La violencia doméstica, factor desencadenante en los tiroteos masivos

Quien no reconoce que Estados Unidos tiene un problema mayor con los tiroteos masivos, o está loco, o ciego, o es un idólatra de la Segunda Enmienda, o todo junto. 

Solo en los 27 días que hasta ahora transcurrieron de 2023 hubo en el país 42 tiroteos masivos (mass shootings).

No se puede negar el problema

Llamamos tiroteos masivos a los delitos donde un atacante mata o hiere a varias personas (al menos tres) simultáneamente usando un arma de fuego.

Recientemente, la atención se volcó a California, donde en un breve lapso se produjeron varios ataques, donde la comunidad asiática fue víctima y victimario.

El 21 de enero, un asesino entró a un salón de baile de Monterey Park, California y mató a once personas, hombres y mujeres, gente mayor que había ido al lugar a aprender a bailar. Dos días después, el 23 de enero se produjo un tiroteo en una granja en Half Moon Bay, también en California, que arrojó siete muertos y una herida. El asesino fue arrestado. 

El 23 de enero, se produjo un tiroteo en dos granjas cercanas en Half Moon Bay, California. Siete personas murieron y una octava resultó gravemente herida. El sospechoso fue detenido después de que estacionó afuera de la subestación del Sheriff del centro.

El 16, en Goshen, mismo estado, seis miembros de la misma familia, entre ellos un bebé de seis meses, fueron asesinados “al estilo ejecución de pandilleros”, según la prensa. 

El sitio “Archivo de Violencia Armada,” que recopila datos recopilados diariamente de más de 7500 fuentes policiales, de medios, gubernamentales y comerciales, publica 43 tiroteos masivos en lugares públicos en este año, independientemente de si el atacante logró o no matar a grandes cantidades de víctimas. En todo el país: En California el total es de seis, igual que en Florida; cuatro en Louisiana y Texas, tres en Pennsylvania e Illinois.

Más de 500 muertos

Un análisis del Centro Nacional de Evaluación de Amenazas del Servicio Secreto dado a conocer la semana pasada, estudió 173 balaceras masivas ocurridas en los últimos cinco años, entre enero de 2016 y diciembre de 2020, en espacios públicos como negocios, iglesias o escuelas. Tuvieron como consecuencia más de 500 muertos y muchos más heridos. 

La verdad es que jamás nos acostumbraremos a este horror en el que personas con fácil acceso a armas de fuego dirimen conflictos matando. 

Buscamos comprender por qué ocurrió el crimen y cómo se puede prevenir en el futuro. 

Y según nuestra inclinación política, inmediatamente diremos que la principal motivación es una enfermedad mental porque, claro, no puede ser de otra manera y quien mata por matar está chiflado. “Las armas no matan gente”, dirán, “la gente mata gente”.

Otros diremos inmediatamente que hay que prohibir la venta de armas automáticas como mínimo y también como mínimo impedir que personas con alto potencial de agresión puedan tan fácilmente comprarlas.. 

Y los campos políticos se dividen entre ambas explicaciones, ya sin posibilidad de reconciliación y entendimiento. 

Pero la verdad es que hay otra motivación, otra relación, otra causa, otra explicación de los tiroteos masivos. Una explicación que no es menos, sino quizás más alarmante. 

La violencia doméstica

Existe una relación directa y mayoritaria entre la violencia doméstica y los tiroteos masivos. 

La violencia doméstica, violencia familiar o violencia de género, porque casi siempre la ejerce un hombre contra una mujer y los niños. Una de sus definiciones es “el abuso físico, sexual o emocional que ocurre en una casa o por un miembro familiar a otro”. 

Explican los tres autores de un estudio de 2021 en la “Revista de Epidemiología de las Lesiones” (INJ): “Los factores de riesgo de diversas formas de violencia armada, incluida la violencia armada comunitaria y el suicidio, son bien conocidos pero, dada la rareza de los tiroteos masivos, se conoce el porqué las personas realizan actos masivos de violencia. Investigaciones recientes apuntan a la violencia doméstica como un factor desencadenante de muchos tiroteos masivos”.

Son tantos los casos de violencia doméstica que en el sitio de internet del National Domestic Violence Hotline, un esfuerzo federal, (teléfono 800-799-7233 disponible las 24 horas, chate en www.TheHotline.org y SMS: Text START to 88788) hay al momento de escribir esto un anuncio: 

“En este momento, estamos experimentando un volumen de llamadas / chat inusualmente alto. Los tiempos de espera para conectarse con nuestros defensores pueden ser más de 15 minutos. Estamos aquí 24/7 y nos disculpamos por la espera. Si está buscando proveedores y recursos locales, busque en la sección Obtener ayuda.

Una relación innegable

Es que la violencia doméstica es una plaga que no respeta fronteras, diferencias de estatus social, económicas, sociales, de educación. 

Y estudios, estadísticas, investigaciones o el simple recuento de lo sucedido arroja que al menos el 70% de las balaceras masivas tienen su origen en la violencia doméstica. 

En “el vínculo letal entre los tiroteos masivos y la violencia de género,”  Amy Goodman y Denis Moynihan nos recuerdan que “sabemos que Estados Unidos está superando la pandemia de COVID-19 cuando el ritmo de los tiroteos masivos en el país vuelve a la normalidad”. 

Y detallan: “La mayoría de los hombres que perpetran los tiroteos masivos (los hombres cometen al menos el 97% de esos incidentes) también tienen antecedentes de violencia en el hogar”. 

En el estudio del INJ, “el 59,1% de los tiroteos masivos entre 2014 y 2019 estaban relacionados con la violencia doméstica y en el 68% de ellos, el perpetrador mató al menos a una pareja o familiar o tenía antecedentes de violencia doméstica”.

Otros datos confirman esta realidad. La analista Jackie Gu, escribiendo para Bloomberg.com hizo hace dos años un estudio de 749 tiroteos masivos que ocurrieron en los seis años anteriores y halló que en el 60% de los casos se trató de ataques de violencia doméstica o de hombres con historias de violencia doméstica. 

Asimismo, el Educational Fund to Stop Gun Violence publicó un estudio que confirma que dos tercios de los tiroteos masivos están relacionados con la violencia doméstica.

Asesinadas por los hombres que amaban

Un reciente artículo de Solnja Sharp y Katie Licari en el Los Angeles Times¿Qué llevó a un loco a hacer esto? Violencia doméstica investigada en tiroteo en Monterey Park” busca reacciones y explicaciones: “Las personas que están dispuestas a lastimar a los más cercanos a ellos tienen más probabilidades de lastimar a otras personas en el futuro”, dijo Lisa Geller, directora de asuntos estatales en el Centro Johns Hopkins para Soluciones de Violencia con Armas y estudiosa de tiroteos masivos”.

y agrega un dato importante: “Aproximadamente la mitad de las mujeres que mueren a causa de la violencia son asesinadas por los hombres que amaban. 

Se trata entonces de hombres que matan o hieren a sus compañeras y/o sus hijos pero de inmediato siguen en su ataque contra otras personas, cercanas o casuales. 

Si hiciéramos de esta relación absoluta e innegable el foco de la lucha contra los tiroteos masivos, otra sería la realidad. 

¿Los asesinos, cuál es la conexión que hacen entre el homicidio de un familiar y el siguiente paso, el ataque a ajenos? Y, ¿se puede evitar?

Una propuesta

La profesora de Psiquiatría Clínica en la Universidad de Georgetown, Liza H. Gold, en  “Violencia doméstica, armas de fuego y tiroteos masivos” de la Revista de la Academia Estadounidense de Psiquiatría y Derecho sugiere: 

“Los abusadores masculinos con armas de fuego que quitan la vida a sus parejas íntimas tienen muchas más probabilidades de quitarle la vida a otros al mismo tiempo. La gran cantidad de casos en los que la violencia de pareja y las armas de fuego resultan en homicidio de pareja íntima y muertes masivas… sugiere que priorizar las intervenciones basadas en evidencia para mantener las armas de fuego alejadas de quienes cometen la violencia de pareja puede disminuir la incidencia de los homicidios de pareja íntima y también disminuir los tiroteos masivos relacionados”.

Agreguemos aquí que obviamente hay muchos menos abusadores domésticos que asesinos en masa. No hay una correlación en ambas direcciones, incluso en los casos más extremos que involucran armas de fuego. En pocas palabras, solo unos pocos abusadores domésticos pasan a la siguiente etapa. 

Pero estos datos alcanzan y sobran para demostrar que más allá de si la primera solución para evitar matanzas masivas es impedir el fácil acceso a armas de fuego (lo es) o atención de salud mental (necesaria también, aunque los proponentes de esta idea jamás avanzaron presupuestos para financiar terapias y medicinas), debemos recordar que en la mayoría de los asesinatos masivos hay un abusador doméstico. Por ahí empieza y la primera víctima es la esposa, la madre, los hijos. 

No olvidemos que en uno de los tiroteos más horripilantes, el ataque a la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en 2012, el asesino primero mató a su madre en su casa y luego a 26 personas, de ellas 20 niños entre seis y siete años. 


Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This resource is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

 

  

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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