Vivir es una cuestión de actitud, por Álex Ramírez-Arballo

Sí, vivir es una cuestión de actitud. Es todo lo que necesitamos para hacer de nuestra vida una aventura, una experiencia plena y transformadora: lo que no podemos cambiar no puede distraernos y hacernos perder aquello que sí podemos cambiar, que está esperándonos ahí adelante en el camino. No hay truco: nuestra felicidad es más hija de la voluntad que de las circunstancias que nos rodean.

Frente a un problema podemos intentar resolverlo o no: si no lo intentamos, el problema seguirá ahí; si lo intentamos, corremos el hermoso riesgo de resolverlo, y si no lo resolvemos seguro que aprendemos algo en el camino, algo que nos haga más fuertes.

Creo fervientemente en el poder de la humanidad para reinventarse cuantas veces sea posible. Desde hace ya quince años soy profesor en la universidad y te voy a decir algo que he aprendido, los mejores alumnos no son los más inteligentes sino los que tienen una actitud más abierta y generosa hacia la clase. El mundo, este mundo nuestro se mantiene en pie gracias a quienes renuncian a la queja y el desánimo, a quienes no desisten y continúan hasta el límite de sus fuerzas. Voy a decir algo que tengo muchas ganas de decir: pase lo que pase no pierdas nunca la capacidad de sonreír, porque si la pierdes habrás perdido también la esperanza. Ríete de todo y comienza siempre contigo mismo.

[bctt tweet=»No pierdas nunca la capacidad de sonreír, porque si la pierdes habrás perdido también la esperanza. Ríete de todo y comienza siempre contigo mismo (Álex Ramírez Arballo) » username=»hispanicla»]

Dios te dio la responsabilidad de hacerte cargo de ti y no hay mejor manera de ser fiel a este altísimo deber que cultivando una actitud creativa y honesta. Seguro que tienes más de algún talento; pues bien, dedícale toda tu vida a ello y de ese modo no te quedará tiempo para lamentarte de nada. Aprende también a vivir en lo sencillo, en las cosas cotidianas, que tienen un valor absoluto: la grandeza de la vida cabe en un puño, que no se nos olvide. Todo lo que verdaderamente importa es humano, es gratuito y está siempre cerca de nosotros, que no se nos olvide, insisto.

Creo que un hombre o una mujer con una actitud de resistencia y optimismo se convierte, en estos tiempos de desdicha por decreto, en verdaderos revolucionarios y agentes de cambio en su comunidad. La actitud que necesitamos en la hora más oscura no es, no puede ser la de la autoconmiseración y el victimismo, sino la de la perseverancia optimista, realista y generosa.  Quienes se enamoran de la vida no pueden contenerse en su amor y deben comunicarlo a los demás: en esto creo.

Autor

  • Alex Ramirez-Arballo

    Álex Ramírez-Arballo. Profesor de cultura y literatura latinoamericanas en la Pennsylvania State University. Doctor y maestro en literaturas hispánicas por la University of Arizona. Poeta y escritor. En el mundo académico imparte cursos de lengua y literatura latinoamericana, así como un taller de composición para hablantes nativos durante las primaveras. A la fecha ha publicado cinco libros de poesía, uno de crónicas y un libro de ensayos: Las comuniones insólitas (ed. UNISON 1998); El vértigo de la canción dormida (Ed. UNAM 2000); Pantomimas (Ed. ISC 2001); Oros siempre lejanos (Ed. ISC 2008); Las sanciones del aura (Ed. ISC 2010); en crónica: Como si fuera verdad (Ed. ISC 2016). Su libro de ensayos se titula Buenos salvajes –seis poetas sonorenses en su poesía (Ed. ISC 2019). Ha sido ganador de premios de poesía a nivel local (Sonora) Libro Sonorense (2000, 2010, 2015 y 2017) y nacional, como el premio Clemencia Isaura (1999), los Juegos Trigales del Valle del Yaqui (2001), mención honorifica en el premio Efraín Huerta de poesía (2001), así como los premios binacionales Antonio G. Rivero (1998) y Anita Pompa de Trujillo (2006). Ha sido articulista de El Imparcial (Hermosillo), La Opinión (Los Ángeles) y actualmente es escritor en la revista iberoamericana Letras Libres. Sobre su obra poética, el Diccionario de escritores mexicanos dice: “La poesía de Álex Ramírez-Arballo se proyecta como una exploración dentro de los territorios del pasado, la oscuridad y la ausencia. Esta sensación de vacío surge porque los elementos verbalizados son definidos no por lo que son, sino por lo que un día fueron: la infancia, el amor, el lenguaje, etcétera. En sus poemas proliferan las imágenes relativas al fenómeno de la mirada, la enunciación poética, el inconsciente y los procesos del sueño”.

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