No da igual retransmitir un programa en “español” que en “non-english”. Lo segundo convierte al español en lengua extranjera, y eso no es verdad. Hoy hablamos de la reciente actuación de Bad Bunny en los Grammys (con la ortografía del plural oficial de los premios).
El programa comenzaba con la actuación del reguetonero boricua. Al inicio, la cadena estadounidense que retrasmitía el evento aplicó un protocolo desconcertante: a pie de pantalla escribieron SPEAKING NON-ENGLISH, SINGING NON-ENGLISH.
¿Era apropiado decirlo así?
Pensemos que el “ES-PA-ÑOL” es la primera lengua de todos los estados de nuestro país con la sola excepción del inglés.
Hablando de lengua, se dice con frecuencia que los candidatos a presidente del país, después de elegidos, no le cumplen al latino con los compromisos electorales adquiridos.
¿Pero cuáles ha incumplido Biden con respecto a nuestra lengua? Pues ninguno. Porque no hay tal tipo de promesas. El último discurso a la nación es esclarecedor, tuvo un minuto para contentar a la población hispana, y solo mencionó una ley de emigración que no se puede llevar adelante sin el apoyo republicano.
La lengua y su protección es lo primero para el hispano, porque si te quitan la lengua, se corta el nexo contigo mismo (o misma), y de los latinos entre sí, y de estos con el mundo hispano, que recordemos es de 500 millones. Muy descorazonador es escuchar la réplica del republicano Juan Ciscomani al Discurso sobre el estado de la nación de Biden. Hubo abundancia de rezos y fe para el latino, pero escasez de contenido hispano específico. ¿Por qué fue tan egoísta y no dijo nada de educarse y vivir con algo que él sí que tiene: el español?
Prediquemos con el ejemplo
Este es el primer año en que a un artista que canta en “non-english” se le concede el premio mayor de los Grammys. Y aquí no hablamos de esas 90 categorías y 29 géneros con premios para contentar a muchos. Se trata de un premio que lo eligen hablantes de inglés que en su mayoría no saben español. Lo dicho, sirve para probar entre otras cosas que “el idioma en que se canta una canción y su letra son independientes, porque los contenidos siempre se pueden traducir mientras que la simbología que aporta el hecho de cantar en una lengua, no”.
Nuestra historia le añade un detalle: en Puerto Rico, cuna de Bad Bunny, se hablaba español 100 años antes de que llegara al continente el primer emigrante de habla inglesa.
Pelearemos siempre por un latino bilingüe en inglés y español, pero sería injusto no recordar “informativamente” que el español no es una lengua más en nuestro país.