No es demasiado tarde: Regístrate para votar

Con cada día que pasa y a medida que nos acercamos a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, nuevas encuestas arrojan resultados que fluctúan, dándole la supuesta victoria una vez al exmandatario Donald Trump y la otra a la actual vicepresidenta Kamala Harris. 

Y si bien artefactos estadísticos como las “Encuestas de Encuestas” dan una ventaja de 1% o 2% a la demócrata, el sistema electoral estadounidense los convierte en intrascendentes y efímeros, porque son encuestas nacionales, que consideran a toda la población en conjunto. 

Porque el resultado depende del Colegio Electoral – estado por estado – y no del voto popular. 

Quien reciba la suma de 270 electores de los 538, será presidente o presidenta. Que los demócratas tengan, históricamente, porque lo han tenido en los últimos ciclos, más votos a nivel nacional no importa, cuando lo que cuenta es cada estado y cuando en casi cada uno de ellos, quien recibe la mayoría se lleva todos los votos electorales, aumentando aún más la desigualdad. 

Y si empataran, digamos que empataran con 269 electores cada uno, al presidente lo elige la Cámara de Representantes y al vicepresidente el Senado. En la Cámara Baja cada estado tiene un voto: California con sus casi 40 millones de residentes: un voto. Wyoming con menos de 600,000: un voto. ¿Democracia?

Una desigualdad aún más pronunciada en las elecciones al Senado. Cada estado envía al Capitolio dos senadores. Dakota del Sur, Dakota del Norte, Wyoming, Alaska, Montana con menos de un millón de residentes cada uno y marcadamente republicanos, reciben 10 escaños.  California, con casi 40 millones o Nueva York con casi 20, dos cada uno. Esto – determinado por la Constitución – discrimina contra los centros urbanos, las concentraciones de minorías, los conglomerados industriales, a favor de las áreas rurales o semiurbanas y la población anglosajona.  Así se diseñó, para aplacar, acercar, convencer y entregar el poder a los estados pequeños, preindustriales en su momento. 

¿Y el voto de los latinos? Digo «voto de los latinos» y no «voto latino», porque no creo que eso exista. Pero a pesar de nuestro crónico bajo índice de participación, puede aún ser decisivo. Tu voto puede incidir en los resultados de varios estados. Tu voto es necesario. 

En estados en disputa como Arizona, Georgia y Carolina del Norte, las encuestas indican que 52% de los potenciales votantes latinos apoyan hoy a Harris. Pero en 2020 Biden recibió 66%. Y aunque el 83% de los afroamericanos quieren a la demócrata como presidenta, en 2020 92% votó por Biden. Situaciones parecidas se dan en  Pennsylvania, Michigan y Wisconsin.

Parecería que hay todavía quienes tienen dificultad para votar por una mujer, afroamericana por añadidura. 

Además, no solo se elige presidenta: a todos los congresistas, la tercera parte del Senado, gobernadores, legislaturas y centenares si no miles de Proposiciones, Medidas y Preguntas.

Pero el futuro del país está en la mira. Una segunda presidencia de Donald Trump augura un desastre para la nación y una grave crisis internacional. Es necesario impedir su ascenso al poder y un posible desenlace de un gobierno autoritario. 

En esa situación y con miras al 5 de noviembre, la incertidumbre es lo único seguro. Cada voto realmente cuenta. 

En los 50 estados, quien sea capaz de atraer a las urnas más simpatizantes ganará la elección presidencial, el Congreso, Legislaturas, gobernaciones y las proposiciones electorales. 

Es por eso que quien ya es ciudadano y aún no lo ha hecho debe registrarse para votar. Es un requisito obligatorio. Y aún hay tiempo. 

En California lo puedes hacer hasta el 21 de octubre en línea y luego, en persona, hasta el mismo día de la votación. 

En el estado de Nueva York lo puedes hacer hasta el 26 de octubre en línea, en persona y por correo y luego, en persona, hasta el mismo día de la votación. 

Regístrate, y una vez registrado: vota, porque nuestra vida depende de ello. 

Autor

  • Gabriel Lerner

    Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

    Ver todas las entradas

Comenta aquí / Comment here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba

Descubre más desde HispanicLA: la vida latina desde Los Ángeles

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo