La estudiante de 6º grado Mariela Casillas está entusiasmadísima porque ha enviado una pintura que será parte del 10º Festival de Arte Estudiantil que está siendo organizado por el Arts in Education Aid Council y que tendrá lugar el 10 de marzo en Chatsworth, California. Se espera que participen miles de personas. Pero las noticias presupuestarias que llegan del gobierno de la ciudad de Los Angeles son desalentadoras y amenazan los planes y programas de muchas organizaciones como ésta que están dedicadas a promover las artes en Los Angeles.
Con un déficit presupuestario de $208 millones, el administrador de la ciudad de Los Angeles, Miguel Santana, ordenó al departamento de Asuntos Culturales que suspenda inmediatamente toda la entrega de subsidios, para ahorrar unos $2 millones, y que se prepare para el despido de un cuarto de su fuerza laboral.
Los subsidios del departamento de Asuntos Culturales son cruciales para la sobrevivencia de los innumerables programas de artes, conciertos y festivales que enriquecen la vida cultural de la ciudad. Estos programas, como el del Arts in Education Aid Council, aportan ese incuantificable capital cultural que ayuda a la ciudadanía de una democracia no solamente a afinar su apreciación estética de las obras de arte, sino que también a desarrollar su capacidad de análisis crítico en temas sociales y políticos.
“Lamentablemente esta decisión va a limitar las posibilidades de funcionamiento de muchos programas de arte y destruirá a otros que cumplen una función muy valiosa en nuestra ciudad y, con el tiempo, veremos las consecuencias”, dice Spike Dolomite Ward, directora ejecutiva del Arts in Education Aid Council, que ha recibido subvenciones de la ciudad para el festival que organiza todos los años y para otros programas de promoción de las artes en que están involucrados.
La crisis presupuestaria está interconectada, obviamente, con la Gran Recesión que está experimentando la nación y no es ninguna sorpresa que todos nos veamos afectados. Lo que resulta difícil de entender es por qué el gobierno de la ciudad fundamentalmente se concentra en desbaratar los programas de artes, los servicios a incapacitados y los de protección al medioambiente, pero prácticamente no toca el presupuesto del departamento de Policía. Nadie tiene nada en contra de nuestros agentes del orden, pero darle prioridad a ellos, cuando las estadísticas claramente demuestran que las tasas de criminalidad han sido reducidas a uno de los niveles más bajos de los últimos siete años, implica una decisión miope que tiene más de política que de racionalidad.
Detrás de esta decisión política, por supuesto, está la obsesiva determinación del alcalde Antonio Villaraigosa de aumentar el número de uniformados a cualquier costo. Pero esto puede y debe ser bloqueado en el terreno político. Algunas organizaciones como Arts for LA ya están organizando una campaña en la que se motiva a que se contacte a los miembros del Consejo de la Ciudad a fin de revertir este presupuesto que asesta un golpe mortal a nuestra comunidad artística y al futuro cultural de nuestros niños.
Néstor Fantini preside el comité de Educación del Consejo Vecinal de Northridge East, de la ciudad de Los Angeles.