Hasta hace muy poco, el financiamiento de propiedades destinadas a la explotación era algo tan normal como conseguir un préstamo para comprar una vivienda unifamiliar; pero las regulaciones a la industria financiera han cambiado y ya no se hace tan fácil. Por eso, si usted ha escuchado historias, poco menos que creíbles, de personas que han perdido la oportunidad de realizar una compra inmobiliaria debido a la imposibilidad de obtener financiamiento, reprograme su mente y comience a creer, pues los tiempos han cambiado.
De hace unos treinta meses a la fecha (parece poco tiempo dicho en meses, pero en realidad son dos años y medio), el enganche, pronto, entrada, down payment, depósito, responsabilidad financiera del comprador, o como mejor quiera usted llamarle; se ha ido incrementando de forma tal, que para financiar una simple vivienda para dos familias “dúplex” o una vivienda para cuatro familias “fourplex”, hay que contar por lo menos con un 25% (del precio total de la compra), de dinero propio.
[bctt tweet=»Para financiar una simple vivienda de alquiler hay que contar por lo menos con un 25% (del precio total de la compra), de dinero propio » username=»hispanicla»]
Aparte de gastos de compra y cierre, para que el banco comience a considerar si le puede prestar el otro 75% del valor, para que usted pueda hacer su negocio; aunque lo más probable es que solamente quieran prestarle el 70%, si es que usted no va a vivir en la propiedad.
En cuanto a requisitos, para qué contarles. Lo miran todo, lo analizan todo, lo preguntan todo, como en los viejos tiempos en que yo comencé en el giro. Y no es que esté bien ni esté mal, pues el orden siempre es necesario y ser conservador paga dividendos; pero en ocasiones “se las pasan”, como dice una amiga mía, oriunda de México.
Si nos refiriésemos a propiedades de mayor envergadura, por ejemplo un complejo de propiedades multifamiliares, un parque industrial, un centro comercial, un edificio de oficinas, un parque de casas móviles y cosas así, hay que justificarlo absolutamente todo y contar con una solidez absoluta, tan siquiera para que consideren el caso.
Visto desde la perspectiva de la institución que está haciendo el préstamo, esto asegura que no se repetirán los mismos errores que prácticamente llevaron a la ruina a la industria inmobiliaria, a muchos de sus mejores desarrolladores e inversionistas y a millones de ciudadanos comunes que se han visto afectados por el libertinaje con que se adjudicaron los préstamos, cuando el recién pasado “boom» inmobiliario.
Si usted está considerando comprar un bien raíz, mi recomendación es que, ante todo, procure conocer la capacidad de compra con que usted cuenta. Las instituciones financieras están contemplando, muy de cerca, las habilidades desarrolladas y la experiencia acumulada en el campo de la administración de inmuebles que posea el solicitante, antes de someter siquiera el caso al Comité de Préstamos de la institución.
Parece como si los bancos no quisieran realizar préstamos, pero no es así. Las nuevas regulaciones bancarias son las que han creado esta realidad.
J. A. “Tony” Ruano, es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra, venta y administración”. tony@ruanobrokers.com