En apoyo de la Ley de Competencia y Preservación del Periodismo
En la era de las falsas noticias nuestras comunidades están especialmente expuestas al engaño, la incitación y la supresión de sus derechos.
Son impunes en los medios sociales la difusión de mentiras, la incitación, las expresiones de odio, la glorificación de la ignorancia, que avivan desconfianza, rencor y violencia.
Eso refuerza la importancia de los medios de comunicación locales, como este; los que mantienen a nuestra gente informada sobre los eventos críticos que definen sus vidas cotidianas, su futuro y el de sus hijos.
Practicamos el periodismo real, en el que se verifican e informan los hechos reales, con el interés del público lector como norte.
Esta es una de las últimas murallas en la preservación de nuestra democracia.
Es por eso que subleva la práctica por muchos años de los gigantes del Big Tech, compañías como Alphabet, matriz de Google y Meta, dueña de Facebook, que utilizan el contenido original que con mucho esfuerzo generamos los medios locales gratis. Obtienen así su gigantesca audiencia y crecen sus ingresos por anuncios, alrededor de $250,000 millones cada año.
Pero, además, determinan cada vez más cuál es el contenido al que tienen acceso los usuarios de internet, solo en representación de su interés como empresas privadas. Representan un caso innegable de monopolio en perjuicio de la comunidad.
Mientras los ingresos por publicidad en periódicos cayeron en más de 80% en 12 años. Han cerrado 2,500 medios – la cuarta parte del total. El 60% de nuestros periodistas han perdido sus puestos. Al menos la mitad de estos ingresos pasaron a engrosar las arcas de Google y Facebook.
Para cambiar esta situación, en el Congreso se debate un proyecto de ley que daría protección a las pequeñas organizaciones de noticias para negociar compensaciones con los gigantes tecnológicos.
Se trata de la Ley de Competencia y Preservación del Periodismo (JCPA), un proyecto bipartidista de los senadores John Kennedy (R-La.) y Amy Klobuchar (D-Minn.)(S. 673), y de los congresistas David Cicilline (D-RI-01) y Ken Buck (R-CO-04). (H.R. 1735).
La ley propone, como dice su introducción, “proporcionar un puerto seguro temporal para que los editores de contenido en línea negocien colectivamente con las plataformas en línea dominantes los términos en los que se puede distribuir el contenido”.
De aprobarse, garantizaría que los medios, incluidos los pequeños, sean compensados. Prohibiría a Big Tech discriminar a un proveedor de periodismo digital por su tamaño u opiniones.
Tiene el apoyo de organizaciones de libertad de prensa y medios, incluyendo a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), quien correctamente advirtió ayer que «Sin medios locales, sin fiscalizadores del poder, la corrupción y las violaciones a derechos humanos se propagan».
Apoyamos el esfuerzo en el Congreso para proteger a los pequeños medios de comunicación. También estamos de acuerdo con el senador Alex Padilla (D-CA), quien demandó que la ley responsabilice a las grandes cadenas de periódicos a invertir las ganancias resultantes de la ley en mantener, desarrollar y presupuestar a sus periodistas.
Aunque la ley no es perfecta, su aprobación constituirá una ayuda crucial para el derecho de la comunidad a estar enterada de lo que sucede a través de los medios de información locales. Es por eso que la votación debe concluir antes del 3 de enero, para evitar que un Congreso republicano, hostil a la libertad de prensa, pueda derrotar el proyecto.
Otras fuentes
Local News would get Help against Big Tech under revamped bill
Legislation to force Big Tech to pay publishers for online news headed to Senate
Journalism competition preservation act moves to committee despite concerns
SBAs Want ‘Lame Duck’ Senate Vote on JCPA
Más datos
«Los ingresos por publicidad en periódicos, que alcanzaron un máximo de $49,4 mil millones en 2005, cayeron más del 80% a $9,6 mil millones en 2020, según el Centro de Investigación Pew. Un estudio reciente de la Escuela de Periodismo Medill de la Universidad de Northwestern encontró que el país ha perdido más de una cuarta parte de sus periódicos, alrededor de 2500 en total, y el 60% de sus periodistas en activo desde 2005». (EFE)