El Centro de Estudios por Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Stanford, dirigido por el profesor Mikael Wolfe, realizó el pasado jueves 6 de noviembre, una conferencia bajo el título de Cubriendo la Cuba socialista: Los desafíos y recompensas de hacer periodismo alternativo en un país al que Estados Unidos apunta para un cambio de régimen.
Saltar el cerco mediático
El evento estuvo a cargo de Liz Oliva Fernández y Ed Agustin, dos prominentes periodistas de La Habana. Ambos comunicadores están abocados a la tarea de saltar el cerco mediático de las grandes corporaciones informativas, para transmitir información fidedigna y no distorsionada. Las grandes corporaciones mediáticas de Estados Unidos transmiten de manera constante noticias negativas y aterradoras sobre Cuba. De esta manera los receptores de noticias no pueden ejercer la posibilidad de pensar de manera objetiva y llegar a sus propias conclusiones.
La manipulación informática es una de las mayores armas para convencer a la gente de una realidad que sólo contribuye a beneficiar los intereses de las corporaciones y del poder.
El profesor Wolfe inició la presentación citando la base esencial del periodismo: “Si alguien dice que está lloviendo y otra persona dice que no es así, nuestro trabajo no es citar a ambos sino ir a mirar a la ventana para saber qué es cierto. En Estados Unidos, los medios de comunicación en su mayoría no muestran lo que realmente está pasando en la isla. Es todo un desafío poder mostrar información desde otros puntos de vista desde el bloqueo.
Ed Agustin es un periodista que reside en La Habana. Es escritor en The Guardian, The New York Times y Drop Site News. Además transmite para NBC News y Al Jazeera.
Agustin describió la situación económica actual de Cuba como un verdadero desastre afectado por el embargo que Estados Unidos ha impuesto sobre la isla desde 1960 y que aún se mantiene en vigencia. Se teme que lamentablemente estas sanciones se recrudezcan durante la administración de Trump.
Las sanciones matan a la gente
“Cuba es un país sin democracia y sin libertad de expresión pero que al mismo tiempo y pese a las enormes limitaciones sostiene el plan universal de salud. Sin embargo, las sanciones reducen enormemente la calidad de vida de las personas. Como consecuencia de este aislamiento económico en Cuba no hay combustible para las transportaciones, no hay agua y una enfermedad operable como una angioplastia es algo hoy por hoy imposible de realizar. Las sanciones matan a la gente. La legislación internacional ha acordado que esta forma de castigo a la población cubana, es una violación a los derechos humanos y un ataque terrorista sistemático perpetrado a esta sociedad.
Sin prueba alguna, Cuba ha sido puesta en la lista de los “países terroristas”. Cuando Cuba viola los derechos humanos, las noticias se difunden en los medios masivos. Cuando se violan los derechos humanos de la población cubana, no hay difusión alguna en los medios. Es una narrativa monolítica y se hace muy difícil para los periodistas independientes como nosotros, que no trabajan para el gobierno de Cuba, poder difundir las noticias de este país en Estados Unidos. La población estadounidense recibe informaciones solamente oscuras, sin balance alguno, siempre fuera de contexto para consolidar la propaganda en contra del país.
Liz Oliva Fernández, periodista cubana y presentadora de «La Guerra en Cuba», una serie de documentales por los que fue galardonada con el premio Gracie Award. Liz, y que trabajaba para la televisión estatal, decidió dedicarse al periodismo independiente. Recientemente ha finalizado otra serie documental llamada «Uphill on the Hill and Hardliner on the Hudson». Para ello viajó a Washington, D.C., para descubrir por qué Joe Biden adoptó durante su presidencia, la política de la era de la Guerra Fría de Donald Trump hacia Cuba, devastando la economía de la isla y alimentando una migración sin precedentes hacia la frontera de Estados Unidos con México.
Periodista independiente y cineasta del grupo «En la panza de la bestia», un medio independiente que cubre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Es también activista por los derechos de la mujer y por la lucha anti racial.
“En este momento la situación económica de Cuba es trágica, mucho peor que durante lo que se dio en llamar el período especial. Yo crecí en un país donde no había distinción de clases y ahora si eres un doctor, un médico o una persona mayor, estás perdido. La gente no tiene esperanzas en el futuro, sólo esperan irse cuando tengan una oportunidad. Liz aclaró “yo quiero vivir en Cuba y que mi gente tenga la oportunidad de vivir y desarrollarse en su país. Nuestra tarea es desigual y muy difícil, somos cuatro gatos locos luchando contra monstruos”.
En su presentación, Fernández explicó que “el congresista republicano de Miami, Mario Díaz Balart, invirtió 25 millones de dólares en la campaña “promover la democracia”, usando este eufemismo para atacar al gobierno de Cuba. También Radio TV Marti con sede en Florida y financiada por el gobierno federal de Estados Unidos, transmite con el mismo fin. Barlart fue quien negó directamente las visas para los médicos cubanos y quien estuvo a cargo de implementar fuertes restricciones para prevenir el desarrollo del programa de pequeños empresarios durante la administración Biden”
Quién controla la información
Maria Elvira Salazar, periodista y congresista republicana por el Distrito 27 de Florida, es una de las principales difusoras de noticias fraguadas para atacar la isla. Una de sus mayores denuncias es la injerencia de China en la Isla a través de bases militares. Estas bases militares en las localidades de Bejucal, Calabazar y Wajay pertenecen al gobierno cubano y Fernández se encargó de corroborar en su investigación periodística, que la injerencia de China en estas bases es totalmente falsa. Para ello entrevistó a Fulton Amstrong, analista especializado en informes de la CIA, quien desmintió la información difundida por la republicana Salazar.
La gran pregunta es quién controla el poder y qué repetimos y creemos como cierto al consumir este tipo de noticias y configurar nuestra realidad desde estas fuentes.
Ambos periodistas concluyeron sus disertaciones, acordando que es incierto y oscuro el futuro de Cuba bajo la administración Trump, especialmente si Mark Rubio es aprobado por el Senado como Secretario de Estado como se prevé. El pasado 30 de octubre, 187 países se pronunciaron en contra del bloqueo a Cuba y sólo dos votaron a favor: Estados Unidos e Israel.
El bloqueo a Cuba mata ciudadanos todos los días, esas son sus consecuencias. Es un acto terrorista con el que convivimos y del que no nos horrorizan. La decisión dictatorial de una potencia mundial sobre los destinos libres y soberanos de los pueblos. Quizás ahora el pueblo estadounidense tendrá cuatro años para comprender qué es una dictadura y elegir defender la democracia en 2028.