El teatro republicano de echar mano de la inmigración como arma electoral sigue tomando como rehén la ayuda militar a Ucrania. La prensa informó que una sesión entre senadores de ambos partidos con los Secretarios de Estado y Defensa, y el Jefe del Comando militar conjunto, se tornó en un espectáculo donde los republicanos solamente insistieron en hablar de la frontera, sí, pero la de Estados Unidos y México.
Todos los males provienen de la frontera sur
Hace mucho tiempo que la clase política se enfoca en la frontera sur como si fuera la única existente entre ambas naciones, dando a entender que todos sus esfuerzos tienen el fin de destacar los aspectos negativos de esa zona limítrofe de manera estereotipada, obviando lo que también ocurre en la frontera con Canadá. Culpar de todos los males a quienes intentan pasar desde México hacia Estados Unidos es también parte de esa puesta en escena republicana, con la que han politizado el tema hasta niveles exacerbados.
The Hill reportó, por ejemplo, que los republicanos trajeron a colación el tema de la frontera y de las leyes de asilo en medio de una sesión clasificada sobre la importancia para la seguridad nacional de que Estados Unidos pueda desembolsar la ayuda a Ucrania.
“Le pedí al general (Charles Q.) Brown su mejor consejo militar. ¿Es el apoyo a Ucrania e Israel lo suficientemente importante como para que los demócratas puedan al menos considerar apoyar a regañadientes cierta seguridad en la frontera sur? (El general) quería hablar de Ucrania”, indicó el senador republicano de Dakota del Norte, Kevin Cramer, sobre su intercambio con el Jefe del Comando Militar Conjunto.
Pero el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, aseguró que los republicanos le gritaron a uno de los generales y trataron de forma irrespetuosa al personal militar. Tal parece que los niveles de civilidad política también han ido a la baja, lo que demerita las discusiones legislativas, que solo se limitan al ataque partidista, sin ir al fondo del asunto y pensar, de una vez por todas, en resolver un problema doméstico largamente postergado como el migratorio.
Previamente, el senador republicano de Texas, Jon Cornyn, le echó leña al fuego tras el colapso de negociaciones bipartidistas sobre los componentes migratorios exigidos por sus colegas republicanos, al declarar que “ésta no es una negociación tradicional en la que esperamos llegar a un compromiso bipartidista en la frontera. Este es un precio que hay que pagar para obtener los fondos suplementarios”.
Las familias migrantes son rehenes de negociaciones
A buen entendedor pocas palabras: aquí no ha habido ni hay buena fe para negociar. Aquí básicamente los republicanos quieren cambiar las leyes de asilo e implementar una serie de medidas migratorias crueles y excesivas; y si no se las conceden, no hay ayuda a Ucrania. Es este un chantaje cruel e ignominioso que pone en riesgo las vidas de miles de familias migrantes, que ahora mismo empiezan a enfrentar ese otro flagelo de las temperaturas congelantes que debilitan la salud de cualquiera, sobre todo a los menores y a los adultos mayores.
No se trata únicamente de dificultar el asilo a personas que vienen huyendo de precarias situaciones al elevar el estándar del miedo creíble, sino de contemplar la detención de solicitantes de asilo o revivir nefastas políticas como Quédate en México. También se habla, según reportes de prensa, de establecer centros de internamiento en bases militares; de someter a niños a detenciones prolongadas con su familia, y a implementar un sistema de detención obligatoria de indocumentados. Estos son los componentes centrales del proyecto de ley HR 2 que la Cámara Baja de mayoría republicana aprobó, pero que no fue considerado en el Senado de mayoría demócrata.
Los inmigrantes siguen siendo la carnada electoral
Pero los republicanos quieren además limitar el uso del permiso humanitario o libertad condicional conocido como parole. En realidad, lo que tratan de hacer es poner todas las trabas posibles, no para resolver un problema como el migratorio, sino para complicarlo aún más utilizándolo como moneda de cambio para satisfacer sus intereses políticos de manera ventajosa.
Hace algunas lunas sería impensable que los halcones republicanos negaran la asistencia militar a países aliados. Y en este caso, según el mismo Cornyn, hay una súper mayoría a favor de la ayuda. Pero está ocurriendo esto porque explotar la frontera sur y usar a los inmigrantes como chivos expiatorios y como carnada electoral es el norte de los republicanos, más ahora que se vislumbra a Donald Trump como el nominado de su partido en 2024.
No cabe duda que la insensibilidad y la falta de empatía son una especie de seña de identidad entre los republicanos, a quienes pareciera gustar que en toda negociación legislativa que implique el tema migratorio, la moneda siempre esté en el aire, sin importarles lo que ocurra mientras tanto a quienes han arriesgado todo en busca de un cambio en sus vidas y en las de sus familias, como ha sido la tradición migratoria en la historia de Estados Unidos.
Pero tal parece que el chantaje republicano está estancando todo avance en inmigración y seguridad nacional.