México: No a la policía única

La propuesta de una policía única en todo México, me despierta ciertas dudas. Más si está es liderada por Genaro García Luna, quien durante su paso por la Policía Federal Preventiva en el gobierno de Fox y ahora como secretario de seguridad pública con Calderón, ha demostrado absoluta ineptitud e incapacidad.

Así como en su momento Porfirio Díaz Mori expresó que México no estaba preparado para la democracia, está vez me atrevo a decir que nuestro país no está preparado para una policía única. El problema es que prácticamente todos los niveles policiacos están infestados de personas vulnerables y susceptibles a la corrupción. Si bien se ha tratado de combatir la corrupción en las diversas instituciones de seguridad con la idea de mejores sueldos, éstas no han podido impedir el ingreso a sus filas de miembros del crimen organizado.

García Luna desde hace meses hace todo lo posible por convencer a Felipe Calderón que la integración de todas las policías del país, podría ser una estrategia exitosa en la prácticamente guerra perdida. Sin embargo, la funcionalidad de los cuerpos policiacos debe cifrarse en el sentido de garantizar la seguridad, y no como lo propone García Luna, en el combate a la delincuencia.

Depurar a las policías podría parecer una aspiración a un mundo irreal o una misión imposible, sin embargo, a nivel estatal, pero sobre todo en los municipios, ya hemos tenido ejemplos de secretarios de seguridad que se le han jugado aseando sus organismos con éxito; lo negativo es que después han encontrado la muerte. De ahí que, los fracasos se deben precisamente al nivel de corrupción infiltrada. Por ello, lo menos recomendable es tener una policía única, porque el cáncer de su corrupción se diseminaría vertiginosamente.

Quizá, sea el momento de pedir ayuda a los profesionales. Colombia e Italia, por mencionar un par de ejemplo de países que vivieron terribles crisis de inseguridad, han sabido afrontar sus problemas y han aprendido de sus errores. Si ellos han podido superar sus crisis, ¿por qué nosotros no podríamos hacerlo?

El problema en nuestro país, es que todo acaba siendo político; por consiguiente, todo aquello que beneficie o perjudique en votos es digno de atender, lo demás no importa. Como no le ha importado a Felipe Calderón que no haya cuerpos policiacos profesionales y honestos. Ya lo estamos viendo en Ciudad Juárez, donde el comando de la policía federal que se supone acudió a disuadir los actos delictivos del crimen organizado, resultó ser tan delincuencial como los propios criminales. Tan notorio fue, que los propios policías denunciaron a su comandante.

Por eso sostengo, que lo mejor que nos puede suceder es que se conformen organismos de seguridad que revaloren el rol del policía, profesionalizando su actividad y sometiéndolos a rigurosos filtros de confianza, donde sea poco probable que el crimen organizado pueda sobornarlos. Se que suena a utopía, pero estoy convencido que tampoco es algo imposible. La idea de la policía única es por el contrario, lo peor que nos puede suceder.

Y de paso, otra acción que está en espera es la reforma radical a la representación del ministerio público, tema que abordaré en una siguiente entrega.

Twitter: @juanjosesolis

Autor

  • Juan Jose Solis

    Juan José Solis Delgado (Ciudad de México, 1973) Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco. Cursó estudios de Economía en la UAM-I. Tiene un diplomado en creación literaria por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Cuenta con una especialidad en Desarrollo de Habilidades Docentes por la Universidad Tecnológica de México y cursó la maestría en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, especializándose en la comunicación política. Por más de 12 años ha trabajado como productor y locutor de radio en emisoras como Radiofórmula, Cambio 1440, Radio Capital, Radiorama y ABC Radio. Ha sido coordinador de producción en programas de televisión en las empresas Televisa y Tv Azteca. Ha sido responsable de la Comunicación Social de la Subprocuraduría de Justiticia del Estado de México sede en Tlalnepantla. Fue coordinador de comunicación social en campañas políticas en las elecciones federales intermedias del 2003. En el campo editorial, se desempeñó como Director Editorial y editor responsable de la revista Alas de papel de Editorial Noctua. También ha laborado como docente en diversas instituciones de educación superior, como la Universidad de la Comunicación, la Universidad del Claustro de Sor Juana, la Universidad Tecnológica de México y actualmente en Escuela de Periodismo "Carlos Septién García" y en la Universidad Iberoamericana. Su principal afición es la lectura y en particular las novelas de escritores iberoamericanos. Sus autores favoritos son Mario Vargas Llosa y Juan Carlos Onetti. Actualmente está encargado de la difusión de la investigación en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.

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