Jane Cornwell, 18, está muy pero muy contenta. Se prepara para viajar de vacaciones a Texas sin decirle a sus padres para las vacaciones de primavera.
Por primera vez en la vida va a viajar sin tener que pedirles dinero. En su lugar, un señor de 75 años Sugar Daddy, al que llamaremos Blake Smith con el cual acaba de dormir la noche anterior, le ha dejado $ 5,000, aparte de su viático mensual y el arriendo del Pent House en Park Avenue como su candy girl, para gastos eventuales.
Jane Cornwell no sabe qué hacer con tanta plata para prepararse a viajar. Antes de volar va a Bloomingdales, se compra zapatos, joyería y un par de regalos de cumpleaños a sus mejores amigos en Texas.
Arrienda un carro que recogerá en el aeropuerto de Texas. Mientras se prueba la ropa, Blake Smith la llama y la llama desde su línea alternativa.
Jane Cornwell no sabe quién llama y contesta. Una voz de un hombre mayor le habla desde el otro lado del auricular. Hi daddy, le dice ella (pensando que es Smith).
«Hi Han» contesta un señor que no es Smith. «Acabamos de llegar de sorpresa a visitarte. «¿Dónde es que vives ahora? tomamos el taxi y vamos para allá».
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