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La verdadera historia de Drácula

El Conde Vlad III o Vlad el Empalador o Vlad Tepes, nacido en el 1431 y asesinado en el 1476, fue quien gobernó en el siglo XV, el Principado de Valaquia, una región de lo que ahora es Rumania. Vlad III y su padre Vlad II eran miembros de la Orden del Dragón o “Dracul”, (en rumano significa «diablo» o «dragón»), una sociedad secreta que protegía a los cristianos de los ataques del imperio Turco Otomano.

Héroe o Diablo

Aunque Vlad III es más conocido por su crueldad y tácticas militares brutales, en su tiempo también fue visto como un héroe que defendió su territorio contra las invasiones otomanas.

Uno de sus métodos más famosos y temidos era el empalamiento, donde los enemigos capturados eran empalados en estacas y exhibidos públicamente como advertencia.

Recordemos que Vlad III gobernó en una época en que el Imperio Otomano estaba en expansión hacia Europa del Este y, como gobernante de Valaquia, fue reconocido por su feroz resistencia contra las fuerzas invasoras. Su lucha contra los otomanos y la defensa de su territorio han sido destacadas en algunos relatos históricos.

Vida, Muerte y Desaparición

En 1462, Vlad III fue capturado por los húngaros y pasó varios años en cautiverio, siendo liberado en un intercambio de prisioneros. En 1465 asume el gobierno del Principado de Valquiria, hasta su muerte en batalla en 1476. Aunque los detalles exactos de su muerte son inciertos, se cree que fue asesinado en combate contra los otomanos mientras defendía Valaquia. Después de su muerte, su cuerpo desapareció y su tumba nunca fue encontrada, lo que ha dado lugar a diversas teorías y especulaciones sobre su destino final.

De Vlad III a Drácula

Es importante destacar que la figura histórica de Vlad III y el personaje ficticio del Conde Drácula son dos entidades distintas, aunque estén conectadas a través de la literatura y la leyenda.

Queda claro que Vlad III fue un militar real y Drácula un personaje de ficción, que se convirtió en el vampiro más icónico de la cultura popular.

Cuando el autor irlandés Bram Stoker escribe la novela en 1897, se basa la figura histórica de Vlad III, pero sazonada con leyendas y mitos relacionados con criaturas sobrenaturales de Europa del Este. Incluso la psicología moderna, ve una connotación sexual, en la figura furtiva de una criatura nocturna que ingresa en la cama de una bella dama.

Éxito literario y mucho más

«Drácula» se convirtió rápidamente en un éxito literario y siendo la obra más influyente de la literatura de terror. La novela estableció muchas de las convenciones del género de vampiros que aún persisten en la actualidad, como la capacidad de transformarse en murciélagos, la aversión a la luz solar y la necesidad de beber sangre para mantenerse vivo. Recordemos que el Conde Drácula, en la novela de Stoker, es retratado como un vampiro inmortal que reside en un castillo en Transilvania y se alimenta de la sangre de los vivos.

A lo largo del siglo XX, «Drácula» ha sido protagonista en el cine, la televisión y el teatro, comenzando en 1931, por la película interpretada por Bela Lugosi. Por supuesto, el personaje ha generado un gran interés turístico en la región de Transilvania, en Rumania, donde se supone que se encuentra el castillo del Conde Drácula. Aunque no hay pruebas históricas que vinculen a Vlad III con el castillo, la asociación entre los personajes ha atraído a muchos visitantes aficionados a la historia y al folclore.

 

Autor

  • Cesar Leo Marcus, nació en Buenos Aires, Argentina. Doctor (PhD) en Logistica Internacional y Comercio Exterior, y Máster (MBA) en Sociología Económica, fue profesor de ambas cátedras en las Universidades de Madrid (España) y Cordoba (Argentina). Periodista, publica en periódicos de California, Miami y New York. Escritor, publico 12 libros, y editor literario, director de Windmills Editions. Actualmente reside en California.

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