México: El pueblo pone y el pueblo quita
La revocación de mandato es un paso a una verdadera democracia en México
Ya es un hecho: el domingo 10 de abril se realizará la revocación de mandato que brinda a los mexicanos, por primera vez en su historia, el derecho y el poder de decisión sobre la continuidad o destitución del presidente en turno.
Gran opción para la ciudadanía
Esta medida es una gran opción para la ciudadanía porque le da el poder a los mexicanos de confirmar el buen trabajo o terminar con una mala administración.
No obstante, para que una figura presidencial pueda ser destituida se requerirá que el 40% del padrón electoral vote a favor de la revocación de mandato. De esa forma se podrá poner un alto al abuso, al fraude o a la corrupción que se pueda estar ejerciendo durante cualquier administración presidencial.
Considerando el saqueo al que la nación ha sido sometida por lo menos en las últimas cuatro décadas, la desigualdad y la pobreza generada a causa de niveles de corrupción inimaginables, la revocación de mandato se convierte en una oportunidad de oro para los mexicanos, una oportunidad para que levanten su voz y sean escuchados.
La revocación de mandato también es una oportunidad histórica porque es la primera vez que, con el poder del voto, los mexicanos podrán decidir sobre el futuro del país a mediados de un sexenio, y no tener que esperar seis años para poder cambiar de rumbo de la nación.
Este plebiscito también servirá de regulador para las futuras administraciones que lleguen a Palacio Nacional. Los presidentes sabrán que tendrán que servir al pueblo de la mejor manera; de lo contrario, en tres años su destitución podría ser inminente.
Una revocación de mandato acaba de realizarse el 14 de septiembre de 2021 en el estado de California. A través de elecciones, los residentes decidieron que el gobernador Gavin Newsom, quien había llegado al poder en 2018, podía seguir en el cargo. Todo el proceso obligó al funcionario a mantenerse con sus promesas de campaña y a trabajar con todos los sectores de la sociedad en una forma en la que todos se beneficien y no solo un pequeño grupo.
Ejercer el voto y participar este 10 de abril en las elecciones para confirmar o destituir al actual presidente será un ejercicio vital para que, de ahora en adelante, los ciudadanos se acostumbren y se convenzan de que la verdadera democracia, entre otras cosas, es participativa y no solo votar cada seis años como estaban acostumbrados.
Si no participamos, estaremos enviando un mensaje muy negativo a los partidos políticos que lleguen al poder. Les estaremos diciendo, como ocurrió en sexenios pasados, que no nos importa lo que hagan y les daremos luz verde para que hagan lo que se les plazca; y eso, ya lo sabemos, generó la desigualdad tremenda que se vive todavía el día de hoy, a pesar de ser México uno de los países más ricos en cultura y recursos naturales, entre otros rubros.
La revocación de mandato no solo permitirá al pueblo tener un poco de más control sobre sus gobernantes, sino que al mismo tiempo es un paso gigante hacia una verdadera democracia donde la mayoría del pueblo pueda decidir el rumbo de la nación.
Origen de la revocación de mandato
La idea de realizar un plebiscito a mediados de un sexenio presidencial o estatal fue una promesa de campaña en 2018 del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No obstante, era una promesa desde que él se postuló por primera vez en 2006.
Si dicha medida hubiera estado vigente desde hace 15 años, seguramente algunos de los grandes desfalcos y tragedias que cometieron los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto no habrían ocurrido, o por lo menos no todos, ya que a mediados de su sexenio la población habría tenido oportunidad de destituir a dichos presidentes.
Pero el hubiera no existe, y ahora estamos en el presente, la oportunidad la tenemos ahora, sin importar a qué partido político se apoye o a qué clase social se pertenezca; la revocación de mandato será una herramienta que podrá ser utilizada por todos para forzar a los gobiernos en turno trabajar por el país.
La medida es una reforma constitucional del ejecutivo federal que fue aprobada por el Congreso mexicano. Eso quiere decir que fue aceptada por una mayoría calificada (dos terceras partes en ambas cámaras) y si alguna administración quisiera eliminarla, se necesitaría la mayoría del Congreso mexicano para su aprobación. Algo complicado, pero no imposible. Es por eso la importancia de la participación activa de los mexicanos en la política.
Quienes se oponen
No importa el argumento que te den, las únicas personas que se oponen son las que no quieren que exista una verdadera democracia en el país. Como lo hemos mencionado, esta medida beneficia a todos los partidos y niveles sociales; si a pesar de eso hay algunos que se oponen, seguramente su objetivo no es la democracia. No por nada el ejemplo de democracia en el occidente —Estados Unidos— mantiene esa opción para sus ciudadanos.
Agustín Durán es inmigrante desde 1992 y actualmente es editor de La Opinión en Los Ángeles.