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La Cándida Rosa, poemas en el Día de la Madre

La cándida rosa, poemas en el día de la madre

Mi viejita linda: este es el más breve de mis poemarios; pero el más sentido. Solamente lograron brotar once poemas, ni siquiera uno más para completar la docena; pero como te nombras Cándida Rosa, con tu nombre en el título, completo el ramo. Gracias por haberme dado la vida y por educarme como lo hiciste. Sé que sólo soy el producto de tu labor, pulido por la experiencia, en el decurso de la historia.

¡Disfruta tu poemario!

***

1

Siempre asomada a la ventana

La cándida rosa

Vela por mi pureza existencial

Observándolo todo

Procura despejar mi camino

Apartando espinas y ramas secas

Para que no me confundan

Las flores de tallo largo

Y perfume blando

La cándida rosa

En medio de todo

Evitando que el sol queme mi piel

O que la lluvia canse mi pecho

Encomendándome a su Dios

Mientras ora y ruega

Reduzca mi rebeldía

La cándida rosa amparándome

Con su escudo ancestral

Mientras avanzo por un camino

Minado de escollos y trampas

En mi desafío irreversible

Con la vida

2

Rogando a todos los santos

Iniciaba su jornada

Pedía a todos nos diera

Seguridad en el mañana

Comenzaba el día despacio

Conduciéndome hasta el aula

De regreso al medio día

El almuerzo las tareas

La rosa rogaba a Dios

Besando a todos los santos

A su paso por la casa

Felicidad en el futuro

Seguridad en el mañana

Nos precisaron un día

A vivir en tierra extraña

Desplazados de lo nuestro

Como si fuésemos parias

Sin un céntimo en la bolsa

Sin un bien para canjearlo

Y la rosa daba gracias

Y la rosa iba rogando

Felicidad en el futuro

Seguridad en el mañana

3

Mariposas mariposas mariposas

Mariposas vuelan por doquier

Rozan mi camisa

Dejando en ella el rastro de sus alas

Mariposas multicolores de flor en flor

De pistilo en pistilo

De corola en corola

Libando el néctar de las flores

Transportando esporas en sus patas

En su labor inconsciente

De fecundar auroras

Mariposas mariposas mariposas

Mariposas vuelan por doquier

Recreando el sol en sus alas

Dejándome atónito con sus revuelos

Matizando mi camisa con polvo de estrellas

Mariposas mariposas mariposas

Mariposas vuelan por doquier

Me llevan al jardín de mi infancia

Mi madre entre las flores

Contando orugas

Mariposas mariposas mariposas

Mariposas vuelan por doquier

Llevándome en su vuelo

A mi Cándida Rosa

4

Siento que la luz primera escapa de entre mis dedos

Y no puedo retenerla

Percibo en el perfume de la rosa

Ese que me atrae y renueva

Que abandona mis predios para perfumar otros lares

Y no puedo oponerme

Comprendo que la ternura el amor incondicional

El cariño entrañable desaparecerán de mi vida

Y nada puedo ofrecer a cambio de ello

¡Sólo soy un simple mortal atrapado en su tiempo!

Un alma enfundada en su marco de piel

En lucha eterna por cumplir su cometido existencial

Sin más poderes que el rezo y la audacia

¿Qué puedo entonces hacer para retener la aurora?

Para impedir que la pureza de mi sangre desaparezca de mis iris

¿Cómo y a quién pedir prolongue la estadía del cuerpo del milagro?

¿Egoísmo?

Quizá

Pero qué más puede ansiar un simple mortal

Atrapado en el mito de su tiempo,

Que conservar su razón de existir mientras dure su historia

5

Forja yunque martillo en la diestra

Amor ternura bondad en la siniestra

Así me forjó la rosa

Con la disciplina matizando su perfume

Y su cándida sonrisa envolviéndolo todo

Mano de seda

Para no lastimar mi alma

Guante de hierro

Para dominar mi eterna rebeldía

Así me forjó la rosa

Entre cánticos suaves y severos sermones

Midiendo caminos tiempo espacio

Trazaba mi ruta hacia el infinito

Mientras yo jugaba empinando el cuerpo

Mi cabello ya platea

Arde la hulla en la forja

Sin descanso en la labor

Yunque y martillo se afanan

Con ternura con bondad

En domar mi rebeldía

Mientras la rosa perfuma

Mi transitar por la vida

6

Entre flores anda

Balde en mano

Despertando aromas

Con gotas de agua unge

Cual sagrado bálsamo

Cada rosa

Avanza apartando espinas

Robando a las nubes su labor

Retando al viento y al tiempo

Gozando el sol entre ardores y alegrías

De espigas nuevas y brotes tiernos

Huele las rosas

Palpa las hojas

Besa los pétalos

Un rosario de perlas asalta su frente

Regresa el balde al brocal sediento

Y se aleja despacio

Entre añoranzas de antaño

Y futuras citas de agua sol y rosas

7

El día dos de cada mes

Balde en mano ramo en ristre

Acompañaba a la rosa al cementerio

Entre rezo y rezo colocaba flores

Ocultándome la furtiva lágrima

El día dos de cada mes

Saludaba conocidos

Rememoraba encuentros

Se detenía en recuerdos

Ya tumefactos ulcerados agrietados

El día dos de cada mes

Recitaba el rosario de muertos

Irguiéndose en su tristeza

Para mostrarse inmensa

Imbatible invencible

Capaz de soportar todo dolor

A cambio de preservar

La dignidad de los difuntos

El día dos de cada mes

Se agiganta mi amor ante aquella rosa

Que doblaba su estatura

Para depositar un beso

En la tumba de su padre

8

De hornilla a hornilla

Remueve ollas

Antes ha cortado

Papas tomates repollo

Vierte en la sartén aceite

Cebolla orégano sal

El sofrito reverbera

Listo para los frijoles

Mientras se cuece el arroz

Nos prepara una tortilla

Cuatro huevos ha cascado

Para darle buen sabor

El aroma a condimentos

Domina todo el ambiente

Activando salivales

La rosa está en la cocina

Haciendo la diaria faena

La rosa está en la cocina

Para darnos de comer

Afanada en el intento

De multiplicar sonrisas

Fue a la misa de mañana

Para regresar temprano

Y preparar nuestro almuerzo

Mi padre a la cabecera

Celebra la buena mesa

Una sonrisa se abre

En el rostro de la rosa

“Comencemos que se enfría”

¡He ahí su premio!

¡He ahí su gloria!

9

Camino a la escuela

La rosa indicaba

El valor de la enseñanza

Camino a la escuela

Entre gritos y llanto

Que de mi pecho brotaban

La rosa expresaba

El valor de la enseñanza

De su mano

Santa mano

La rosa me conducía

A que aprendiese los números

Geometría el alfabeto

Historia cívica algebra

Mi llanto le reclamaba

Y la rosa enmudecía

Apretaba aún más mi mano

Me besaba con ternura

Y me dejaba en la escuela

Susurrándome al oído

“Algún día entenderás

Que mi alma contigo dejo”

10

¡Ay! Mi vieja

Tanto tropo y sinalefa

Y no te he escrito un poema

Tanta metáfora y símil

Y el cantar no te refleja

Tanto tiempo ya cantando

Y ni una copla siquiera

Tanta muerte y tanta vida

Desde que vine a la Tierra

Cantándole al mismo viento

A la luna y las estrellas

Y entre mis cantos de amor

Ni una estrofa te refleja

¡Ay! Mi vieja

Si supieras que tú eres

El amor que más me aqueja

Y en quien pienso a toda hora

En salud dicha o pena

De carrera o bien despacio

En el tráfico o la arena

Contemplando roca o rosa

En cielo alto o serena

Estadía entre las nieves

Que me gritan tu pureza

Y el color de tus quimeras

¡Ay! Mi vieja

Si de nada me ha servido

Ocultar callada queja

Para encerrar en mi alma

La pena por tu tristeza

¡Ay! Mi vieja

Aférrate a la esperanza

Que verte triste me aterra

11

Epílogo

(Legado de la Cándida Rosa)

Soy simple jardinero de una rosa

Que hoy estrellas cosecha en su jardín

Fiel guardián de la luna soñadora

Que me besa a través de la ventana

Soy un bohemio poeta que se opone

A exiliar la belleza que se oculta

Con mi lira voy allí donde se esconde

Y extraigo su perfume de armonía

De la vida en mi andar soy fiel testigo

En mi ruta de amor y de esperanzas

Voy sembrando optimismo en el camino

Espigas de amistad dejo a mi paso

Confiando que se puede con un beso

Romper el maleficio del zodíaco

Autor

  • J.A. Tony Ruano

    Economista. Especializado en mercadeo y finanzas de propiedades inmobiliarias. Desde 1995 su columna “Bienes raíces”, ha sido publicada semanalmente, por los principales periódicos en idioma español en Norteamérica. Tony es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra, venta y administración”

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