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TIJUANA BLUES: El Incasable, por Marga Britto

Tijuana blues: el incasable

El incasable

¿Nunca se encontraron en su vida con un hombre, que aún pasados los años al recordarlo sienten un ligero temblor en las rodillas y un extraño mariposeo púber en la boca del estómago, y ese mismo recuerdo produce el acto reflejo de apretar los labios y emitir un casi imperceptible y a la vez sabrosón mmm…?

El Incasable, a diferencia de otras especies, NO está en extinción, todo lo contrario, va en aumento. Es aquel hombre convencido de que la Fiesta es para siempre, la cosecha de mujeres nunca se acaba, y mientras los demás padecemos la ira del tiempo en la piel, El Incasable como la famosa canción de Alphaville, será “Forever Young”.

Es un especie de Monje anti-celibato, rinde culto perpetuo a la soltería, y siempre, siempre (y esto es lo que más fastidia) se las arregla para verse mejor que como lo recuerdas.

Jamás ocupó un espacio en nuestras vidas, ni fue nuestro amigo y mucho menos amante, simplemente forma parte de los recuerdos propios, porque de una u otra forma siempre estuvo presente, ya sea como parte del escenario de lo recordado, o como tema de conversación entre las amigas.

Bueno, pues así  tenemos uno en Tijuana,

El Incasable sigue siendo mayor que yo, varios años, y sin necesidad de que me empiecen a pintar arrugas de más, les digo que el hombre está mejor a los 40 que cuando lo conocí en sus 20.

No había fiesta, muestra de arte, inauguración de antro o concierto, al que dejara de asistir, siempre con su sonrisa de 1000 megawatts, y una soltura en sus movimientos que solo las gentes que saben lo que quieren y dónde está lo que quieren, se pueden dar el lujo de tener. Y aunque no es Alain Delon, provoca ese efecto hipnotizante de no poder quitarle la vista de encima. Guapo bajo cualquier estándar: una piel color olivo que le hizo falta a Lorenzo de Arabia para ser perfecto, ojos de gitano y cabello de querubín, del cuerpo mejor ni empezamos el inventario anatómico, porque aquí se acaba esta columna y salgo corriendo hacia Tijuana.

Es amigo de todas y de todos, nunca le he conocido un enemigo o alguien que hable mal de él, fuera de la típica crítica envidiosa de :”No Manches lo vimos con fulanita” (entendiéndose que la sorpresa no es la fulanita, sino el estado civil de ésta).

Aunque no fuimos amigos, nos saludábamos con la debida cordialidad que exige el verte seguido y en todos lados, compartir amigos y hasta gustos musicales, menos una conversación.

Sin embargo, en su momento llegué a conocer los más íntimos detalles de El Incasable, dado que más de una conocida, casada y soltera había tenido sus haberes y quereres con él, y bueno, siendo sincera porque no podemos negar que para eso de los chismes Tijuana es un rancho: todo mundo se entera de todo (claro, de todo menos de quién es y dónde están los narcos, cuales negocios lavan dinero y qué funcionario es corrupto, etc.,  esos detalles con secretísimo de estado).

Sabía por ejemplo que tenía años con una novia, quien aparentemente era la única en todo Tijuana en no saber que su novio era no uno sino “ELIncasable. Que le gustaba el arte y había viajado a Dinamarca, lugar donde radicó un tiempo porque se enamoró del estilo artístico de Johannes Vermeer, que le encantaba el Bacalao que cocinaba su madre, que sus conquistas eran muchas y variadas, teniendo predilección por las casadas, las comprometidas, o ya de jodido las que tuvieran novio. Que había diseñado varios antros de la localidad, y que en sus negocios siempre le iba mejor a sus socios que a él (punto clave para adivinar el porqué de tantos amigos).

Y bueno, también se ventilaban los temas arrabaleros desde la alcoba misma, y se decía que antes de “entrar en materia” (if I may), tenía una especie de coreografía: le gustaba hacer una danza a las que algunas ya habían bautizado como “El Bailecito de las Mil y una Noches”.

Pese a lo que podría asumirse a priori de alguien como el Incasable, con el tiempo le fui encontrando virtudes que no saltaban a la vista y por supuesto, no muchos lograban ver deslumbrados por su imagen de “Don Juan”, no obstante nuestro dandy local jamás fue visto en unos de esos lujosos carros obsesión de prácticamente la totalidad del amplio grupo de amigos con el que contaba, ni presumiendo fortuna alguna, real o imaginaria (como muchos).

Cuando se puso de moda en Tijuana el Chalinillo Style (*) y pulularon los narco-juniors(**), mantuvo su sana distancia nunca confundiendo esto con una opción de forma de vida. Tampoco se las daba de culto e intelectual, aunque no faltara a ningún evento cultural en ambos lados de la frontera. El Incasable era un cosmopolita, conocía lugares que muchos de los niños ricos quienes formaban parte de su círculo más cercano, ni siquiera podrían ubicar en un mapa.

Pese al descaro en sus amoríos, curiosamente guardaba con gran discreción la parte menos superficial  de su vida, y ahora en retrospectiva quiero pensar que esa ha sido la parte que más le importaba.

Con los años El Incasable se convirtió en un objeto de lujo que fui acomodando en mis recuerdos, inyectándoles un elemento de travesura y de glamour al mismo tiempo, y ¿porqué no?, de vez en cuando un ligero temblorcillo en las rodillas.

Con frecuencia El Incasable me recuerda que en mi ciudad algunos pueden vivir sin el riesgo de ser atrapados, pero en su caso, por el lazo y el anillo.

¿Nunca se toparon con un Incasable? ¿No hay en sus recuerdos un hombre que a parte de no envejecer  les quita años de encima con tan sola evocarlo en  su memoria? Cuéntenme de su Incasable, seguro les vendrá bien recordarle.

Llámenme Insumisa pero: Atención Chic@s de Tijuana no se molesten en pedirme  que les diga quién es El Incasable, búsquenle, en el peor de los casos pueda que cada quien encuentre su propio temblor en las rodillas.

***

(*) Chalinillo Style hace referencia a aquella época en que algunos pensaron que era “buena idea” llevar botas vaqueras, camisas Versace o copias de la marca, y tocar música de Tambora y/o corridos a todo volumen, así como cantar a grito abierto cualquier canción que incluyera todas o algunas de las siguientes palabras: Pistola, cuerno de chivo, paquete, contrabando, el jefe  y sangre.

(**) Narco-Juniors: Jóvenes Tijuanenses de extracto socio-económico medio-alto y alto, que seducidos por el poder, el dinero y la aventura, se unieron estúpidamente a las filas del Cartel más poderoso de la zona, incluso como gatilleros.

© Marga Britto 2010

Autor

  • Marga Britto

    Aprendiz de Madre, Malabarista del tiempo, Exiliada por Opcion, Cuestionadora de todo, Objetora de muy Poco, Activista de Closet, Escritora sin oficio. Marga nació y creció en la ciudad de Tijuana, México. Actualmente radica en la ciudad de Pasadena, CA. junto a su esposo e hija de 18 meses. Es Licenciada en Comunicación egresada de la Universidad Iberoamericana, y comparte su tiempo entre vivir su maternidad a tope y escribir una columna semanal en su blog www.madresinsumisas.com.

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