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En estas elecciones se plasmó la identidad latina

Identidad latina el cambio en 2020

En estas elecciones Joe Biden ganó la presidencia y se manifestó una consolidación de la identidad latina. Y aunque Trump aún pone en grave peligro al país y amenaza con sumergirlo en un caos que conduzca entre otras violencias a la pobreza generalizada, debemos seguir analizando el impacto de estos comicios, los más importantes en décadas.

¿Cuál fue el papel de la comunidad latina? ¿Qué mostró este periplo acerca de esta población?

Creció. En número, influencia (decisiva en Nevada), y conciencia de su identidad latina. Fueron más los que votaron esta vez que en las pasadas. Eso se debe en parte al crecimiento vegetativo que fue más pronunciado para los latinos que para otras poblaciones y en parte a su entusiasmo por plasmar la historia.

Pero una palabra sobre los análisis del voto latino: los analistas, encuestadores, expertos en estadísticas, no se han puesto de acuerdo. O mejor dicho, señalan datos específicos desglosados, selectivos, que demuestran sus tesis. Sea que los hispanos apoyaron más a Trump, sea que desglosen por estado, sea que insisten en la teoría de la unidad latina. Quizás todos tengan razón. Pero esa disparidad demuestra también la inexistencia de esa unidad y que al asimilarse como estadounidenses los latinos reflejan la opinión predominante dentro de sus estados. Más como estadounidenses que como latinoamericanos.

Biden recibió la mayoría de sus votos

Lo contrario sucedió con los blancos no latinos: un descenso en su proporción en la población, especialmente en Nevada, California y Texas. En el año 2000 los hispanos eran el 16% de los votantes elegibles en el estado de Arizona. Ahora fueron el 24%.

Y como resultado directo de este crecimiento, los votantes mexicoamericanos ayudaron a convertir Arizona en Azul (el color de los demócratas; el de los republicanos es rojo) por primera vez en décadas.

En el fragor de las discusiones se escuchan reclamos de que se redujo, en lugar de aumentar como se esperaba, el apoyo de los latinos a Biden. Para analizar qué tiene esa afirmación de verdad, fijémonos en algunos números.

Los números indican Biden recibió el 66% del voto latino nacional. Hillary Clinton, que postuló su candidatura en tiempos mejores, recibió el 65%. No se redujo, entonces. Quizás respecto a los pronósticos.
Hay que llegar hasta la presidencia de su esposo, Bill Clinton para encontrar el récord de apoyo hispano: 72%, en 1996.
Los cambios en el voto de los hispanos no fueron uniforme. En algunos estados fue notable, en otros no. El apoyo latino a Biden aumentó un 6% en California, llegando a 77%.
En el estado de Nueva York fue de 72%: bajó en 2%. También bajó en Nevada, en Colorado en Ohio, en donde cayó en un 8%. Todo respecto a la votación por Hillary Clinton, hace cuatro años.

Florida, estado republicano

Por su parte el estado de Florida no sorprendió. De hecho, habría que considerar dejar de llamarlo «battleground state», porque ya no lo es. Las victorias de Barack Obama en 2008 y 2012 allí hoy parecen casi inalcanzables. Es un estado republicano.
Como ya es voz popular, los votantes de origen cubano fueron el fiel de la balanza para Trump, que recibió 57% de su voto contra 43%, mientras que el resto del estado se dividió 49%-49%. Es una mayoría respetable, pero no aplastante.
Y aunque aquellos latinos no pertenecientes a la comunidad cubanoamericana le dieron 52% de su voto a Biden, su ventaja fue suficiente para inclinar el fiel de la balanza a favor de Trump.
¿Cómo se explica la victoria cuando hace pocas semanas las encuestas aún declaraban que podía ir a favor de cualquiera de los dos?
Con un mensaje implacablemente anticomunista, repetido hasta el cansancio por Trump, quien visitó el estado numerosas veces, en las últimas semanas de la campaña. Te fijas en FB y Biden aparece allí como un demonio comunista.
Es una comunidad letrada, interesada en la política y que le gusta la discusión y se apasiona por estos temas.
Tampoco fue una votación unánime. En el futuro, el 43% que recibió Biden podrá aumentar a medida que la nueva generación sigue reemplazando a los que llegaron de la isla.

California, demócrata

En contraste, aquí en California Biden recibió 71% del voto latino y Trump 21%. Los latinos representan el 34% del  total de los votos en el estado. En Texas, 59% a 40% y son 21%.

En Pennsylvania casi 80%, pero son solo el 6% del total de votantes.

Otro estudio de salida a boca de urna le adjudicó a Biden el 60% de los votos latinos en Pennsylvania contra unos 30% para Trump y afirma que esos votos fueron “cruciales” (pivotal).

Como dato interesante: las mujeres, en general, votaron más por Biden que los hombres, con marcadas diferencias en Nevada con 66% para ellas y 47% para ellos.

Pero, nuevamente, el voto latino por un candidato republicano subió en cada estado.
Si no se consideran los candidatos presidenciales de un tercer partido, que casi desaparecieron en este ciclo, Trump recibió una porción más grande del voto latino en casi todos los estados considerados importantes.
En total, la tercera parte de los latinos votaron por él.
Menos que Bush hijo en 2004, con 44%. Pero Bush era tolerante, buscaba su voto, venía de Texas y su hermano se casó con una mexicana. Trump los denigraba.

Qué piensa Trump de los latinos

Una vez aclarado el tema de la distribución de votos, nos preguntamos ¿por qué apoya un latino a Trump después de estos cuatro años?

¿Es necesario enumerar? Trump inició su campaña denigrando a la comunidad. Así dijo el 8 de julio de 2015, cuando anunció su candidatura:

“Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor. No te están enviando a tí o a tí. Están enviando a personas que tienen muchos problemas y nos traen esos problemas con nosotros. Traen drogas. Están trayendo crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas».

Ya en 2013 había escrito que la mayoría aplastante de crímenes violentos en nuestras ciudades los cometen los afroamericanos e hispanos.

Sadly, the overwhelming amount of violent crime in our major cities is committed by blacks and hispanics-a tough subject-must be discussed.

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 5, 2013

Año tras año. En 2014: ¿Para cuándo dejará Estados Unidos de enviar dinero a nuestros enemigos, es decir, a México y otros?

When will the U.S. stop sending $’s to our enemies, i.e. Mexico and others.

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 10, 2014

Y en el 2015: el sistema legal mexicano es corrupto, tal como lo es mucho de México. Págame lo que me debes y deja de enviarme criminales a través de la frontera.

The Mexican legal system is corrupt, as is much of Mexico. Pay me the money that is owed me now – and stop sending criminals over our border

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 25, 2015

 

Y claro: el muro. Una idea sin sentido, malograda, malpensada, pura propaganda para sus simpatizantes que no detiene la inmigración ilegal por la frontera del sur. Mucho menos si tomamos en cuenta de que la mayoría de los inmigrantes que extienden su permanencia en el país más allá de lo permitido llegaron por avión.

Happy #CincoDeMayo! The best taco bowls are made in Trump Tower Grill. I love Hispanics! https://t.co/ufoTeQd8yA pic.twitter.com/k01Mc6CuDI

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 5, 2016

Aquí vemos a Trump frente a comida mexicana – ignoro si la comió o no – promoviendo a su restaurant y finalizando con «I love hispanics!». Así de patéticos fueron sus intentos – breves, no repetidos – de granjearse el apoyo de los latinos.

Y no lo fueron menos cuando en diciembre de 2017, cuando junto con su cónyuge visitó San Juan, en Puerto Rico, varias semanas después de que un terrible huracán devastaba la isla y ante un grupo de refugiados les arrojó rollos de toallas de papel, como se ve aquí.

Trump throws paper towels into crowd in Puerto Rico

No se necesita mucha imaginación para llegar a nuestros días en los que enjaulan y separan de sus padres a niños que venían con sus familiares a pedir formalmente y legalmente, asilo.

¿Entonces, por qué lo apoyan?

Son latinos para quienes el tema «latino», de la identidad latina, de la inmigración, no es el único ni el más importante. Todas esas acciones no les importa.

Tiene en su decisión más influencia el estado anímico que se presenta en cada estado o región. Y el tema económico: sienten que están mejor ahora que hace cuatro años. Y en la cuestión del coronavirus, los esfuerzos de la administración de restarle importancia – donde fueron mucho más consecuentes que en la lucha contra la enfermedad – tienden a aceptar los análisis del Presidente Trump que lo libran de toda culpa.

Pero otro motivo para apoyar a Trump fue porque es un caudillo, un hombre fuerte.

Varios parámetros permiten pensar que a partir de este proceso electoral interminable se consolidó y avanzó la integración y aceptación de la identidad latina como parte de la estadounidense.

Identidad que cobra forma

Para mí, este ciclo electoral, que como dije no ha terminado, es un momento fundamental para la comunidad latina organizada; un hito. Un momento en el que continúa el ataque frontal del Trumpismo.
Hoy mismo se supo que antes de dejar el poder este gobierno aspira a modificar las reglas de la ciudadanía por nacimiento (birthright) para que no puedan la Enmienda 14 familias de inmigrantes.
Los latinos están estableciendo su identidad como parte del pueblo estadounidense y en contra de una cultura de opresión, odio, racismo y violencia que los rechaza.
Veremos una definición más nítida de la identidad latina tomando forma.
Este es un proceso que comenzó hace años en California y se refleja en el equilibrio del poder político en el estado, con una presencia cada vez más visible y vocal de funcionarios electos latinos. Funcionarios que mantienen estrechos vínculos con la comunidad de la cual vinieron y que representan. Que se comprometen a promover políticas que los beneficien.
Y esta presencia ahora está siendo reconocida y aceptada como un fenómeno natural.
Esto repercute en nuestros medios de comunicación, ya que somos un reflejo de la comunidad a la que servimos, sea La Opinión o HispanicLA. Este proceso nos convierte en un conducto hacia las mentes de nuestra gente a quien debemos nuestra existencia como medios.
Aquellos de quienes emanan nuestras historias.
Este drama donde el gobierno se niega a entregar el poder puede terminar en una tragedia. Los latinos, que han trabajado mucho para llegar a esta posibilidad de reconocimiento, deben estar atentos a los peligros y a las ramificaciones futuras planteadas por el ala Trump.
Por último, un pequeño agregado, unas líneas de Charly García de «Cerca de la Revolución» y que corresponde a la situación descrita:

 

Me siento sólo y confundido a la vez
Los analistas no podrán entender
No sé muy bien que decir
No sé muy bien que hacer
Todo el mundo loco y yo sin poderte ver

Charly Garcia- Cerca de la revolucion- Video Clip

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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