Cuadernos de la Pandemia: ¿Libertad de expresión?… Depende de quién se exprese
El Partido Republicano pudo bloquear la condena de Trump por su culpabilidad en el asalto al capitolio el 6 de enero. Entre otras razones, sus abogados alegaron que cuando estaba incitando a los vándalos a ir contra el Congreso estaba haciendo uso de la Primera Enmienda que garantiza la libertad de expresión. De modo que podía decir lo que quisiera, incluyendo arengar a sus seguidores, quienes iban armados: “We fight like hell. And if you don’t fight like hell, you’re not going to have a country anymore” (“Luchemos como el infierno. Y si no luchas como el infierno, ya no vas a tener un país”).
Sus palabras, por el momento, no tuvieron consecuencias legales, independientemente del efecto que tuviera su discurso y de sus cientos de tuits incendiarios durante meses: siete muertos y decenas de heridos. Todo era justificado. Estaba haciendo uso de su libertad de expresión.
José Bello
Entre tanto, en mayo del 2019, el joven activista latino José Bello, de 22 años, estudiante del Bakersville College, California, padre, trabajador agrícola y beneficiario del programa DACA, leyó su poema “Querido Estados Unidos” en un foro público. El poema (que incluyo aquí en mi traducción del inglés) habla, entre otras cosas, en contra de las iniquidades del sistema migratorio del país.
Dos días después de leer su poema, Bello fue arrestado por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Estuvo en la cárcel por 89 días y fue liberado después de que dos jugadores de la NFL que se enteraron de este atropello pagaron la fianza de 50 mil dólares.
Después de año y medio y de una larga disputa legal apoyada por grupos defensores de los derechos civiles como la ACLU, la United Farm Workers Foundation y Pen America, Bello fue exonerado de sus cargos el pasado 15 de enero. La batalla fue intensa para el joven activista, incluyendo pasar tres meses en la cárcel y con la amenaza latente de ser deportado en cualquier momento a México, pese a estar amparado por DACA.
Una de las razones obvias por las que Bello obtuvo una victoria final se debió a que su caso fue muy publicitado y atrajo la atención de las mencionadas organizaciones de derechos civiles. Otra habría sido su situación si nadie hubiera pagado la fianza y si nadie hubiera abogado a su favor.
El contraste en estos dos casos hace evidente los filtros por los que pasa el uso de la libertad de expresión. ¿O después del 6 de enero hay nuevas maneras de interpretarla?
Aquí el poema por el que Bello fue privado de su libertad:
Querido Estados Unidos,
Nuestra administración ha fracasado.
Aprobaron leyes contra nuestro pueblo,
Nos quitaron nuestros derechos y nuestra libertad,
y todavía espera ser aclamado?
¡Claro que no!
Querido Estados Unidos,
Tú y tu administración causan miedo,
miedo a través de la separación.
En lugar de generar confianza con nuestra gente, ¿prefieren esta tensión racial?
Oprimido.
Vivo mi vida en frustración
Prisiones privadas, financiación política, encarcelamiento masivo.
Tú has las conexiones.
Hablo por las víctimas que pagan por esta estafa,
Vietnamitas, jamaicanos, africanos, camboyanos, mexicanos, salvadoreños y así sucesivamente.
Juntos estamos de pie.
Exigimos respeto. ¡Queremos recuperar nuestra dignidad!
Nuestras raíces son profundas en este país.
Esto es un hecho cierto.
Queridos estadounidenses,
Es posible que se pregunte: “¿Cuál es el objetivo de seguir repitiendo estos hechos?”
Estoy aquí para hacerle saber que queremos sentirnos seguros, ya seamos morenos, asiáticos o negros.
No queremos sus trabajos. No queremos su dinero. ¡Estamos aquí para trabajar duro, pagar impuestos y estudiar!
La pelea ha comenzado.
“Nunca nos separaremos, chiquito”, es lo que le prometí a mi hijo.
Todos pueden intentar justificar sus acciones. Tratar de imponer sus pretextos.
La conclusión aquí es que al final, la gente siempre triunfa y el gobierno pierde.
Querido Estados Unidos,
No considere esto una amenaza.
Nuestras intenciones son seguir haciendo grande a este país.
Es hora de comenzar a defender lo que es correcto.
Criminalizar a los niños, separar familias, nuestra seguridad nacional, ¿esto le hace bien?
No, no es así y nunca lo será.
La juventud tiene que ponerse de pie. Tenemos que unirnos con nuestros compañeros.
Comencemos a educar a nuestros hijos. Habla sabiduría en sus oídos.
Porque al fin de cuentas
Yo soy tú y tú eres yo.
¡Juntos somos todo!