24 aforismos sobre los hombres, Dios y la tecnología

24 aforismos

  • El hombre no deja de ilusionarse porque envejece, más bien, envejece porque deja de ilusionarse.
  • Mientras que la gente nos juzga por lo que hemos hecho, Dios nos juzga por lo que hemos sido.
  • Hay países en los que nunca deja de suceder lo que siempre ocurre.
  • Aquel que llegó a ser alguien, comenzó de donde era nadie.
  • Todos somos ovejas; pero la sociedad nos vuelve lobos.
  • Que alguien me explique: ¿Por qué para extraer algo del ojo, abrimos la boca?
  • Hay personalidades del cine y la televisión que sólo sirven para ‘apantallar’.
  • El deporte de la equitación es de -porte- elegante.
  • Con el avance de la tecnología muy pronto los «robots» lo harán todo. No tendremos nada qué hacer. El tedio será el desafío del futuro.
  • La mujer inteligente se aleja del hombre que usa la fuerza bruta.
  • Con tantas ‘reservaciones’ me imagino que los indios son los que más viajan.
  • La felicidad no la determina una serie de circunstancias sino una determinada serie de actitudes.
  • Estas frases son solo secuencias máximas que expresan sentencias mínimas.
  • Quienes creen ser libres de toda influencia social, por lo general son esclavos de una ley gubernamental.
  • Las fotografías capturan momentos que trascienden la realidad fragmentada y se convierten en una totalidad estampada.
  • Aquel que cultiva y vende naranjas le saca jugo a la vida.
  • Sabemos que nos hacemos viejos, cuando vamos a que nos lean la mano y la adivina prefiere leernos la mente.
  • Hay quienes dicen lo que piensan. Otros, sin embargo, piensan lo que dicen.
  • Es bueno dejar la bebida, lo malo es no recordar adonde.
  • Lo bueno de mi generación es que no fue necesaria la tecnología para la diversión.
  • Los parques públicos son campos de concentración.
  • Aquel venado es tan miope que no ‘ve-nada’.

Dos definiciones

  • Definición de Política: Mafia de cuello blanco.
  • Definición de Experiencia: Sabiduría aprendida de una locura cometida. 

Autor

  • Rafael Carvajal

    Rafael Carvajal nació en Bogotá, Colombia. Tras cursar estudios de periodismo en su país, se radicó en Los Angeles, California. Sus escritos han sido publicados en revistas y periódicos tanto en Estados Unidos como en Colombia. Su forma de esribir denota una mezcla de filosofía lógica con humor absurdo. Es miembro fundador de la peña literaria La Luciérnaga de Los Angeles.

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