Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México
Con la toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo como la 66a. presidenta de la República Mexicana, el país vecino lleva a cabo una hazaña sin precedentes que culmina más de 200 años de elecciones libres, desde las elecciones constituyentes de 1822. Su logro particular es haber elegido a la primera mujer – y la primera judía, nieta de inmigrantes – como jefa del estado y jefa del gobierno. En toda la historia, sólo siete mujeres habían encabezado gobiernos en América Latina.
Este hito inició en octubre de 1953 cuando las mujeres mexicanas ganaron el derecho a votar y a ser votadas. El día de ayer contiene pues un simbolismo profundo al cristalizarse décadas de esfuerzo por los derechos de las mujeres, ante la presencia de una veintena de jefes de estado – entre ellos la primera dama Jill Biden.
Con el inicio de su sexenio terminan también los seis años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ha implementado importantes cambios en la lucha contra la pobreza, la administración de justicia, la paridad de género y otros espacios. AMLO ha sido una de las figuras más populares y también divisivas de la historia mexicana, acuado de debilitar las instituciones democráticas y se empoderó a los militares más allá de sus funciones.
Consideran a Sheinbaum una portadora del legado del saliente presidente; ha nombrado a su gabinete a ministros del gobierno anterior, entre ellos los secretarios de Hacienda, Seguridad Pública, y Relaciones Exteriores. Pero son diferentes, tanto en carácter como en programa, y se espera que pronto enfatice esas diferencias.
En esta cita con la historia, como dijo la doctora Sheinbaum, no llega sola: llegan las trabajadoras, madres, abuelas, hijas, las heroínas de la historia mexicana. Pero también las innumerables víctimas de la violencia de género que reflejan una seria necesidad de cambio. Anotamos la promesa de Sheinbaum de crear una fiscalía anti feminicidio, como lo hizo como jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Elegida el 2 de junio, la persona de Sheinbaum es emblemática del rumbo de la historia mexicana: es también una reconocida científica ambiental, ex alcaldesa de la Ciudad de México y partícipe en el premio Nóbel de la Paz en 2007. Ganó los comicios de manera aplastante, con el 60% de los votos.
México se enfrenta a grandes expectativas y enormes desafíos. Sigue la violencia endémica de los cárteles de la droga. Es significativo el déficit nacional. Una importante reforma judicial aún no ha cristalizado. Y entre sus primeras tareas, la Presidenta deberá tranquilizar a los mercados financieros.
Desde Estados Unidos, reflexionamos sobre las relaciones entre ambos países, importantes para la estabilidad económica y política de ambos y cruciales para el tema de la inmigración proveniente de nuestra frontera sur. Esperamos de ella proteger a los migrantes, incluyendo a quienes cruzan México en su camino al norte.
No menos simbólico es que a poco más de un mes hasta las cruciales elecciones presidenciales en Estados Unidos, se perfila también aquí la posibilidad de que asuma la jefatura de nuestro gobierno una mujer. En ese sentido, México nos ha mostrado el camino.
Al rendir protesta como presidenta constitucional y con la transferencia de la banda presidencial, la nueva mandataria inicia un camino arduo que tiene frente a sí en el liderazgo de su país. Felicitamos a la Presidenta Sheinbaum y a todos los mexicanos, tanto allí como a los paisanos mexicanos y mexicoamericanos en nuestro país y les augura el mayor de los éxitos en esta ardua empresa, para que ella cumpla las enormes expectativas y supere los desafíos que enfrente, para que los mexicanos puedan vivir en paz y sin violencia, hacia un porvenir con prosperidad y en libertad.