Hace unos 10 años en México, cuando un compatriota que emigraba a los Estados Unidos comenzaba a hablar inglés, adoptar el acento y mezclar el vocabulario de este lenguaje con el español, significaba que se había convertido en un pocho.
En ocasiones, el emigrante era motivo de bromas, que pasaban a la burla cuando a la vuelta de unos años regresaba de visita con su familia y sus hijos hablaban más inglés que español, mezclando los dos idiomas y con un acento ya predominantemente inglés. Los niños entonces eran considerados aun más ‘pochos’ que sus propios padres.
Para Ramsés González de Glendale, el uso del Spanglish es un acto inevitable. Es un joven de 27 años nacido en Estados Unidos de padre ecuatoriano y madre mexicana. Trabaja en la industria de la construcción y convive con numerosos compañeros de trabajo centroamericanos y sudamericanos. Muchos de ellos hablan muy poco inglés, y la mayoría de las palabras que utilizan son del Spanglish.
“Mis jefes y los contratistas hablan puro inglés; yo sirvo de puente entre ellos y mis compañeros, que no hablan el idioma. Yo les enseño, pero aprenden más rápido el Spanglish que el inglés, es más fácil y se entiende más rápido”, dice Ramsés en una charla con hispanicLA.
El Spanglish es una manera de expresión menos formal y más divertida que el inglés, afirma Ramsés. “Hay un compañero de trabajo que es afroamericano y le gusta juntarse con un grupo de mexicanos, porque dice que quiere aprender español. Pero más bien ha aprendido Spanglish. Yo le digo que un afroamericano que se junta con mexicanos se vuelve un ‘Black-xican’ o ‘Blackxicano’ y todos se ríen a carcajadas”.
Precisamente en este contexto de intercambio social se manifiesta la tendencia natural de los hispanohablantes por castellanizar las palabras del inglés. De esta manera, se dio origen a un sinnúmero de vocablos que ahora conforman parte del listado del Spanglish. Lo vemos con frecuencia en una cantidad de escenarios: el espacio cibernético, los carteles de ofertas de la tienda de la esquina y nuestra propia casa.
Otro recurso en el proceso de creación del Spanglish es mezclar una o más palabras en inglés dentro de una oración predominantemente en español; o viceversa, introducir una o varias palabras en español (o Spanglish) dentro de una oración predominantemente en inglés:
Así, “la ‘movie’ estuvo muy ‘cool’ pero no me gustó que la mujer se murió ‘at the end’”
“It’s getting cold and I don’t have ‘mi abrigo’ with me, let me call ‘a la casa’ so they can ‘encontrarlo’ and bring it to me”
José Luis Sáenz, de Baldwin Park también usa el Spanglish mezclando palabras en español en frases predominantemente en inglés. Para él, cuando le gusta algo, es mejor decir ‘está suave’, que decir ‘cool’; palabra que por cierto admite es la favorita de sus hijos adolescentes: para ellos todo está ‘cool’.
En el caso de Rafael Moreno, también de Baldwin Park, las expresiones en Spanglish también le son algo común. El español es su primer idioma pero a su grupo de camaradas prefiere llamarlos ‘homies’ en lugar de amigos. Rafael no va al ‘cine’, sino que va a las ‘movies’. Acepta que mezcla continuamente sus dos lenguas y que hace de esa práctica algo divertido.
El bilingualismo y el biculturalismo son elementos que nos enriquecen y nos hacen más capaces y sabios. Aquí entra en escena la innegable y creciente importancia del Spanglish. Usted, ¿cómo piensa? ¿En español, inglés o Spanglish? ¿Cuál es su palabra favorita de Spanglish? La pregunta está abierta.
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