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El odio hacia los jornaleros no es nuevo y este año electoral puede intensificarse

Foto: Pasadena Labor Center

Pablo Alvarado lo tiene muy claro: los jornaleros, los inmigrantes que buscan trabajo en las esquinas, desde siempre han experimentado el odio.

“No es algo nuevo para los inmigrantes que están en las calles. Les gritan ‘wetback regresa a México’, o ‘hay viene la migra’, o cuando les tiran huevos podridos y toda clase de epítetos racistas”, dice Alvarado, fundador en 2001 de la Red Nacional de Jornaleros, en inglés National Day Laborer Organizing Network (NDLON).

Foto: Pasadena Labor Center

Sin embargo, dice que a medida que se ha intensificado el debate sobre el tema migratorio, a los primeros que atacan es a los jornaleros porque al estar en las calles son altamente visibles.

“Los grupos supremacistas diseminan su agenda de odio, y los jornaleros en la calle representan el escenario perfecto para decirle a los vecinos que la invasión ya llegó a sus vecindarios”.

El líder nacional de los jornaleros puso el tema en el contexto histórico.

“En el 2004, cuando los Minutemen decidieron terminar su operación en la frontera y se enfocaron en el centro del país para diseminar su agenda xenofóbica, eligieron a los jornales como su target (blanco) perfecto”.

Añade que en 2006 ese mismo grupo hizo protestas por todo el país afuera de los centros de los jornaleros o frente a las esquinas donde buscan trabajo.

“Hubo como 50 acciones coordinadas por todo el país. Este tema de los jornaleros, es un microcosmos del tema migratorio a nivel nacional”.

Recuerda que cuando los políticos se pusieron a debatir si era mejor echarles la policía o trabajar con ellos, al final de cuentas solo buscaban empleo.

“Permitieron que abrieramos centros para que fuera más seguro. Eso generó rencor porque cómo podía ser que se invirtiera en centros de trabajo en los jornaleros que son el rostro visible de lo que llaman, el sistema roto y quebrantado de migración”.

Alvarado precisa que los jornaleros han sido víctimas tanto de incidentes como de crímenes de odio como cuando los supremacistas han levantado a jornaleros.

Los insultan llamándolos ‘perros corriendo detrás del hueso’. Les dicen que afean la ciudad, que molestan a las personas, que tiran basura, que se orina y que convierten a nuestro país en un basurero del tercer mundo”.

Recuerda que los centros para jornaleros comenzaron a instalarse desde 1989 tras pelear porque tengan derecho a un centro para darles entrenamiento sobre sus derechos, evitar los abusos y el robo de salarios.

“Hay alrededor de 65 centros por todo el país. La mitad se abrieron entre 2000 y 2005, pero también hemos luchado para que tenga el derecho de pararse en las esquinas y las banquetas a ofrecer su mano de obra”.

Los supremacistas

Alvarado dice que cuando surgieron los ataques supremacistas, los municipios le tuvieron miedo a la idea de invertir y abrir más centros.

“No solo es el ataque al inmigrante sino que alejan a las personas que simpatizan con el inmigrante, intimidan a los patrones porque los supremacistas llegaban con cámaras y firmaban al patrón, amenazandolos con reportarlos con la Migra”.

Foto: Araceli Martínez Ortega

Sigue igual

Para el también fundador de la banda de música Los Jornaleros del Norte, los incidentes y crímenes de odio contra ellos pasan todos los días porque los jornaleros se encuentran en un estado de vulnerabilidad al estar en las calles.

“En agosto de 2020 pusieron una swastika en el centro para jornaleros de Pasadena”.

Dice que si se observan las protestas de los Minutemen son la misma gente que atacó el Capitolio en Washington con símbolos y banderas.

“A las esquinas donde buscan trabajo los jornaleros, han llegado hasta los del Ku Klux Klan con sus banderas confederadas”.

Las víctimas principales del odio no son solo los jornaleros sino que el ataque es amplio.

“Está en el lenguaje del señor Trump, cuando dice que los inmigrantes envenenan la sangre de Estados Unidos y dicen que son plagas.

“Lo que vemos es que más gente se ha tragado ese lenguaje de odio. Los jornaleros siempre lo han vivido. Cuando hay más hostilidad hacia el inmigrante y cada vez que eso sucede, el odio se incrementa en las esquinas”.

Foto: Cortesía

Cómo responder al odio

Dice que les han enseñado a los jornaleros a no responder al odio con más odio.

“Al principio hacíamos contraprotestas. Eso los encendía más”.

Recuerda que en 2005 en Rancho Cucamonga, California, durante una demostración antiinmigrante organizada por el proyecto Minutemen, el jornalero José Fernando Pedraza murió trágicamente mientras buscaba empleo en la calle cuando un carro que pasaba le pegó a otro que terminó por quitarle la vida.

“Cuando ellos hacen esas protestas, crean una hostilidad que no se puede ignorar, pero no hay que armar una confrontación sin sentido”.

Dice que para hacer frente a esos ataques, han enseñado a los jornaleros a no tener odio sino que les hacen ver que tienen derechos y deben ejercerlos.

“Protestamos a través de una vigilia, y cuando llega el pastor, oramos para no sentir rencor ante el ataque; organizamos limpiezas comunitarias con grupos aliados como la propia policía, actos culturales con música y canto frente a los supremacistas y los Minutemen. No debemos avergonzarnos de nuestra música y nuestra comida sino enfatizarla”.

Eso sí dice que los mensajes de odio se deben denunciar desde una perspectiva constructiva.

“Responder con más insultos, no ayuda nada, pero debe quedar claro que los jornaleros tienen el derecho constitucional de ganarse la vida, tengan o no papeles.

“No están ejerciendo ningún acto criminal, nada malo. Están buscando empleo, y deben pararse con la frente en alto”.

Pero los odiadores – dice – los quieren humillar para que se sientan menos.

“Nosotros les pedimos que frente a los ataques de odio, mantengan la cordura y el orgullo. Cuando mantiene la cordura y el orgullo de ser quienes son, no lo pueden humillar. Los jornaleros lo saben”.

Foto: Pasadena Labor Center

Protegerse entre ellos

Alvarado dice que también han enseñado a los jornaleros a protegerse entre ellos, conocerse, saber sus nombres.

“Si un trabajador quiere responder, que lo calmen; y que hagan lo más importante, documentar el incidente o el crimen de odio, y reportarlo a la Comisión de Relaciones Humanas del condado de Los Ángeles”.

Precisa que los insultos como ‘wetback fuera de mi país’ y poner una swastika son incidentes de odio; cuando hay una agresión física como cuando te tiran piedras, eso ya es un crimen de odio.

“La mayoría de los incidentes de odio no se reportan, más que todo porque los jornaleros no saben dónde denunciarlos. Les hemos pedido que anoten los epítetos racistas y que graben con su celular, y se mantengan alejados de los agresores y no se les acerquen”.

Pablo Alvarado teme que este año electoral, cuando suele intensificarse la retórica antiinmigrante, los ataques de odio aumenten.

“Los jornaleros continúan siendo un foco de ataque de odio. En el 2004-2006 eran los Minuteman. Ahora son más fuertes que antes y se están enfocando en todo el país porque hay una persona como Trump que los alimenta.

“Para los republicanos, el tema número uno para encender a su base es la migración. Los demócratas no son amigos ni adversarios, pero no tienen un discurso fuerte para protegernos. Así que no estamos esperando que un líder vaya a salvar a los jornaleros que salen todos los días a las calles a buscar trabajo. Solo el pueblo salva al pueblo”.

Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Araceli Martinez Ortega

    Araceli Martínez Ortega tiene más de 20 años de experiencia como periodista en California. Trabaja para La Opinión desde 2006, fue corresponsal de este diario en el capitolio estatal de Sacramento; y desde 2013, está en Los Ángeles, cubriendo temas de la política local y estatal, además de asuntos comunitarios. Antes de unirse a La Opinión, trabajó para Univision San Francisco, y ha sido colaboradora constante de Radio Bilingüe. En México, trabajó para el diario El Universal, y diferentes medios impresos y de radio en Sonora, México como el diario El Imparcial, Radio S.A. y Radio Mujer, entre otros. Ha recibido una variedad de reconocimientos. Los más recientes son los dos premios que se llevó este año, otorgados Ethnic Media Services.

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