La obra de Nezahualcóyotl, rey y poeta azteca (1402-1472)

Con motivo de su cumpleaños 622, publicamos 12 de sus poemas (originales en náhuatl)

Unos 34 poemas, en dos tomos, que se atribuyen a Nezahualcóyotl Acolmiztli han llegado hasta nosotros, sobreviviendo los rigores del tiempo y la destrucción de la obra de los habitantes del continente por parte de los conquistadores. Quedaron recopilados en dos tomos: Cantares mexicanos y Romances de los señores de Nueva España. Ambos fueron compilados después de la Conquista por los discípulos de Fray Bernardino de Sahagún, quien llegó a Nueva España en 1529 y permaneció allí hasta su muerte en 1590. Fueron editados por el cura y filólogo contemporáneo Angel María Garibay Quintana (1892-1967). Existe un debate sobre si su poema más conocido «Debajo del árbol florido» es realmente suyo o es posterior a la conquista.

Son necesarios y quizás suficientes para dar un cuadro de la calidad poética del autor, del papel preponderante que tenía la poesía en la cultura precolombina y de la vida cotidiana y cortesana en esta civilización borrada del mapa por los conquistadores españoles.

Sse le conocen, entre otros poemas: Canto de la huida, Canto de primavera, Solamente Élo Yo lo pregunto. Es frecuente la temática de la propia muerte y las limitaciones del monarca.

Nezahualcóyotl, también escrito como Netzahualcóyotl,  cuyo nombre en náhuatl significa «coyote ayunador» y «brazo de puma», nació el 28 de abril de 1402 y murió en 1472. Según las fuentes históricas, durante cuarenta años fue el tlatoani de la ciudad-estado mexicana de Tetzcoco.  Se señala que probablemente su origen era mexica, por la rama materna, y según otras fuentes era de origen acolhua, un pueblo que arribó al Valle de México alrededor del año 1,200 y al que los historiadores adjudican la fundación de Texcoco. 

Aplicó su aprecio por la poesía y otras manifestaciones artísticas al desarrollo de su ciudad, ejerciendo como una especie de mecenas, no muy diferente de lo que Lorenzo De Médici, que vivió en la misma época (1449-1492) hizo en la República de Florencia, hoy Italia.

La poesía de Nezahualcóyotl es profundamente personal. Al mismo tiempo al relatar escenas de su vida como monarca y sus luchas contra otros líderes de la época constituye una fuente histórica primaria de importancia.

En la obra del monarca artista abundan las loas a la divinidad y el tema del amor,bajo lo que se considera un «subgénero de la poesía náhuatl conocido como xoxicuícatl o cantos a la poesía» o Xochicuícatl. Los otros tres subgéneros, según Garibay, eran los cantos a los dioses o Teocuícatl; cantos a la guerra o Yaocuícatl y cantos de angustia o Icnocuícatl.

En el arte náhualt las flores son el símbolo de la poesía es simbolizada, un principio que ayuda a comprender el sentido de los poemas.

Nezahualcóyotl recuerda a otro rey poeta, el Salomón bíblico, a quien se le atribuye el poema erótico Cantar de los Cantares que aparece en la Biblia o Antiguo Testamento. La interpretación de su obra durante milenios fue que la referencia al amor carnal no es sino una alegoría de la adoración de dios.

Imagen de Nezahualcóyotl, gobernante de Texcoco, tomada del Códice gijs, folio 106R.

Canto de primavera

En la casa de las pinturas
comienza a cantar,
ensaya el canto,
derrama flores,
alegra el canto.

Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos responden
nuestras sonajas floridas.

Derrama flores,
alegra el canto.

Sobre las flores canta
el hermoso faisán,
su canto despliega
en el interior de las aguas.

A él responden
variados pájaros rojos.

El hermoso pájaro rojo
bellamente canta.

Libro de pinturas es tu corazón,
has venido a cantar
haces resonar tus tambores,
es que tú eres el cantor.

En el interior de la casa de la primavera
alegras a las gentes.

Tú sólo repartes
flores que embriagan,
flores preciosas.

Tú eres el cantor.

En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.

Original en náhuatl: Xobán Cuicatl

Amoxkalko pewa kwika,
yeyekowa, kimoyawa xochitl,
on awia kwikatl.
Ikawaka kwikatl,
oyowali ewatiwits,
san kinankiliya toxochayakach.
Kimoyawa xochitl,
on awia kwikatl.
Xochitikpak kwika in yektli kokoxki,
ye kon ya totoma aitek.
San ye konnankilia
in nepapan kechol.
In yektli kechol, in wel ya kwika.
Amoxtlakwilol in moyolo, tokwikatikako,
in tiktsotsona in mowewew,
in tikwikanitl.
Xopan kala itek,
in tonteyawiltiya.
San tik moyawa
in poyoma xochitli,
in kakawa xochitli.
In tikwikanitl.
Xopan kala itek,
in tonteyawiltiya.

Canto de la huida

En vano he nacido,
en vano he venido a salir
de la casa del dios a la tierra,
¡yo soy menesteroso!

Ojalá en verdad no hubiera salido,
que de verdad no hubiera venido a la tierra.
no lo digo, pero… ¿qué es lo que haré?,
¡oh príncipes que aquí habéis venido!,
¿vivo frente al rostro de la gente?
¿qué podrá ser?,
¡reflexiona!

¿Habré de erguirme sobre la tierra?
¿cuál es mi destino?,
yo soy menesteroso,
mi corazón padece,
tú eres apenas mi amigo
en la tierra, aquí

¿Cómo hay que vivir al lado de la gente?
¿obra desconsideradamente,
vive, el que sostiene y eleva a los hombres?

¡Vive en paz, pasa la vida en calma!
me he doblegado,
sólo vivo con la cabeza inclinada
al lado de la gente.
por eso me aflijo,
¡soy desdichado!,
he quedado abandonado
al lado de la gente en la tierra.

¿Cómo lo determina tu corazón,
Dador de la Vida?
¡salga ya tu disgusto!
extiende tu compasión,
estoy a tu lado, tú eres dios.
¿acaso quieres darme la muerte?

¿Es verdad que nos alegramos,
que vivimos sobre la tierra?
n
o es cierto que vivimos
y
 hemos venido a alegrarnos en la tierra.
todos así somos menesterosos.
la amargura predice el destino
aquí, al lado de la gente.

Que no se angustie mi corazón.
n
o reflexiones ya más
verdaderamente apenas
de mí mismo tengo compasión en la tierra.

Ha venido a crecer la amargura,
j
unto a ti a tu lado, Dador de la Vida.
s
olamente yo busco,
recuerdo a nuestros amigos.
¿acaso vendrán una vez más,
acaso volverán a vivir;
sólo una vez perecemos,
sólo una vez aquí en la tierra.
¡Que no sufran sus corazones!,
junto y al lado del Dador de la Vida.

El poema refleja el momento en que Nezahualcóyotl andaba huyendo del señor de Azcapotzalco.

Estoy triste

Estoy triste, me aflijo,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
con flores y con cantos
recuerdas a los príncipes,
a los que se fueron,
a Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven,
allá en donde de algún modo se existe.
¡ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!

¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantes de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!

Así, echando de menos tus cantos,
me he venido a afligir,
sólo he venido a quedar triste,
yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
y
a no estás aquí, ya no,
en la región donde de algún modo se existe,
n
os dejaste sin provisión en la tierra,
p
or esto, a mí mismo me desgarro.

Original en náhuatl

Nitlayokoya, niknotlamatiya
san, nitepiltsin Nesawalkoyotl
xochitika ye iwan kwikatika
nikimilnamiki tepilwan,
ain oyake,
yehwa Tesosomoktsin,
o yehwan Kwahkwahtsin.
Ok nelin nemoan,
kenonamikan.
¡Maya nikintoka in intepilwan,
maya nikimonitkili toxochiw!
Ma ik itech nonasi,
yektli yan kwikatl in Tesosomoktsin.
O aik ompoliwis in moteyo,
¡nopiltsin, Tesosomoktsin!
Anka sa ye in mokwik a ika
niwalchoka,
in san niwaliknotlamatiko, nontiya.
San niwalayokoya, niknotlamati.
Ayokik, ayok, kenmanian,
titechyaitakiw in tlaltipak, ika nontiya.

Yo lo pregunto

Yo, Nezahualcóyotl, lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

Original en náhuatl

Nikihtoa ni-Nesawalkoyotl:
¿Kwix ok neli nemowa in tlaltikpak?
An nochipa tlaltikpak:
san achika ya nikan.
Tel ka chalchiwitl no xamani,
no teokwitlatl in tlapani,
no ketsali posteki.
An nochipa tlaltikpak:
san achika ye nikan.

Percibo lo secreto…

Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
de cuatro en cuatro nosotros los hombres,
todos habremos de irnos,
t
odos habremos de morir en la tierra…
nadie en jade,
nadie en oro se convertirá:
en la tierra quedará guardado
todos nos iremos
a
llá, de igual modo.
n
adie quedará,
conjuntamente habrá que perecer,
n
osotros iremos así a su casa.

Como una pintura nos iremos borrando.
c
omo una flor, nos iremos secando
aquí sobre la tierra.
como vestidura de plumaje de ave zacuán,
de la preciosa ave de cuello de hule,
nos iremos acabando
n
os vamos a su casa.

Se acercó aquí
h
ace giros la tristeza
d
e los que en su interior viven…
m
editadlo, señores,
aguilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque allá iréis,
al lugar de los descarnados…
tendremos que desaparecer
nadie habrá de quedar.

Original en náhuatl

San nikkaki itopyo, ipetlakalo:
¡Ah in tepilwan!
Timasewaltin,
nawi, nawi,
in timochi tonyaske,
timochi tonmikiske in tlatikpak…
Ayak chalchiwitl,
ayak teokwitlatl mokwepas:
in tlaltikpak tlatielo.
Timochi tonyaske
in kanin, ye iwkan
Ayak mokawas,
san sen tlapopoliwis,
tiyawi ye iwkan ichan.
San iwki tlakwiloli
ah tonpopoliwi.
San iwki xochitl,
in san tonkwetlawi
ya in tlaltikpak.
Ya ketsali ya sakwan.
xiwkecholi itlakechwan,
tonpopoliwi,
tiyawi in ichan.
Oasiko ye nikan,
ye ololo a in tlaokol
ye in itek on nemi…
Xik yokoyankan, in antepilwan,
kwawtamoselo,
ma nel chalchiwitl,
ma nel teokwitlatl,
no ye ompa yaske,
onkan on Ximowa…
San tipopoliwiske,
ayak mokawas.

Estoy embriagado

Estoy embriagado, lloro, me aflijo,
Pienso, digo,
En mi interior lo encuentro:
Si yo nunca muriera,
Si nunca desapareciera.
Allá donde no hay muerte,
Allá donde ella es conquista,
Que allá vaya yo…
Si yo nunca muriera,
Si yo nunca desapareciera.

Original en náhuatl

Niwinti, nichoka, niknotlamati,
nik mati, nikihtoa,
nik ilnamiki:
Ma ka aik nimiki
ma ka aik nipoliwi.
In kan ahmikoa,
in kan on tepetiwa,
in ma onkan niaw…
Ma ka aik nimiki,
ma ka aik nipoliwi.

¿Adónde iremos?

¿ A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas, ¿por esto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
Aquí nadie vivirá por siempre.
Aun los príncipes a morir vinieron,
Los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:

Aquí nadie vivirá para siempre.

No en parte alguna…

No en parte alguna puede estar la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado,
Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
El es quien inventa las cosas,
Él es quien se inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es invocado,

Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.

Nadie puede aquí
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida:
Sólo es invocado,
A su lado, Junto a él,
Se puede vivir en la tierra.

El que lo encuentra,
Tan sólo sabe bien esto: él es invocado,
A su lado, junto a él,
Se puede vivir en la tierra.

Nadie en verdad
Es tu amigo, ¡oh Dador de la vida!
Sólo como si entre las flores buscáramos a alguien,
Así te buscamos,
Nosotros que vivimos en la tierra,
Mientras estamos a tu lado.
Se hastiará tu corazón.
Sólo por poco tiempo
Estaremos junto a ti a tu lado.

No enloquece el Dador de la vida,
Nos embriaga aquí.
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener éxito, reinar en la tierra.

Sólo tú alteras las cosas,
Como lo sabe nuestro corazón:
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener éxito, reinar en la tierra.

Miradme, he llegado

Nezahualcóyotl supuestamente escribió este poema para Moctezuma I el viejo, de nombre Moteuczomatzin Ilhuicamina, quien vivió entre 1398 y 1469, cuando estaba enfermo.

Miradme, he llegado.
Soy blanca flor, soy faisán,
Se yergue mi abanico de plumas finas,
Soy Nezahualcóyotl.
Las flores se esparcen,
De allá vengo, de Acolhuacan.
Escuchadme, elevaré mi canto,
Vengo a alegrar a Moctezuma.
¡Tatalilili, papapapa, achala, achala!

¡Qué sea para bien! ¡que sea en buen momento!
Donde están erguidas las columnas de jade,
Donde están ellas en fila,
Aquí en México,
Donde en las obscuras aguas
Se yerguen los blancos sauces,
Aquí te merecieron tus abuelos,
Aquel Huitzilíhuitl, aquel Acamapichtli.
¡Por ellos llora, oh Moctezuma!
Por ellos tú guardas su estera y su solio.
El te ha visto con compasión,
Él se ha apiadoado de ti, ¡oh Moctezuma!
A tu cargo tienes la ciudad y el solio.

Un coro responde:
Por ello llora, ¡Oh Moctezuma!
Estás contemplando el agua y el monte, la ciudad,
Allí ya miras a tu enfermo,
¡oh Nezahualcóyotl!
Allí en las obscuras aguas,
En medio del musgo acuático,
Haces tu llegada a México.
Aquí tú haces merecimiento,
Allí ya miras a tu enfermo.
Tú, Nezahualcóyotl.

El águila grazna,
El ocelote ruge,
Aquí es México,
Donde tú gobernabas Itzcóatl.
Por él, tienes tú ahora estera y solio.
Donde hay sauces blancos
Sólo tu reinas.
Donde hay blancas cañas,
Donde se extiende el agua de jade,
Aquí en México.

Tú, con sauces preciosos,
Verdes como jade,
Engalanas la ciudad,
La niebla sobre nosotros se extiende,
¡Que broten flores preciosas! ¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Haces vibrar tu abanico de plumas finas,
lo contempla la garza
lo contempla el quetzal.
¡Son amigos los príncipes!
La niebla sobre nosotros se extiende,
¡que broten flores preciosas!
¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Flores luminosas abren sus corolas,
donde se extiende el musgo acuático,
aquí en México.
Sin violencia permanece y prospera
en medio de sus libros y pinturas,
existe la ciudad de Tenochtitlan.
El la extiende y la hace florecer,
él tiene aquí fijos sus ojos,
los tiene fijos en medio del lago.

Se han levantado columnas de jade,
de en medio del lago se yerguen las columnas,
es el Dios que sustenta la tierra
y lleva sobre sí al Anáhuac
sobre el agua celeste.
Flores preciosas hay en vuestras manos,
con verdes sauces habéis matizado a la ciudad,
a todo aquello que las aguas rodean,
y en la plenitud del día.
Habéis hecho una pintura del agua celeste,
la tierra del Anáhuac habéis matizado,
¡oh vosotros señores! A ti, Nezahualcóyotl,
a ti, Motecuhzoma,
el dador de la vida os ha inventado,
os ha forjado,
nuestro padre, el Dios,
en el interior mismo del agua.

Pensamiento


¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.

Un recuerdo que dejo


¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos

Monólogo de Nezahualcóyotl

Hay cantos floridos; que se diga
yo bebo flores que embriagan,
ya llegaron las flores que causan vértigo,
ven y serás glorificado.

Ya llegaron aquí las flores en ramillete:
son flores de placer que se esparcen
llueven y se entrelazan diversas flores.

Ya retumba el tambor: sea el baile:
con bellas flores narcóticas se tiñe mi corazón.

Yo soy cantor: flores para esparcirlas
yo las voy tomando: gozad.

Dentro de mi corazón se quiebra la flor del canto:
ya estoy esparciendo flores.

Con cantos alguna vez me he de amortajar,
con flores m corazón ha de ser entrelazado:

¡Son los príncipes, los reyes!

La fama de mis flores, el renombre de mis cantos,
dejaré abandonados alguna vez:
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:

¡Son los príncipes, los reyes!

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