The Economist: AMLO no es corrupto pero igual hay que sacarlo
Al querer poner en entredicho ante la opinión pública al presidente de México Andrés Manuel López Obrador, la revista The Economist dice en un editorial publicado la semana pasada que el mandatario mexicano es honesto, pero que eso no importa. Igual hay que sacarlo. Como se sabe, se trata de una de las voces neoliberales inglesas de más prestigio e historia.
No es corrupto
“No es personalmente corrupto”, afirma el editorial antes de acabar el primer párrafo; pero inmediatamente subraya que el presidente es un “peligro” para la democracia mexicana.
En otras palabras, el presidente de México es un peligro para la gente que gobierna porque no es corrupto; por lo tanto, nadie debe de votar por él, porque no es corrupto. Vaya paradoja.
Desafortunadamente para la revista, en la honestidad radica la fuerza de López Obrador. Es por eso que la gente lo sigue. El pueblo sabe que hay mucho por hacer y corregir, pero también sabe que con él se ha dado el primer paso y, por ello, no lo deja de apoyar.
En gran medida, fue su honestidad y su lucha durante décadas lo que lo llevó al poder. Pero eso sus críticos no entienden.
El editorial reconoce que el mandatario alza la voz por los que no tienen y por los más desfavorecidos. No es homófobo; no discrimina. Incluso, afirma la revista, ha hecho cosas buenas como aumentar las pensiones, subvencionar el aprendizaje de los jóvenes y mantener la deuda bajo control. Es gracias a esto último que la calificación crediticia de México sigue siendo firme.
Aprendan de AMLO
La revista le sugiere a la oposición que aprenda de AMLO, ya que los gobiernos del pasado hicieron un pésimo trabajo con las familias que se quedaron atrás económicamente desde la década de los 80.
En su afán por no verse tan sesgado contra la administración de López Obrador, The Economist crítica a la clase dominante del país y la llama corrupta. Pero eso al parecer no importa, porque a los que señala como corruptos les pide que hagan lo que sea necesario para detener al presidente.
La importancia de las elecciones del 6 de junio es que está en juego toda la Cámara de Diputados, organismo que controla el presupuesto. Actualmente el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene la mayoría simple, pero con los partidos aliados alcanza una mayoría absoluta.
Lo que quieren The Economist y la oposición en México es que López Obrador pierda esa mayoría para bloquear cualquier tipo de legislación que vulnere los intereses económicos de las multinacionales que gozan de contratos ventajosos.
A casi tres años del mandato de AMLO, miles de corporaciones ya pagan impuestos. Muchos contratos leoninos se modificaron. El sueldo mínimo subió en un 50%. López Obrador modificó la práctica de subcontratación que literalmente eliminaba todo derecho al trabajador, entre otras medidas.
Peligro pero para las corporaciones
El editorial, en vez de llamar al presidente “El falso mesías de México”, en vez de afirmar que es un “peligro” para la democracia del país, debería de decir: López Obrador es un peligro para algunas corporaciones corruptas a las que no les gusta pagar impuestos y que explotan los recursos de México y a sus trabajadores. Porque la presente administración lo único que está haciendo es que cumplan con la ley y que haya negocio con ganancias pero sin saqueo.
Recientemente México logró estar dentro de los mejores 10 países a nivel mundial para los inversionistas de capital directo. López Obrador fue calificado como uno de los primeros dos mandatarios en el mundo con más respaldo por parte de su propio pueblo.
Desafortunadamente, el principal objetivo de The Economist, en conjunto con corporativos y clases dominantes corruptas, es que México vuelva a la era de los sexenios pasados, cuando podían apoderarse de los recursos naturales, ignorando y empobreciendo al pueblo. Claro, todo se hacía con la complicidad de la clase política de lo que ahora se conoce como “PRIAN” (Partido Revolucionario Institucional-Partido Acción Nacional).
Para comprender el papel que ha jugado The Economist en la historia de México, esta misma revista, en un artículo publicado el 27 de septiembre de 1913, favoreció el golpe de Estado contra el presidente democráticamente electo Francisco I. Madero. El golpe le permitió al dictador Victoriano Huerta llegar al poder. Pero la publicaciónsubrayó que Madero era “un problema para México”.
De igual manera, The Economist afirmó la semana pasada en su artículo de portada que el mandatario mexicano, igualmente electo de manera contundente por la vía democrática en 2018, es un “peligro para la democracia”. Y de acuerdo a sus propias palabras, por no ser corrupto.
*Agustín Durán es editor de Metro de La Opinión de Los Ángeles.