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Maribel Hastings: indocumentados al amparo del jefe de policía

Para los indocumentados de Lorain, el jefe de policía de la ciudad, Cel Rivera, cayó del cielo.

Celestino Rivera
Celestino Rivera, jefe de la policía de Lorain, Ohio

Tanto la Patrulla Fronteriza (CBP) como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) habían extendido sus tentáculos en esta ciudad y recibían la colaboración de los policías de Lorain que les notificaban cuando detenían a algún conductor indocumentado por alguna infracción menor de tránsito.

Celestino Rivera, de origen puertorriqueño, desconocía que sus agentes hacían esto. El grupo comunitario HOLA Ohio asesoró y organizó a los inmigrantes e invitaron a Rivera a escuchar a los inmigrantes en la Parroquia del Sagrado Corazón en Lorain.

“Escuché nueve historias de cómo mis policías y otros policías del condado de Lorain los detuvieron por infracciones mínimas de tránsito y llamaron a ICE y a la Patrulla Fronteriza y terminaron en procesos de deportación y me rompió el corazón oír esas historias. Fue muy emotivo. No dormí… Para las ocho de la mañana ya había escrito la orden de que mis agentes jamás llamarían a ICE o a la Patrulla Fronteriza. Ese no es nuestro trabajo. Dos semanas más tarde la orden se hizo permanente en nuestro manual”, narra Rivera.

Él se enteró de que la Patrulla Fronteriza había comenzado a acompañar a los policías locales de Lorain a los llamados que recibían. “Así se familiarizaban con los agentes, les daban sus tarjetas de representación y les pedían que los llamaran cuando se toparan con personas sin documentos, con indocumentados”, explica.

Esto fue hace siete meses y las reacciones no se han hecho esperar. Individuos y grupos han condenado la decisión de Rivera, quien ha recibido mensajes de odio que dice ignorar.

“Lo otro que hice fue enviar nuestra nueva orden a otros departamentos de policía del condado de Lorain, aunque tengo que decir que no ha habido
mucha recepción”, admite Rivera. “Hice una reunión con otros jefes de policía del condado e invité a HOLA para que los policías escucharan el lado humano de esta historia tratando de que adopten la misma política. Y, de hecho, la semana entrante tengo una reunión con la policía de Cleveland, donde también se están reportando estos casos y los inmigrantes tienen problemas”.

Ha recibido informes de que en Cleveland detienen a indocumentados por mínimas infracciones, “y de inmediato llaman a ICE que está ahí en minutos porque [su oficina] está dentro de la ciudad”.

Y ese es el problema. Los inmigrantes se sienten bastante aliviados en Lorain, pero cuando manejan en otras ciudades del condado y del estado existe el temor constante de ser detenidos por la Patrulla Fronteriza.

“Esto está pasando más y más no sólo en nuestro condado, sino en otros, en Cleveland (condado de Cuyahoga), en Painesville y Mentor, que es el condado Lake, donde son detenidos por infracciones de tránsito triviales. Son detenidos por una hora, hora y media, hasta que ICE viene por ellos y los llevan a instalaciones que están a tres, cuatro horas de distancia”, dice Rivera.

Explica el caso de un hombre de 62 años, que vive en Ohio desde hace 27. Lo detienen porque estaban buscando una camioneta blanca. No era la del señor, pero igualmente le piden documentos, que no tiene y lo detienen. “Estuvo detenido 13 o 14 días en una cárcel a tres horas de aquí y enfrenta una orden deportación tras 27 años de vivir aquí sin historial delictivo”, cuenta.

“Eso es lo que está pasando aquí y por eso me he involucrado en ayudar a los inmigrantes. Cuando menos sé que se sienten cómodos aquí en Lorain. Sé que antes estaban atemorizados de llamar a la policía cuando eran víctimas de delitos. Creo que los he llevado al nivel en que se sienten cómodos aquí en la ciudad de Lorain, pero el problema es que no puedo protegerlos cuando salen de mi jurisdicción”.

Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice

Autor

  • Maribel Hastings

    Maribel Hastings is a Senior Advisor and columnist at America’s Voice and America’s Voice Education Fund. A native of Puerto Rico, Maribel is a graduate of the University of Puerto Rico with a major in public communications and a history minor. She worked for La Opinión, and became La Opinión’s first Washington, D.C. correspondent in 1993. Maribel has received numerous awards, including the 2007 Media Leadership Award from the American Immigration Lawyers Association (AILA) for her coverage of the immigration debate in the U.S. Senate.

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