El pasado jueves 23 de noviembre en la provincia de Santa Fe, Argentina, se aprobó por unanimidad la Ley de Reparación Histórica Postdictadura para la Colectiva Travesti/ Trans. Esta ley se formuló en respuesta a las persecuciones, detenciones y violaciones de derechos humanos a este colectivo, entre el 10 de diciembre de 1983 y el 10 de junio del 2010.
Una democracia que no fue para todas y todos
La democracia que llegó al país en diciembre de 1983 con la asunción de Raúl Alfonsín, marcó el retorno de los derechos civiles y legales para muchos argentinos, pero la comunidad travesti/ trans siguió viviendo en las sombras. Marginadas y perseguidas, no podían salir de sus barrios, ni caminar libremente por las calles con sus padres y madres a la luz del día. Los insultos, agravios y llamados anónimos a la policía por parte de los vecinos, eran la respuesta diaria que recibían. Derivaban en la detención por 30, 60 o 90 días condenadas por “travestismo”, expresado en el artículo 87, ofensa al pudor, artículo 78 y prostitución escandalosa en la vía pública, comprendido en el artículo 81.
Mientras la población argentina celebraba el regreso de la democracia, las compañeras activistas y militantes, que hoy forman parte de la Mesa de Reparación Histórica Postdictadura, eran adolescentes condenadas por la dictadura de la moral “occidental y cristiana”. Les estaba vedado estudiar porque las autoridades de las escuelas secundarias diurnas y nocturnas, se negaban a inscribirlas. No podían viajar en transporte público porque los mismos conductores, al verlas, desviaban sus recorridos y las dejaban en las comisarías para que fueran encarceladas.
Fabiana González, activista y militante de la Mesa de Reparación Histórica Postdictadura, nos cuenta : “Yo tenía 16 años y soñaba con ser una famosa paleontóloga. Como no me permitían cursar los estudios secundarios, fotocopié el artículo 9 de la Constitución de la provincia de Santa Fe. Allí decía que “Ningún habitante puede ser privado de su libertad corporal, o sometido a alguna restricción de la misma, sino por disposición de autoridad competente y en los casos y condiciones previstos por la ley”. Quería repartir los folletos hechos por mí, para garantizar mis derechos ante la persecución que sufría y garantizar también las libertades de las otras compañeras. El personal de la Comisaría 8 me detuvo de manera ilegal, por portar estos folletos. Me llevaron detrás de los cuarteles militares y me dieron una tremenda paliza. Antes de irse me advirtieron, la próxima vez, te matamos”. Era el año 1996.
Fabiana tuvo que exiliarse de la provincia de Santa Fe. Primero se fue a vivir a Buenos Aires y después a Barcelona, ciudad en la que residió durante diez años hasta que decidió regresar al país. Recién en el año 2004, el área de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe le informó que podía regresar a la provincia y que todos los artículos del código de falta que la encarcelaban, se encontraban en proceso de derogación. El documento estaba dirigido a ella pero figuraba su antiguo nombre.
El activismo construye y la dignidad se repara
“Esta ley, nos dice Fabiana, es nuestra conquista”. “Tanto los diputados como los senadores vieron los expedientes y las pruebas que logramos salvar de nuestras detenciones y encarcelaciones. Son pruebas irrefutables que acompañamos con material audiovisual, filmaciones que hicimos con nuestros celulares, para documentar los lugares donde fuimos encarceladas. Nos llevó más de un año conseguir los permisos para ir a filmar en las comisarías pero nos organizamos y la ley avanzó”.
Nuestra consigna está basada en las propias acciones de los represores. “Así como usaron la moral y las buenas costumbres para perseguirnos, ahora usen la moral y las buenas costumbres para reparar todo el daño que hicieron”.
Sin ley no hay derechos y con ley no hay retrocesos
En Argentina, la Ley de Identidad de Género fue sancionada el 9 de mayo del 2012 y promulgada el 23 de mayo del mismo año. Es una medida pionera en el mundo que reconoce el derecho de las personas a ser inscriptas en su Documento Nacional de Identidad (DNI) acorde con su identidad de género. Una lucha colectiva que transformó la mirada de la sociedad argentina, dando una entidad de igualdad de derechos a las diversidades y sin patologizar las identidades travesti/ trans.
La palabra “travesti” utilizada para etiquetar, calificar y justificar la persecución durante la dictadura argentina y después de llegada la democracia, fue simbolizada por el colectivo como una herramienta de lucha política. Hoy celebra esta conquista que es un faro de luz en el oscuro panorama de retroceso y negacionismo de las ultraderechas que han tomado el poder en las recientes elecciones nacionales.
“Es enorme nuestra organización y nuestra militancia”, nos dice Fabiana. “No tenemos miedo y estaremos en las calles para defender y avanzar en todos los derechos conseguidos y en los muchos más que quedan por conseguir”.
“Nuestro trabajo organizado y activo es de visualización. Así participamos en las universidades, en los colegios secundarios, en los hospitales y en los gremios. Hemos conseguido reivindicaciones esenciales y fundantes como el cupo laboral trans en la Municipalidad, en la Universidad Nacional de Rosario, en la Universidad del Litoral de la Provincia de Santa Fe y también a nivel nacional. No es un privilegio sino una conquista de lucha ante la exclusión y la persecución sistemática y violenta a nuestro colectivo”.
El 10 de diciembre, Argentina cumple 40 años de democracia
Para este colectivo, el respeto a sus derechos civiles y legales llegaron mucho después pero hoy pueden celebrar este triunfo. La agenda patriarcal, conservadora y de ultraderecha del nuevo gobierno es una amenaza para todas las diversidades y para los derechos de todas y todos los argentinos. Sin embargo este pueblo ha luchado siempre por conseguir muchísimas conquistas. Argentina junto a las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo es un faro en el campo mundial de derechos humanos.
El pueblo argentino, acorralado hoy por los altos niveles de inflación y pobreza y con un electorado joven que no vivió en carne propia los estragos de la dictadura y las represiones, le ha dado el poder a un sistema que prioriza los números sobre las personas. Sin embargo la historia la construyen las vidas y no las cifras. Por eso celebramos este triunfo y acompañamos a las compañeras en sus conquistas y en las luchas por una profundización de la democracia, jamás un retroceso. “Al calabozo no volvemos nunca más”.
Esta conquista es una muestra de fuerza y motivación para todos los colectivos y todas las comunidades que luchan por sus derechos. La resistencia y el activismo solidario son las herramientas para enfrentar sistemas heteronormativos que desde la discriminación y el odio, han dañado y siguen lastimando y destruyendo vidas.
¡Nunca Más!