Veteranos de guerra deportados

Dada la edad y las cicatrices físicas y psicológicas que muchos de los veteranos experimentan, su retorno para permitirles pasar sus últimos años con sus familias y para ser tratados apropiadamente en hospitales estadounidenses, es una necesidad que requiere medidas urgentes

Hay inmigrantes que son más estadounidenses que los estadounidenses. Que demuestran su lealtad uniéndose a las Fuerzas Armadas y hasta pelean en guerras para defender a este país. Pero a algunos que han cometido un error, sin consideración alguna a su servicio militar y de manera injusta, se los ha deportado.

Chuy Juárez

Ese es el caso de Jesús ´Chuy´ Juárez, un veterano de la Guerra de Vietnam quien a pesar de todos los esfuerzos para que le permitan retornar a los Estados Unidos, las autoridades le negaron una y otra vez sus pedidos.

Finalmente, este hombre que realizó el sacrificio de mayor lealtad cívica que se puede realizar, que en su caso fue defender la bandera de los Estados Unidos en la guerra del sudeste asiático, murió sin que se cumpla su sueño de poder regresar.

Cuando tenía solo 17 años y vivía en Sherman Heights en San Diego, Chuy Juárez convenció a sus padres para que firmaran los documentos que se requerían para que, como menor de edad, pudiera enlistarse con los Marines.

Jesús ´Chuy´ Juárez se enlistó en la Infantería de Marina a los 17 años. Foto: NS

Durante el riguroso entrenamiento en la Infantería de Marina, el joven Chuy se vio involucrado en un accidente que le causó heridas físicas que no recibieron un diagnóstico apropiado y que lo llevarían a experimentar dolores crónicos a lo largo de su vida.

Aún así, Chuy estuvo en las junglas de Vietnam durante 3 años.

Aunque tenía todas las condiciones requeridas para hacerse ciudadano, nunca inició el trámite burocrático que era una simple formalidad ya que era miembro de las fuerzas armadas estadounidenses. Un grave error que le costaría caro.

Deportación

Tres décadas atrás Juárez fue detenido cuando conducía un vehículo en el que viajan inmigrantes indocumentados. Las autoridades lo deportaron a México.

De ahí en más, no importó que Chuy demostró su lealtad a los Estados Unidos sirviendo a la nación en un momento de crisis. Las autoridades fueron inflexibles y no hubo ni siquiera consideraciones humanas que fueran tenidas en cuenta.

Cuando Chuy Juárez pidió autorización para que le permitieran ingresar al país temporariamente porque su madre estaba muriendo, las autoridades migratorias se lo negaron.

La crueldad burocrática se redobló cuando también se le rechazó el pedido para asistir al funeral de la madre que finalmente falleció.

Debido a sus problemas de salud, Chuy había estado tratando de que al menos se le permitiera ser tratado en un hospital estadounidense.

Esto tampoco ocurrió. Y a pesar que había advertido que su condición había empeorado, las autoridades no lo escucharon.

El veterano de guerra Chuy Juárez que fue deportado. Foto: NS

El equipo legal de la organización Immigrant Defenders Law Center se encontraban en el proceso de que se le autorizase el ingreso al país para ser tratado en un hospital del Department of Veterans Affairs, pero no se logró avanzar en el pedido. Finalmente, el 17 de marzo, Jesús ´Chuy´ Juárez falleció.

400 veteranos afectados

El caso de Juárez no es único. Se estima que solo en Tijuana, México, hay alrededor de 20 veteranos que estuvieron enlistados bajo la bandera estadounidense a quienes no se les permite regresar al país.

Es más, de acuerdo a reportes, cinco estarían en condiciones de salud muy precaria, que de no recibir atención médica en el corto plazo podrían fallecer.

En total habría 400 veteranos de guerra que perdieron el derecho a permanecer en los Estados Unidos después de ser encontrados culpables de diferentes crímenes.

En algunos casos, los problemas legales son triviales, como en el caso de aquellos que fueron deportados después de ser detenidos por manejar bajo la influencia (DUI, por las siglas en inglés) o por posesión de drogas.

Muchos de los veteranos han sido deportados a Mexico, El Salvador, Haiti, Jamaica, Kenia y Gran Bretaña, en donde organizaciones no gubernamentales (ONG) están tratando de contactarlos a fin de proveer asistencia.

Con los esfuerzos de ONGs, ya se logró repatriar a 65 veteranos, siempre por razones humanitarias.

Entre ellos se encuentra Ricardo Muñoz, un veterano del ejército que tras una sentencia por drogas fue deportado hace 16 años. Finalmente, Muñoz cruzó a El Paso, Texas, después de que las autoridades estadounidenses le permitieran retornar por razones humanitarias.

Legislación

Pero la verdadera solución no pasaría por tratar de resolver caso por caso. La estrategia más efectiva sería conseguir legislación que permita el retorno.

En ese sentido, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó en diciembre de 2022 un proyecto de ley, Veterans Service Recognition Act, que consideraría el status migratorio de los veteranos deportados.

Hasta ahora la medida no logró pasar en el Senado Nacional.

Dada la edad y las cicatrices físicas y psicológicas que muchos de los veteranos experimentan, su retorno para permitirles pasar sus últimos años con sus familias y para ser tratados apropiadamente en hospitales estadounidenses, es una necesidad que requiere medidas urgentes.

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Este artículo fue apoyado en su totalidad, o en parte, por fondos proporcionados por el Estado de California y administrados por la Biblioteca del Estado de California.

Autor

  • Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de sociología, en Rio Hondo College, Whittier, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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