Récord de muertes por sobredosis en California
La epidemia de opioides sigue siendo uno de los problemas más preocupantes del estado, sobre todo en la población más joven. Sin embargo, y pese a los malos números de 2023, el Center at Sierra Health Foundation destaca los avances en prevención y recuperación. Ethnic Media Services (EMS) propuso una conferencia con las organizaciones sin fines de lucro que trabajan con este centro, no sólo en ciudades sino también en áreas rurales remotas
Sandy Close, directora y fundadora de EMS destacó a las tres organizaciones que trabajan de forma innovadora, promoviendo la equidad sanitaria de todo el estado, desde Los Ángeles e Inyo hasta el Central Valley y Alameda County, especialmente en la prevención y cura del consumo de opiáceos.
Contra la criminalización por el uso de drogas
La primera conferencista fue Kaying Hang, presidente del Center at Sierra Health Foundation, quien expresó que «creemos que todas las personas merecen la oportunidad de vivir una vida saludable, cuidada y con supervisión en el tratamiento. Tenemos varios programas, pero nos vamos a enfocar en el de abusos de sustancias ya que de acuerdo al Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), más de 19,000 personas perdieron su vida por sobredosis en California en 2023. Esto es algo preocupante ya que se trata de la causa de muerte más común en los jóvenes”.
-¿De qué modo actúa el estado en estos casos?
-Históricamente, el gobierno federal ha respondido al abuso de drogas por medio de la encarcelación; es decir que se criminazaliza el uso y la posesión de sustancias. De este modo y por más de 50 años, hemos sufrido las consecuencias de encarcelamientos masivos, sobre todo de personas de color y de bajos ingresos que han sido afectadas y estigmatizadas. Las personas que usan drogas no son extraños, son vecinos o miembros de familias que conocemos.
-¿Se ha podido modificar ese paradigma?
-La buena noticia es que esto ha ido cambiando gracias a organizaciones locales. Le hemos demostrado al gobierno que podemos priorizar el cuidado de las personas por encima de la criminalización. Nuestro programa, de hecho, está en esa línea. En diez años hemos podido apoyar a cientos de miles de personas que usaban drogas, trabajando con jóvenes in importar el estatus social o sus ingresos. Lo hacemos en alianza con otras ONG y en comunidades que han sido desproporcionadamente marginadas.
-¿De qué modo trabajan con esas comunidades?
-De manera conjunta. Creemos que las personas de esas comunidades marginadas son los mejores aliados posibles para proponer soluciones, ya que conocen directamente a la población y son confiables. Trabajamos de manera profunda para generar una rehabilitación empoderada, con un enfoque multicultural e inclusivo. Y esto es muy importante, porque el peso de ser víctimas de la criminalización siempre involucra a varias generaciones.
-¿Hay futuro, entonces?
-Muchas comunidades han experimentado racismo o discriminación, el no tener hogar ni trabajo. Nosotros les damos herramientas para que crean y sepan que sus comunidades tienen futuro. El hecho de haber sobrevivido a las drogas ya es un gran triunfo. La resiliencia de estas comunidades es la mejor carta de cara al futuro.
“MÁS DE 19,000 PERSONAS PERDIERON SU VIDA POR SOBREDOSIS EN CALIFORNIA EN 2023, Y ESTO ES ALGO PREOCUPANTE, YA QUE ES LA CAUSA DE MUERTE MÁS COMÚN ENTRE LOS JÓVENES. HISTÓRICAMENTE, EL GOBIERNO FEDERAL HA RESPONDIDO CON LA ENCARCELACIÓN, CRIMINZALIZANDO EL USO Y LA POSESIÓN DE SUSTANCIAS. EN 50 AÑOS, HEMOS SUFRIDO ENCARCELAMIENTOS MASIVOS, SOBRE TODO EN PERSONAS DE COLOR Y BAJOS INGRESOS. ESTO HA IDO CAMBIANDO GRACIAS A ORGANIZACIONES LOCALES. LE HEMOS DEMOSTRADO AL GOBIERNO QUE PODEMOS PRIORIZAR EL CUIDADO DE LAS PERSONAS POR ENCIMA DE LA CRIMINALIZACIÓN”.
KAYING HANG
Por las comunidades rurales de Central Valley
Mari Pérez-Ruiz es la directora ejecutiva del Central Valley Empowerment Alliance, una ONG que trabaja en las zonas rurales remotas del estado.
“El movimiento de trabajadores campesinos es una de las muchas comunidades con las que trabajamos. Esto empezó aquí, en Central Valley en 1965, donde se firmó el primer contrato de agricultura», dijo Pérez-Ruíz. «La lucha para empoderar a los trabajadores agrícolas condujo a políticas que nos han afectado hasta hoy. Esta es una de las 13 comunidades rurales que, según se dice, no tienen futuro, ya que no hubo inversión en vivienda. Estamos luchando contra esas narrativas del “no futuro” y del “no desarrollo de viviendas” en 50 años, con tres generaciones viviendo en lugares ínfimos. La equidad de la salud ha sido muy afectada por esta falta de políticas. Esta comunidad tiene 40% de trabajadores filipinos y un 50% de mexicanos que sólo hablan español. Estamos en una comunidad sin parques, ni clínicas, ni policías, ni bomberos”.
-¿Cuáles son los condados en los que trabajan?
-Hoy servimos a cinco condados: Madera, Tulare, Kern, Fresno y King, especializándonos en los trabajadores rurales del Central Valley. En Madera, tenemos una alta concentración de indígenas. En Tulare hay un alto número de población migrante y filipinos. Vemos que no ha habido un esfuerzo del gobierno para ir hasta las comunidades rurales a ver qué necesitan. Generalmente, el estado va a donde hay más población. Nuestra organización en cambio, va a las comunidades donde hay 300 personas. Por eso tenemos una campaña de salud equitativa liderada por jóvenes.
-Además de problemas sociales, están las catástrofes naturales…
-De hecho, hace muy poco una comunidad rural se inundó. Excepto nosotros, nadie se presentó allí porque tenían temor a entrar. Desde esas distancias, apenas un tres por ciento de esos chicos tendrán acceso a estudios superiores después. Estamos tratando crear una comunidad donde los hijos de mexicanos, indígenas o filipinos tengan oportunidades. Lo hacemos por amor incondicional y no tenemos miedo de decirlo.
-¿Cómo está el tema de la droga en las comunidades rurales?
-Es un problema muy serio, la comunidad rural es un blanco para los Carteles. Por acá pasa mucha droga y muchas veces son los propios padres son los que venden. Es la economía en negro. Creamos espacios para que los jóvenes se reunan y otros donde los padres puedan tener conversaciones. Recuperamos un “garage” y todas las semanas tenemos 65 chicos que se nos unen. Los padres firman un acuerdo que nuestro espacio es libre de Maras, de Carteles y de drogas informando, ayudando y tratando de reducir los daños.
-¿Cómo ha sido la respuesta de los jóvenes?
-Ellos han sido clave en este proceso. Al principio, muchos padres no querían traer a sus hijos porque nos hemos declarado libres de Maras y drogas. Otros padres estaban muy preocupados por el crimen vinculado con la economía subterránea del Cartel. Pero hemos hecho visitas domiciliarias y a partir de entonces, muchos padres se han apuntado como voluntarios. Nuestro plan es incluirlos en la ayuda.
-También se están ocupando de las condiciones ecológicas de la comunidad…
-Sí… Estamos tratando de crear un parque. Ya recaudamos 1,4 millones de dólares y si todo va bien, lo inauguraremos en febrero. Los jóvenes pidieron que se llamara “Parque Lupe”, como el trabajador de Yemen que fuera asesinado. Lupe lideraba un movimiento que pedía por los derechos de los trabajadores agrícolas. Los chicos se sienten representados por ese trabajador martirizado. El plan es embellecer la comunidad e involucrar a toda la gente que sea posible. Nuestros espacios nunca han sido vandalizados y queremos seguir construyendo confianza. El muralista Carlos Pérez pintará el parque, capturando su historia. Esta área ha sido invisibilizada durante años, pero queremos decirles a todos “miren, acá estamos y aquí seguimos”.
“SERVIMOS A CINCO CONDADOS: MADERA, TULARE, KERN, FRESNO Y KING, ESPECIALIZÁNDONOS EN LOS TRABAJADORES RURALES DEL CENTRAL VALLEY. EN MADERA, TENEMOS UNA ALTA CONCENTRACIÓN DE INDÍGENAS; EN TULARE, MUCHOS FILIPINOS E INMIGRANTES. PERO NO HA HABIDO UN ESFUERZO DEL GOBIERNO PARA IR A LAS COMUNIDADES RURALES. NUESTRA ORGANIZACIÓN, EN CAMBIO, VA A LAS COMUNIDADES DONDE HAY 300 PERSONAS, Y HOY TENEMOS UNA CAMPAÑA DE SALUD EQUITATIVA LIDERADA POR JÓVENES”.
MARI PÉREZ-RUIZ
Drogas en comunidades indígenas
Arlene Brown es directora del Crossroads Recovery Center and Skoden Native Harm Reduction Services.
«Soy miembro de la tribu Bishop, y vivo y trabajo en la reserva. Los nativos americanos tienen una de las cifras más altas de sobredosis no sólo en California sino en Estados Unidos desde que se inició la colonización en el país», explicó Brown. «Somos las primeras víctimas de la guerra en drogas y hemos trabajado con la financiación que hemos recibido en el programa».
-¿De qué modo trabajan las adicciones?
Hemos indigenizado el modo de actuar con las personas que usan drogas, ya que sabemos que la solución no es estigmatizar. Eso no funciona. Queremos involucrarnos y trabajar de forma cercana con las personas que usan drogas. Esto se llama “Viaje de Bienestar”, un programa indigenista que creamos para darle solución a la población que usa drogas. Tenemos servicios de todo tipo, médicas, psicológicas y sociales y también metas mentales, físicas y emocionales. El modelo occidental sólo trata una parte de la persona, y nosotros tratamos de abarcar al ser humano en su totalidad. Lo que funciona para nosotros es el modo holístico y conectado con la cultura profunda. Hacemos medicina tradicional dentro de nuestro círculo sagrado.
-El condado de Inyo tiene cinco reservas y el 17% de la población es indígena ¿Hay algún estigma en esas comunidades sobre quienes usan drogas?
-Sí, y por eso la idea es desistegmatizar. Es importante mantener a las personas que usan drogas en nuestro círculo, no aislarlos. Este “Viaje de Bienestar” nos ayuda a hacer esto. Un gran porcentaje de las personas que vienen no son nativas americanas. Es muy importante también, incorporarlas a nuestra cosmovisión.
-¿La clave para el futuro?
-Hacerle saber a la gente de nuestra comunidad que ellos no están definidos por sus problemas, que no son una estadística negativa a nivel nacional. La idea es romper ese prejuicio y esas cadenas así como también aumentar la autoestima de la comunidad y empoderarlos. Tenemos que hacerles entender que ellos son amados, apoyados y queridos y que sus necesidades inmediatas se van a abordar.
“El “VIAJE DE BIENESTAR” ES UN PROGRAMA QUE CREAMOS PARA DARLE SOLUCIÓN A LA POBLACIÓN INDÍGENA QUE USA DROGAS. TENEMOS SERVICIO MÉDICO, PSICOLÓGICO Y SOCIAL. EL MODELO OCCIDENTAL SÓLO TRATA UNA PARTE DE LA PERSONA, PERO NOSOTROS TRATAMOS DE ABARCAR AL SER HUMANO EN SU TOTALIDAD. LO QUE FUNCIONA PARA NOSOTROS, ESTÁ CONECTADO CON LA CULTURA PROFUNDA. HACEMOS MEDICINA TRADICIONAL DENTRO DE NUESTRO CÍRCULO SAGRADO”.
ARLENE BROWN
Navegando problemas en Oakland
El último orador fue Braunz E. Courtney, director ejecutivo del HIV Education Prevention Project, del condado de Alameda.
“Nuestro programa está apoyado por la Fundación de Sierra y se encuentra en expansión permanente», dijo Courtney. «Parte de nuestras metas es incluir accesos a tratamientos para personas de bajos recursos. Hace 30 años que estamos aquí, fundados por la comunidad de color. Estamos en el eje central de Oakland pero también en los condados aledaños. La idea es dar servicios y acceso equitativo a la salud para todas las personas”.
-¿De qué modo abordan la recuperación de adicciones?
-La recuperación de personas adictas no es solamente la sobriedad, sino acompañarlas personas a conseguir sus metas. La reducción de daños o drogas es sólo un aspecto, así que no exigimos que dejen las sustancias. Muchos piensan que la abstinencia es lo mejor, y entonces actuamos de ese modo. Manejamos los dos extremos del espectro. La idea es mantener un espacio clínico para las comunidades en áreas donde no hay muchos servicios.
-¿Se definen como una ONG médica o social?
-Somos ambas cosas. Muchas veces pensamos que nuestro único acceso a la medicina es cuando vas al doctor, pero estas organizaciones también lo son. Generalmente, la gente adicta está cansada de las técnicas punitivas para bajar el consumo o prevenir una fatalidad. La idea es ayudarlas a sobrevivir respetando la integridad de la persona.
-¿Cómo influye la problemática social en las adicciones?
-Cuando una persona quiere acceder a tratamientos, puede que estén atravesando por procesos que tampoco son saludables como la falta de vivienda o de seguridad. Tener un programa integral, implica contemplar todas esas cosas. Por eso no damos recetas unívocas, somos como “navegadores” que sirven para pensar del uso de sustancia. Si quieres llegar hasta aquí, te vamos a indicar las barreras, pero quien conduce eres tú. Queremos combinar espacios clínicos y no clínicos de cara a procesos integrales.
-¿De manera clínica?
-Si quieres entrar en lugares clínicos, está bien. Pero si quieres otra cosa, te acompañemos como lo haríamos en la calle y no estás listo aún para usar medicamentos, eres bienvenido también. Por eso ofrecemos servicios de prevención, sobre todo en sobredosis de opiáceos, centro de jeringuillas y hierbas. Muchos vienen porque tenemos servicios esterilizados, y después de un tiempo, se sienten listos para empezar un tratamiento.
-¿Cuál es el impacto de drogas en las comunidades donde trabajas?
-Sabemos que el impacto es mayor en la comunidad afroestadounidense de Oakland y eso tiene que ver con problemas de salud y de economía. Muchas personas han sobrevivido por lo que les hemos ofrecido desde nuestros programas. Debemos escuchar más a nuestras comunidades.
“LA REDUCCIÓN DE DAÑOS ES SÓLO UN ASPECTO DEL TRATAMIENTO. NO EXIGIMOS A NUESTROS PACIENTES QUE DEJEN LAS DROGAS. PERO OTROS PIENSAN QUE LA ABSTINENCIA ES LO MEJOR, Y ENTONCES ACTUAMOS DE ESE MODO. LA IDEA ES MANTENER UN ESPACIO CLÍNICO Y SOCIAL EN LAS COMUNIDADES DONDE NO HAY MUCHOS SERVICIOS. LA GENTE ADICTA ESTÁ CANSADA DE LAS TÉCNICAS PUNITIVAS PARA BAJAR EL CONSUMO. LA IDEA ES VER CÓMO AYUDAR A SOBREVIVIR PERO RESPETANDO LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS”.
BRAUNZ E. COURTNEY