencial de las infecciones en las personas vacunadas, los funcionarios públicos responden que no estamos viendo la misma tasa de mortalidad que con la primera ola.

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¿Debemos esperar a que aumente la tasa de mortalidad para actuar? Se necesita tiempo para distribuir las vacunas de refuerzo y las empresas farmacéuticas tardarán aún más en desarrollar vacunas que brinden una mejor protección contra las nuevas variantes. Si esperamos que la tasa de mortalidad diaria se eleve a miles, será demasiado tarde para que podamos hacer algo al respecto.

Se está permitiendo que caduquen millones de dosis mientras estamos paralizados esperando que las personas que no quieren la vacuna cambien de opinión. Esto es irracional. Cada dosis debe ir a un brazo, no debe desperdiciarse ni una sola. Claro, priorice a los no vacunados, pero si los no vacunados no quieren salvarse, necesitamos al menos salvar a las personas que quieren sobrevivir a la pandemia.

Si los no vacunados no quieren salvarse, necesitamos al menos salvar a las personas que quieren sobrevivir a la pandemia.

Estamos en una carrera por la supervivencia en este momento, y estamos perdiendo un tiempo precioso al permitir que las personas en posiciones de poder pretendan que la epidemia ha terminado para salvar las apariencias. En lugar de aplacar el negacionismo, debemos adaptarnos haciendo los cambios necesarios en nuestras estrategias, nuestras vacunas y nuestra forma de vida.

Los ancianos, los inmunodeprimidos, las personas en hogares de ancianos, los trabajadores de la salud de primera línea mayores de 50 años, los trabajadores de las plantas empacadoras de carne y las personas que recibieron Johnson and Johnson necesitan inyecciones de refuerzo ahora. Sí. Ahora. No esperemos a que mueran cientos de miles antes de cambiar nuestras políticas.

Autor

  • Ruth Carleton Lindo

    Ruth Carleton Lindo egresó de Loyola Marymount University y la facultad de medicina Keck de la University of Southern California. Ella realizó su internado en UCLA y su residencia en White Memorial Medical Center. Tiene una maestría de salud pública en ayuda humanitaria y manejo de desastres. Actualmente se desempeña como pediatra con la comunidad inmigrante aquí en Los Ángeles.

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Un comentario

  1. Un artículo objetivo, realista, tendiente a crear la verdadera conciencia y responsabilidad de todos ante la agresiva mutagenicidad viral y por ende anulación del efecto protector de las actuales vacunas.

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