Dos poemas de Raúl Arredondo
ME AGRADA
Me agrada saber que soy tinta
Fresca
Sobre tu interrogante página
Donde
Entre futuros sepulcros
Oscilas verde de espuma.
Y me agradan tus sabores
Y la divinidad de tu eco
Cuando me nombras
Y cuando emerjo a tu aire.
Siento cuando me existes
Y cuando tu hermética piel
Me castiga
Y entonces no siento
No existo.
Me agrada tu soberbia
Tu nariz en alto
Tu palabra corta
Y la terca interrogante
Que no te descifra.
Y aun así
Tú
Yo
Ellos
Sin remedio existen.
GRITAR TU NOMBRE
Gritar tu nombre
Tantas veces y en vano
Me ha costado ofensa
Y la flor perenne de la razón.
Gritar en el umbral sinuoso
De mi impúber verso
Me costó la extrañeza de la piedra
Y el vuelo errático de mis brazos.
Pronunciar en agua
Y en sal nueva
Y en la rama del tabachín
Humeante de tarde
Tu voz
Me ha costado el fuego
Y este renegar hacia la ausencia.
Gritar tantas veces
Cuarteo el barro de mi lengua
Y agrio más el limón
Áspero y provincial
De mi inerme sol.
Gritar tu nombre hasta delirio
Me ha causado Oasis
Y ha perpetuado
La laja
Y este desorden
En el universo.
Lindísimos versos, llegadores, apasionados.