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Las promesas incumplidas de Biden

La semana pasada, durante una conferencia de prensa dedicada a las negociaciones con el Congreso, le preguntaron al presidente Joe Biden si tenía algo que decir sobre la situación en la frontera sur.

La frontera, contestó el mandatario, “se ve mucho, mucho mejor”.

Biden se refería a que después de que cesó la vigencia de la política instituida por su predecesor Trump llamada Título 42 y contrariamente a los presagios, no hubo un aumento de cruces ilegales. Es decir, que no tuvo que pagar un precio político por, simplemente, haber cumplido con una de sus muchas promesas electorales formuladas a la comunidad latina durante su campaña electoral. 

Pero la situación en la frontera está lejos de ser mucho mejor.

Porque precisamente para prevenir una crítica de que ha abierto la frontera para quien quiera cruzar, el Presidente ha instaurado una serie de medidas capaces de exacerbar el problema migratorio. 

Al mismo tiempo, sus actos no evitaron que sus críticos republicanos lo sigan atacando ferozmente y sin evidencias. Ni evitarán. Como ejemplo, la representante Marjorie Taylor Greene presentó una propuesta de juicio político en su contra por la situación en la frontera. 

Parecería entonces que en lugar de avanzar en una solución, el Ejecutivo se concentra en las apariencias, con vistas en una campaña de reelección contra Donald Trump, que se acerca a pasos agigantados y que promete ser más brutal aún que las anteriores. 

En sus primeras semanas de gobierno, parecía que Biden cumpliría con la comunidad que votó por él. Entre otras, estas fueron sus promesas: “Dentro de los primeros cien días”, dijo, “enviaré al Congreso un camino a la ciudadanía para los más de 11 millones de indocumentados”. 

También anunció que “los dreamers van a ser protegidos inmediatamente por una acción ejecutiva, y se les dará un camino a la ciudadanía”.

Como candidato, prometió elevar el límite de refugiados a 125.000, respecto a los 15.000 fijados por Trump, aún menos que los 200.000 durante los años 80. Como presidente, puso el número de refugiados en 62.500 y lo bajó a 25.000 en 2022.

Es cierto que en su primer día de gobierno detuvo la construcción del muro fronterizo de Trump y reforzó el DACA. Y se le agradece por haber dado fin a la cruel política de separación de familias, que en los hechos consistió en el secuestro de niños de manos de sus padres. De esa manera contribuyó a que el capital moral de Estados Unidos no se siga deslizando por la pendiente que conduce a la barbarie. 

Y sí también envió al Congreso un proyecto de reforma migratoria. Pero este quedó en el olvido y no hubo un esfuerzo para aprobarlo.

En esta nueva etapa, las reglas que reemplazaron el Título 42 niegan la entrada a quienes anteriormente intentaron cruzar entre puertos de entrada. También demanda que para pedir asilo deben hacerlo antes en el país por el que transitaron en su camino y ser rechazados. Además prohíbe entregarse en la frontera a los agentes migratorios sin una cita hecha desde su propio país. Y establece que las solicitudes deben efectuarse por medio de un sitio de internet que a menudo es críptico o que no funciona. 

Ante la crítica y la pérdida del control de la Cámara Baja, las buenas intenciones de Biden no se han materializado en la realidad.  Y ahora, la imagen que quiere presentar ante el votante es que es duro con las personas que cruzan la frontera ilegalmente. 

Si Biden está tratando de granjearse votos republicanos, está gastando su tiempo. No lo apoyarán. Si quiere la reelección, debe convencer a los latinos de que votar por él en 2020 no fue un error y que cumple sus promesas con la comunidad. 

 

Perfil del autor

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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