La Caravana de Criminales: otro invento de Trump

La Administración de Donald Trump ya no sabe qué inventar para desacreditar a los hombres, mujeres y niños de la Caravana de Migrantes. Amenazaron con cortar la asistencia a los países centroamericanos y a México si no los detenían. Propusieron quitarle la ciudadanía a los niños con padres indocumentados. Mandaron soldados y erigieron barricadas con alambres de púa para crear la percepción de una zona de guerra. Reprimieron con granadas de gas. Y ahora, los maestros de la «realidad alternativa» y la desinformación, sugieren que la caravana está integrada por criminales.

Nielsen en pie de guerra

Esta vez la encargada de generar pánico fue la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen. De acuerdo a esos reportes que siempre se filtran de la Casa Blanca, la señora de la mirada de hierro estaría en la lista negra de su jefe y podría ser remplazada antes de fin de año. Por eso, para convencer a don Trump que es tan capaz como él, parece que decidió demostrarle que ella también puede ser extrema, cruel e inventar cualquier insensatez que sirva sus propósitos políticos.

“Hemos confirmado que hay más de 600 criminales que recibieron sentencias que viajan con la caravana. Esto incluye individuos que son conocidos por las fuerzas policiales por (haber cometido) asalto, agresión física, drogas, hurto, violación, abuso de niños y más…”, dijo Nielsen en un texto que publicó en Facebook.

Después de las famosas “armas de destrucción masiva” que justificaron la invasión de Irak y la muerte de más de 150,000 iraquíes y 4,400 soldados estadounidenses, hay que tener cautela con lo que nos dicen algunos de nuestros líderes. Especialmente el señor Donald Trump quien, de acuerdo al Washington Post, ya había llegado a 6,420 mentiras en solamente 649 días de gobierno. Para los que gustan de las matemáticas, eso es 9.8921418 mentiras por día.

¿Dónde están las pruebas?

Lo interesante es que la secretaria Nielsen no puede probar lo que con tanta certeza afirma. Cuando se les pregunta que den información específica, se van por las tangentes y empiezan con el viejo truco de que esto es una cuestión de seguridad nacional, que no se pueden divulgar las fuentes, que se pondría en riesgo a esto, a eso, a aquello… y vaya a saber que cosas más.

Pero aún en el caso de que así fuese, el simple hecho que haya 600 personas con récord policial, no es una indicación de que representen una amenaza a la seguridad nacional. El doctor Martin Luther King, Jr. tenía un récord y es uno de nuestros grandes héroes nacionales. Y Nelson Mandela tenía un récord policial tan largo, pero tan largo, como la nariz de Pinocho de nuestro presidente. Hasta Jesucristo lo debe haber tenido ya que lo condenaron y ejecutaron.

Los nuevos peregrinos

Además, ¿quién dice que sean peligrosos?  La mayoría de esos récords deben ser por tratar de entrar al país después de ser deportados. ¿Quién no haría lo mismo si lo separan de su mujer y de sus hijos? La verdad es que si alguien tiene un récord por haber entrado a Estados Unidos sin documentos es más una medalla de honor que algo de qué avergonzarse. Después de todo, estos son los hombres y mujeres que, en la mejor tradición histórica de los peregrinos del siglo XVII, vienen escapando la opresión de vivir en sociedades en donde la miseria económica y la violencia no les dan la seguridad que todo ser humano se merece, de acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Ahora lo único que falta es que a Trump, que no tiene ninguna experiencia militar más allá de jugar a los soldaditos, se le dé por atacar a los migrantes con armas de guerra. ¿Acaso no autorizó a que las tropas usen fuerza letal si son agredidas?  Como sabemos, ya dio el primer paso y utilizó gases lacrimógenos. Me pregunto, ¿si un muchachito de 12 años tira una piedra, eso va a ser considerado un acto de agresión? De acuerdo con esa racionalización enfermiza, ¿se va a ordenar que se usen municiones de guerra?

Los tratados internacionales

Nuestro país, como todo estado soberano, tiene el legítimo derecho a controlar sus fronteras. Nadie disputa eso. Pero ese control debe ser mesurado y con consideraciones humanitarias que reflejen las tradiciones democráticas de inclusión con la que Estados Unidos recibió a millones de inmigrantes a lo largo de su historia. Además, en el caso de refugiados, se deben respetar los tratados internacionales de los que somos signatarios, como la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1957 y el Acta de Refugiados de 1980.

Trump y su equipo deberían releer esos tratados internacionales y respetar el derecho al asilo. Es inexcusable inventar excusas, poner obstáculos y propagar mentiras para denigrar a esta gente sufrida que merece compasión y ayuda y no ese rechazo nacido en el horno de la intolerancia y el oportunismo político.

Autor

  • Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de sociología, en Rio Hondo College, Whittier, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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