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Schwarzenegger y la hipocresía republicana

Pasó más de una semana y todavía no puedo salir del asombro que el exgobernador de California Arnold Schwarzenegger haya podido mantener en secreto, durante nada menos que una década, la existencia de un hijo. Su vida personal es una cuestión privada que en nada me incumbe, dirán algunos. Pero toda figura pública sabe que parte del precio de ser famoso es estar en la mira noche y día. Así que, perdón, pero hablar de la infidelidad y las travesuras de don Terminator es totalmente válido en un comentario político.

Lo que definitivamente no me sorprende es la desfachatez de Schwarzenegger de habernos mentido y engañado tan descaradamente. Parece que el austriaco está acostumbrado a esto porque en más de una ocasión hubo acusaciones que, incluso con la ayuda de su esposa María Schiver, logró neutralizar. Dado todo esto, habría que revisar el récord histórico y preguntarse, ¿quién decía la verdad y quién mentía cuando varias mujeres lo acusaron, durante la campaña electoral, de haberlas manoseado? ¿Quién decía la verdad y quién mentía cuando se lo acusó de que cuando tenía veintiocho años tuvo sexo con una menor de edad?

Tampoco me sorprende que sea una figura prominente del partido republicano (GOP) quien nuevamente sea descubierto con los pantalones bajos. Para ser honestos, no son solamente republicanos los que andan mostrando la hilacha. Varios demócratas como el ex gobernador de Nueva York Eliot Spitzer, el ex senador y candidato presidencial John Edwards y el mismo ex presidente Bill Clinton, fueron encontrados haciendo sus travesuritas por ahí. Pero lo que realmente irrita es que son los republicanos los que dicen ser los abanderados de los valores morales de nuestra sociedad. Los que se golpean el pecho y denuncian ´inmoralidad´ cuando se habla del derecho de una mujer a controlar su cuerpo y cuando se habla del derecho de homosexuales a poder casarse. Pero son estos policías de la moralidad los que siempre terminan siendo descubiertos con dobles vidas y mentiras. Hipócritas como el ex senador republicano de Nevada John Ensign, quien tuvo que renunciar a su bancada después de que se descubrió su affair con la esposa de su jefe de gabinete. Hipócritas como el senador David Vitter, un republicano de Louisiana, a quien lo encontraron en una casa de prostitución. Hipócritas como el ex presidente de la Cámara de Representantes y actual candidato presidencial republicano Newt Gingrich quien tenía relaciones adulteras al mismo tiempo que denunciaba al ex presidente Clinton por el caso con Mónica Lewinsky.

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Schwarzenegger, lamentablemente, es tan sólo un ejemplo más de líderes de un partido que articula un discurso que refleja la influencia del moralismo extremo del cristianismo fundamentalista y que demuestran con su conducta, una y otra vez, todo lo opuesto que pregonan. Líderes del partido republicano o, mejor dicho, líderes del partido de la hipocresía. Usted, lector, ¿qué opina?

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