La ciudad de Jericó es la ciudad habitada más antigua del mundo. Está ubicada en el corazón del desierto de Judea, a solo 25 km de Jerusalén, en Cisjordania, actual territorio controlado por la Autoridad Palestina.
Las ruinas de Jericó confirman que ha estado habitada desde la Edad de Hielo, es decir, desde hace 11,000 años y, desde entonces, el espacio no se ha deshabitado ni una sola vez.
Las piedras de los primeros asentamientos humanos son de un campamento de cazadores-recolectores, que hacia el año 9,600 a.C., se establecieron de manera permanente. En ese momento esa zona no era desértica, por eso a los primeros pobladores les pareció un lugar adecuado para sembrar, cultivar y hacer que su comunidad creciera.
El lugar de las palmeras
El nombre de la ciudad se ha traducido como «el lugar de las palmeras». Alrededor del año 8000 a.C., los habitantes se habían convertido en una comunidad organizada, capaz de construir el muro que rodea el asentamiento, para proteger a una población de entre 2.000 y 3.000 personas, que vivían en, al menos 70 estructuras situadas cerca de un manantial para abastecerse de agua. Las viviendas eran circulares, de al menos 5 metros de radio, hechas de arcilla y paja. El cultivo principal consistía en el dátil, el trigo, naranjas y demás cítricos.
El manantial que proveía agua a la villa cada tanto la inundaba. Por ello, y al verse asediados por tribus vecinas, los habitantes construyeron una muralla de 3,5 metros de alto y con un grosor de 1,8 metros, muralla que puso a la ciudad en las escrituras sagradas.
Amorreos y Cananeos
Hacia el 2300 a.C. varios grupos diferentes conformaron la cultura de los llamados Amorreos, que se extendieron a lo largo del litoral mediterráneo.
Alrededor de 1900 a.C. sus sucesores, los cananeos, desarrollaron una creciente vida urbana, con casas de piedra y muebles domésticos de madera. Allí mismo se encontraron en sus tumbas equipamiento para los muertos en el más allá. Esta cultura y creencia, fue adoptada en gran medida por los israelitas, al conquistar Canaán, después de cruzar el río Jordán.
Según el Antiguo Testamento en Jericó, precisamente en el Monte de la Tentación, hacia el año 1,400 a.C., y después de 7 días de sitio militar, Dios hizo que las murallas de Jericó se derrumbaran. La intervención Divina le dio a la ciudad su halo místico.
Para confirmar este relato, según datos arqueológicos, se tiene registro de que este muro existió y que, efectivamente, se derrumbó alrededor del año 1400 a.C. Los rastros arqueológicos confirman la existencia de un asentamiento judío, desde el año 1400 a. C., que terminó en el momento del segundo exilio babilónico en 586 a.C.
Recordemos que el Monasterio de la Tentación, es mencionado en el Nuevo Testamento, como el lugar donde Jesucristo fue a rezar después de haber sido bautizado por Juan el Bautista.
Herodes el Grande estableció una residencia de invierno en Jericó, donde murió en el año 4 a.C. Y más de mil años después, este lugar fue ocupado por las Cruzadas, por su cercanía a Jerusalén.
Musulmanes e ingleses
Jericó fue una aldea menor en la época otomana, pero los ingleses lo utilizaron como lugar de invierno después de que se estableció el mandato británico sobre el territorio, en la década de 1920.
Los ingleses se marcharon en 1948,. En mayo de 1948 David Ben Gurión declaró la Independencia del Estado de Israel y la ciudad quedó en manos de Jordania. Esto originó un gran desarrollo y actividad en la ciudad, que fue reconstruida en gran parte. A partir de la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, estuvo bajo gobierno militar israelí. Y en 1993, Jericó paso a ser parte de la Autoridad Palestina a raíz de los Acuerdos de Oslo.
El triángulo Jerusalén, Jericó, Mar Muerto
El triángulo formado por Jerusalén, Jericó y el Mar Muerto es un lugar místico por excelencia. En la antigüedad, cuando los caminos se recorrían a pie, Jesús camino por tres horas para recorrer los 25 kilómetros que separan Jerusalén de Jericó.
Los esenios que escondieron los Rollos en Qumrán, o manuscritos del Mar Muerto, a orillas del mismo, caminaron también tres horas para llegar desde Jerusalén y, quienes iban de Jericó a Qumrán, recorrían también los 25 kilómetros en tres horas.
Jericó fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2023, ya que forma parte del triángulo místico-religioso, para todos aquellos de cultura y religión judeocristiana, donde la intervención Divina no ha cesado durante los últimos 13,000 años.