Stephen Miller, el arquitecto del odio anti inmigrante

La semana pasada, en una entrevista en el podcast nacionalista de Megyn Kelly (The Megyn Kelly Show), Stephen Miller se jactó de haber repetidamente vencido al presidente Joe Biden en corte.

Les ganamos cada vez que los demandamos – dijo.
Es cierto: America First Legal o AFL, la organización que creó y que dirige este ex asesor político de Donald Trump y autor de sus discursos, ganó una demanda que obligó la administración Biden a desistir de su plan de aliviar las deudas de los agricultores de color, como parte de un esfuerzo nacional para remediar desigualdades de larga data.
Este año, Miller a través de AFL ha presentado una demanda colectiva contra la Universidad de Texas A&M, alegando que la misma se ha «involucrado en una práctica de contratación discriminatoria, eligiendo qué candidatos contratar en función de su raza o sexo,» cuando se trataba de contratar personal universitario LGBTQ.

Breaking — America First Legal Files Landmark Class-Action Lawsuit Against Texas A&M for Racially Discriminatory Faculty Hiring

En ambos casos Miller alegó que las políticas que desafiaba discriminaban… contra los blancos. Dio vuelta el plato.
Ese es Stephen Miller. Brillante, original y exitoso en sus maniobras, cruel en sus métodos y profundamente racista.

Un líder del partido Republicano

Pero el caso que está poniendo a Miller al frente de las acciones republicanas contra el gobierno de Biden es la demanda judicial de 20 estados gobernados por este partido – como Florida, Tennessee, Louisiana o Alabama – para detener el programa de protección temporal para inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que anunció el presidente Biden el 5 de enero. .

Biden otorgó una acción diferida de deportación a 30,000 inmigrantes de estos países, durante los cuales estarán autorizados a trabajar. En el caso de los cubanos, después de un año en el país la ley que los favorece establece que pasan a ser inmigrantes legales. La situación es diferente para los otros. Deben solicitar ser parte del programa desde sus países de origen y tener un patrocinador en Estados Unidos, que se haga cargo de ellos y de sus gastos, para no hacer responsable de ello al fisco.

A Miller le es indiferente de dónde proceden los inmigrantes y si pueden o no volver a sus países. Para él, es parte de la obsesión por explotar el tema migratorio porque el odio contra los inmigrantes es una manera segura de mantener encendida a la “base” populista de Trump.

“Biden tiene un objetivo simple e inflexible”, dijo Miller al New York Times. “Su objetivo es aumentar la población nacida en el extranjero de los Estados Unidos lo más rápido posible de todas las naciones del mundo, y al diablo con las consecuencias para los estadounidenses”.

Miller fue autor o coautor de todos los discursos importantes de Trump durante casi cuatro años, incluyendo el discurso de la toma de posesión donde habló de la «carnicería estadounidense». De esa manera el asesor se fue apropiando de la agenda política del establishment republicano.

Un aliado de los supremacistas

Stephen Miller es un especialista en suministrar proyectos, lemas, y recursos dedicados a una alianza con los supremacistas blancos, los nacionalistas, y lo ha sido por muchos años.
Parecería raro, porque Miller es judío, y los supremacistas, notoriamente antisemitas.

Es más, Miller, nacido en agosto de 1985, creció en el seno de una familia judía liberal en Santa Mónica, California. Su padre tiene una empresa de bienes raíces. Sus antepasados llegaron aquí en 1903 de Rusia, huyendo de los pogroms (masacres auspiciadas por el estado) antijudíos.
Recibió educación hebrea en la sinagoga reformista (moderna) Bet Shir Shalom de esa ciudad. Ya en la escuela secundaria se desarrolló como paladín conservador. A los 16 años confrontó a los estudiantes latinos demandando que hablen inglés.

La ideología fascista que desarrolló desde temprano y las acciones que emprendió desde la Casa Blanca han llevado a que su familia lo haya repudiado. En más de una ocasión se manifestaron públicamente en su contra. Especialmente critican su asociación con los elementos abiertamente antisemitas en la derecha estadounidense.

Su tío es el Dr. David S. Glosser, un neuropsicólogo ya jubilado que dio cátedra en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston. En conversación con Politico.com, dijo: “Si las ideas de mi sobrino sobre la inmigración se hubieran aplicado hace un siglo, nuestra familia habría sido aniquilada”.

“He visto con consternación y creciente horror cómo mi sobrino, un hombre educado que conoce muy bien su herencia, se ha convertido en el arquitecto de las políticas de inmigración que repudian los cimientos mismos de la vida de nuestra familia en este país”.

“Miller fue adoctrinado a una edad muy temprana con la idea de que necesitaba salvar a Estados Unidos de esta amenaza imaginaria de los negros y latinos”, escribe Jean Guerrero, autora del libro biográfico “Hatemonger: Stephen Miller, Donald Trump, and the White Nationalist Agenda.”

‘Hazañas’ de Stephen Miller

Miller llegó a la Casa Blanca en 2017, como asesor político del entonces senador y luego Procurador General Jeff Sessions.
Pasó al equipo del presidente por gracia de Steve Bannon, durante los siete meses en los que este conocido extremista fue Jefe de Estrategia del Ejecutivo. 

Rápidamente se granjeó la confianza de Donald Trump y finalmente puso en práctica las ideas antiinmigrantes que éste expresaba en sus discursos. En ellos “solía insertar descripciones vívidas y sangrientas de crímenes aparentemente cometidos por inmigrantes”, dice el Times.

Junto con Bannon, inspiró y escribió la tristemente famosa Orden Ejecutiva 13769 que prohibió la inmigración de cinco países de mayoría musulmana, y que fue promulgada en los primeros días de la administración.

Su carácter nefasto se expresó sin embargo mejor en la política de separación familiar en las instalaciones de reasentamiento de refugiados, que tuvo lugar entre abril y junio de 2018, por la cual se quitaron los hijos a unas 5,000 familias de detenidos entregándolos al Departamento de Seguridad Interna, que los fue dispersando por todo el país. Los padres fueron procesados, arrestados o deportados.

Centenares de esos niños, como se sabe, aún no han sido localizados, y su entrega a autoridades estatales no fue documentada.

Tolerancia cero con niños

Pero para Miller se trataba de una ingeniosa “política de tolerancia cero” que serviría mágicamente para disuadir la inmigración ilegal. Esto, pese a que muchos de los detenidos habían presentado recursos de refugiados en la frontera, de acuerdo con las leyes internacionales.

Durante la reunión de ministros de alto nivel que decidió esta política Miller advirtió que no hacerla cumplir «es el fin de nuestro país tal como lo conocemos» y que oponerse sería antiestadounidense, reportaron en 2020 Julia Ainsley y Jacob Soboroff de NBC News.

Continuando con la tradición de cinismo ya característica, los funcionarios han alegado desde entonces que no podían devolver a los niños a sus padres porque ya habían sido adoptados y eso les causaría un trauma innecesario.

El Título 42

Otra “hazaña” de Miller es la política Título 42, así llamada por su ubicación en la ley federal de salubridad. Se trata de la ley que rige las remociones (expulsiones) de personas que han estado recientemente en un país donde hay una enfermedad contagiosa.

Desde marzo de 2020 y por inspiración de Miller, se utiliza para rechazar principalmente a miles de migrantes que se presentan en las garitas fronterizas para solicitar asilo. No se les permite presentar la solicitud y esperan en instalaciones peligrosas e insalubres que se les dé alguna respuesta, por meses.

La política llevó a unos dos millones de expulsiones de migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador desde el inicio de la pandemia, la mitad de las cuales son de reincidentes.

La excusa era impedir que estas personas lleven consigo el virus que causa el COVID-19. Pero en el mismo período sí se permitió el ingreso de millones de personas con permisos regulares de entrada al país, tanto en los puntos fronterizos, como en los aeropuertos y los puertos, sin invocar el tema sanitario.

El Título 42 sigue aplicándose hoy, a dos años de asumir el presidente demócrata Joe Biden.

Como es Miller

Miller siguió siendo aliado de Trump durante y después de las elecciones, ayudándole a difundir la falacia de elecciones fraudulentas. Es un aliado incondicional de Trump, que lo ha mantenido cerca suyo durante todos estos años precisamente porque carece de ambiciones políticas y por ello no causa resquemor en el expresidente. Pero como él, desprecia la democracia y es un adalid de la acción agresiva.

Lo representa con la mayor seriedad.

En 2018, durante una polémica entrevista con Jake Tapper de CNN, Miller se negó a contestar las preguntas. Sin admitir interrupción insistió en presentar a Trump como un “genio político”. Tapper decidió interrumpirlo y pasar al siguiente segmento, diciendo que no quería seguir gastando el tiempo de los televidentes.
Aquí está toda la entrevista:

Pero más allá de la lealtad personal a Trump, Miller es un pensador de ideas oscurantistas, crueles, reaccionarias. Es el arquitecto del odio anti inmigrante

Dice su biógrafa Jean Guerrero:“No es un oportunista ni un autopromotor, sino un verdadero ideólogo, un verdadero fanático”.

“Puedo decir, con la confianza de mis informes, que habla con fluidez el odio y deliberadamente trafica con el odio y se comunica con personas que odian”, agrega la periodista.

Esta lista de acciones de Miller no es exhaustiva. Ya en 2017 Miller comenzó a difundir mentiras sobre fraude electoral, preparando el terreno para el rechazo de la derrota de Trump en 2020, centrándose específicamente en New Hampshire, donde perdió las elecciones presidenciales a Hillary Clinton.

Desde su salida de la Casa Blanca y con mayor frecuencia, Miller se desliza a las posiciones de la derecha radical y golpista del país, promoviendo en sus cuentas sociales publicaciones como VDAR y American Renaissance  y republicando los textos de otros extremistas.

Los Tweets de Miller

De hecho, su cuenta de Twitter – @StephenM – es ilustrativa de sus posiciones y su postura de auto victimización constante. Estas son publicaciones de los últimos dos días. Estos son los tweets y retweets de Miller.

Los fiscales demócratas quieren liberar a los delincuentes violentos y encarcelar a sus oponentes políticos. Así es como las democracias se convierten en tiranías.

Nuestra humillación nacional es interminable.

Claro, 100,000 neoyorquinos han estado en refugios para personas sin hogar durante el año pasado, pero los inmigrantes ilegales deben obtener estadías ilimitadas en hoteles de 4 estrellas a expensas de los contribuyentes.

Reaccionando a la noticia de Fox News de que un puñado de congresistas republicanos podría prevenir que la representante demócrata y musulmana Ilhan Omar sea excluida de tareas de comité por sus posiciones.

“El desarme unilateral no es una estrategia ni un principio; es rendirse. Votar para mantener a Omar en su comité no impedirá que los demócratas expulsen a los republicanos en el futuro. Pero garantizará que lo hagan con más celo sabiendo que nunca habrá represalias. Debilidad disfrazada de virtud”.

Al suministrar armas a una nación en guerra con un adversario con armas nucleares, ¿en qué momento ese adversario considerará que está en guerra con los Estados Unidos?


Biden *voluntariamente* liberó a un extranjero ilegal que luego supuestamente robó, violó y estranguló la vida de una joven autista. La historia fue enterrada. Sin protestas. Los medios corporativos decidieron que publicitar su asesinato no servía a su agenda. Una familia llora sola. Una nación muere en silencio.

Miles, MILES, siguen muriendo porque Biden ha optado por abrir la frontera. Elegido para incinerar nuestras leyes. Elegido para sofocar nuestra soberanía. Y, sin embargo, el gobierno de Biden se desliza vertiginosamente a través de su calendario planificado sin que los medios de comunicación cuestionen el terrible horror que ha desatado.

Conclusión

Finalmente, quien pensó que la derrota de Donald Trump en 2020 y su exilio de la Casa Blanca sería el final de Stephen Miller como agitador e ideólogo del ala MAGA del partido Republicano se equivocó. Miller está presente, es activo y eficiente, no busca titulares sino acción. Su retórica y su ideología son dañinos, crueles y erróneos. Es un arquitecto del odio, principalmente contra los inmigrantes.


Este artículo fue apoyado en su totalidad, o en parte, por fondos proporcionados por el Estado de California, administrados por la Biblioteca del Estado de California y el Latino Media Collaborative.

Gabriel Lerner

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent. More »

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