Camioneros “fuera de servicio”

Tengo una tía trailera. Hace mucho tiempo que no la veo, porque siempre está montada en su camión atravesando Estados Unidos, pero la sigo en redes. Recorro el país a través de sus publicaciones de carreteras, cenadurías y ratings de gasolineras que son amigables para quienes se gastan la vida pisando un acelerador. Ella, que solía ser un cascabel, dicharachero, dice que la soledad le ha secado las palabras. No es la única.
Cientos de camioneros cruzan fronteras y llegan a destinos sin contacto humano. Todo es transaccional. Monitorean sus rutas y sus cabinas, así que tampoco pueden pasar el tiempo hablando con los suyos. Poco a poco van olvidando las habilidades sociales y hasta el uso del lenguaje. Quizá por eso hay tantos conductores que aceptan trabajos en diferentes lugares, aunque no hablen el idioma; se aprenden los señalamientos y usan el código universal del sentido común. Pero eso ya no es suficiente en este país.
Este miércoles 25 de junio entró en vigor una orden ejecutiva de la administración Trump que obliga a todos los camioneros a hablar inglés mientras trabajen en territorio estadounidense, independientemente de dónde vengan o a dónde vayan. Esto no es nuevo.
Para obtener una licencia de conducir comercial, los choferes tienen que aprobar un examen escrito que no solo evalúa las normas de vialidad, sino que deben identificar partes de los vehículos y señalamientos de transporte en inglés. Ahora también tienen que poder comunicarse verbalmente sin la ayuda de la tecnología, si no, serán catalogados como “conductores fuera de servicio” y se quedarán sin paga.
La orden ejecutiva tiene la intención de reforzar la seguridad en las carreteras y prevenir accidentes y fatalidades en el camino. Esto, indica, a través de la contratación de choferes que estén “debidamente capacitados” y que tengan “competencia en el idioma nacional”, que es oficialmente el inglés.
Así que ahora los camioneros no solo tendrán que identificarse y presentar sus documentos, sino que deberán ser capaces de responder preguntas de la carga, las órdenes de envío, de dónde viene la mercancía, a dónde la llevan y otras preguntas de su servicio como transportistas en inglés. No podrán utilizar celulares ni aplicaciones de traducción, tampoco podrán solicitar o utilizar los servicios de un intérprete u otros recursos escritos durante las entrevistas.
No tiene que ser un inglés perfecto, pero, según el documento oficial, tienen que “leer y hablar inglés lo suficiente como para conversar con el público en general, comprender las señales de tráfico en inglés, responder a las solicitudes oficiales y realizar anotaciones en informes y registros”, por su propia cuenta.
Si un conductor no puede cumplir con los requisitos, no podrá trabajar en este país, advirtió el Departamento de Transporte.
La orden ejecutiva estipula que el Departamento del Transporte tiene que incluir una prueba de inglés para los choferes; además, explica que un oficial puede detener a cualquier conductor por alguna falla y si este no se puede comunicar en inglés será considerado como “no apto”.
Aunque la intención es reforzar la seguridad, expertos indican que la exigencia del inglés no es la solución más efectiva para prevenir accidentes y abre la puerta a la discriminación. También se critica lo que se percibe como otro obstáculo en un sector que ya enfrenta una escasez de personal.