Tijuana: ¿Dónde quedó la bolita?
Tijuana para variar está endeudada. La información disponible y que es al 30 de noviembre de 2010 habla de 2,100 millones de pesos (unos 173 millones de dólares al tipo de cambio actual).
¿De dónde viene la mega deuda? De la administración del panista Jorge Ramos y anteriormente de otro panista, Jesús González.
Durante la administración del ex alcalde Jorge Ramos, se adquirieron los siguientes tres créditos:
- 1. Con la banca privada (ScotiaBank Inverlat) por la cantidad de 588,094,439 pesos, para liquidar otros créditos. Supongo que fue para liquidar el remanente de la deuda adquirida por el ex alcalde Jesús González en 2003 por 800 millones de pesos. Este crédito tiene un plazo de 180 mensualidades con una tasa de interés del 9.23% y como garantía se ofreció el 23% de las participaciones que recibe la ciudad. Fecha de apertura del crédito: 15 de noviembre de 2007.
- Con la Banca de Desarrollo (Corporación Financiera de América del Norte), por 25 millones de pesos, para financiar la compra de camiones recolectores de basura y financiar el proyecto de Manejo Integral de Residuos Sólidos. Este crédito tiene un plazo de 60 mensualidades y un interés del 8.63%. Fecha de apertura del crédito: 5 de febrero de 2009.
- Con Cemex Concretos, por la cantidad de $1,714,201,810, para financiamiento del PIRE (Proyecto Integral de Repavimentación). El plazo es a 20 años y las amortizaciones del crédito inician el 31 de enero de 2011. Cómo garantía se ofreció el 77% de las participaciones que recibe la ciudad.
Revisando el informe de la situación de la deuda pública del ayuntamiento de Tijuana, publicado en su sitio de internet, resulta incomprensible cómo es que la ciudad estará en posición de cumplir con sus obligaciones crediticias en los plazos especificados:
Por ejemplo, del crédito No. 1 por $ 588, 094,439 en poco más de tres años solamente se han cubierto 16 millones de pesos, ¿cómo es posible que en los doce años del plazo restante, se pretenda cubrir 571 millones? Las cuentas simplemente no salen.
Pero el caso más escalofriante es el del crédito adquirido con CEMEX para llevar a cabo el proyecto de repavimentación (PIRE): la deuda actual es de $ 1,497,855,206 pesos, a pagar en 20 años. Una deuda aprobada por el Congreso Local en su momento mayoritariamente panista y presentada por el ex alcalde en estos términos:
“El PIRE traerá beneficios tanto económicos como de impacto social a la ciudad, aumentando la plusvalía y atrayendo las inversiones millonarias a la metrópoli”.
¿Pero de dónde se sacan estás grandilocuencias los políticos mexicanos? ¿Cuál metrópoli? ¿Cuál impacto social?
Al alcalde Ramos se le metió en la cabeza que tenía que ser el Al Gore mexicano, empezando por pintar de un horrendo verde aguacate todas las zonas y oficinas públicas de la ciudad. Después lo enamoraron con la idea del cemento hidráulico y va a endeudarse con el nuevo proyecto de grupo Cemex, el mismo que ha tratado de impulsar en todos los países de Latinoamérica donde tiene algún tentáculo empresarial.
El cemento hidráulico tiene algunas ventajas frente al asfalto, como lo es su vida útil que va de 20 a 25 años, no requiere re-encarpetamiento, y el mantenimiento es una vez cada 10 años, consiste en cambio de sellos entre cada loza de concreto.
También se habla de otro beneficio menos obvio y esto tiene que ver con el ahorro en energía. Se supone que el color más claro del concreto refleja mejor la luz, por lo que los postes de alumbrado público pueden ser instalados a mayor distancia uno del otro, o en su defecto se puede instalar lámparas de menor potencia en cada poste ya instalado.
Preguntas: ¿Cuánto nos hemos ahorrado los tijuanenses en gasto de alumbrado público con el PIRE? ¿Qué va a pasar al término de los veinte años de duración del pavimento, que curiosamente coincide con el plazo del crédito? ¿Nos meteremos en otro problema de miles de millones de pesos más intereses y costos financieros?
Otro asunto que encontré ilógico pero a la vez un claro ejemplo de cómo los políticos hacen y deshacen sin ninguna repercusión y van a convencer con palabras vacías, sin ningún sustento en la realidad, tiene que ver con el “modelo financiero” que utilizó Ramos esa misma ocasión ante la Cámara de Constructores:
“La deuda (con Cemex) ser irá pagando sola con el Predial…. los beneficios a la propia población realmente son mucho mayores que la misma deuda”.
Perdón, pero no me quedó claro ni entonces ni hoy cuáles son los beneficios tangibles a la población: ¿llegar más temprano a un trabajo que no tengo, porque el desempleo va a la alza, o a mi negocio en la Avenida Revolución que he tenido que cerrar, porque el turismo es cero gracias a nuestra situación de inseguridad y a las alertas del gobierno de los Estados Unidos para que ya no nos visiten? ¿Comprometer todas las aportaciones federales y estatales de los próximos veinte años para pago de deuda, y el resto de la infraestructura de la ciudad, y las escuelas, y la inversión en seguridad?
¡Vaya sentido de la oportunidad, justo cuando se nos viene encima la mayor crisis económica desde 1929!
Luego explica con el mismo laberinto semántico, de dónde proviene su fe en el alcance del predial en estos términos: al inicio de su gestión el impuesto predial mostraba una inclinación anual a la baja de entre el 7% y el 14%. Entonces una de las medidas para revertir esa tendencia (en medio de la crisis que afectaba a la economía familiar) fue incrementar en un 100% el impuesto predial, y después presume con bombo y platillo haber tenido una recaudación histórica de 280 millones contra los 150 millones recaudados en 2007.
Si las cuentas no me fallan, el incremento en recaudación ni siquiera se reflejó en la misma proporción del aumento en el costo del predial. Así que podemos inferir que por lo menos 7% de los que pagaron el año anterior, no pagaron en el 2008, y que el monto mayor en recaudación se debe básicamente al aumento en el costo a cada ciudadano.
Trampas de la lengua sin duda, o ¿será también egresado del ITAM?
Ahora la ciudad está en manos de otra administración, del otro partido, el PRI, y el nuevo alcalde está tratando de convencer que es necesario que se inviertan 50 millones de pesos para “refinanciamiento de la deuda con Cemex”. Carlos Bustamante argumenta que con esta renegociación se dejarán de estar tirando a la basura de 8 a 10 millones de pesos mensuales, que podrán ser utilizados para extender el proyecto del PIRE al 93% de la zonas de Tijuana no incluidas previamente. Y en verdad que las calles de toda la ciudad están hechas un campo minado.
Y hoy los panistas se oponen, porque quieren ver los resultados del PIRE, y hasta cierto punto suena lógico que no estén de acuerdo en continuar endeudando a la ciudad hasta no ver el costo beneficio de este megaproyecto.
La cuestión es que ellos mismos, los panistas, fueron los que apoyaron a Ramos para llegar a este punto en el cual es necesario invertir más para ahorrar y donde no se tiene claro el beneficio para la ciudad. Cuestionan los beneficios hoy, y no antes de autorizar el endeudamiento de las próximas 7 administraciones locales.
Me parece un descaro que hasta este momento los diputados panistas traten de pedir explicaciones al nuevo presidente municipal, de un fiasco de los que ellos están más al tanto.
Esa manga ancha para hacer y deshacer con las arcas de la ciudad, así como dejar obras incompletas o ineficientes por toda la ciudad, ha sido casi una religión para los gobiernos de todos los partidos y de todos los tiempos, con rarísimas excepciones.
El gobierno en México, es el mejor negocio del mundo. Lo vemos todos los días, no falta quien conozca al don Nadie de la prepa, que le dio por la política y hoy tiene casa en Coronado para la novia y casa en Lomas Hipódromo para la esposa, “Dios nos libre” que se lleguen a encontrar.
Esa actitud de disponer del erario público como si se tratase de su caja chica, o su chequera personal, y llegar al grado de contraer obligaciones por 10, 15 ó 20 años, cuando su mandato dura 36 meses, y ahí que lo resuelva el infeliz que me reemplace, parece formar parte de los 10 mandamientos del gobernante mexicano.
Cuando Jorge Ramos estaba a cargo de la CESPT (Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana), se vio envuelto en un escándalo por “malos manejos de los dineros”. Aparentemente Ramos tuvo una emergencia familiar y “se prestó” dinero de las arcas de la CESPT. El escandalo duró poco, se silenció, nadie volvió a hablar del asunto, ahhh las benditas ventajas de estar entre amigos.
Lo que hizo Ramos y lo que hacen un montón de diputados y servidores públicos muy a menudo: “prestarse dinero” de las tesorerías de las dependencias que manejan, es una práctica que parece inocente, que nadie investiga, nadie pone en tela de juicio su legalidad o en todo caso su inmoralidad.
No obstante en otras jurisdicciones esto se considera un delito grave, y si no pregúntenle a los funcionarios de la ciudad de Bell en California que actualmente están siendo procesados, entre otras cosas por asignarse salarios fuera de toda realidad, y por “prestarse” dinero de la tesorería del ayuntamiento. ¡Salarios fuera de la realidad y disposición fraudulenta de los fondos de la ciudad para fines personales! ¿Dónde se ha visto tal cosa?
Sin embargo, entre la arrogancia de una decadente clase política que ignora que la democracia no solo consiste en ejercer y respetar el voto (y eso a medias), sino en respetar la voluntad del pueblo, y la cadena de favores pactados tras bambalinas entre los distintos partidos, detallitos como enriquecimiento ilícito, o comprometer el 103% de las aportaciones federales y estatales, en pro de créditos no pagables, infelizmente no es asunto que competa a las autoridades.
Nos incrementaron el 100% el predial, ¿quién dijo pío?
Para algunos de nosotros los números suelen ser fríos, aburridos, un verdadero fastidio. Pero si queremos tomar pasos agigantados hacia una verdadera democracia y ponerle un alto a la corrupción, entre otras cosas hay que darnos el tiempo de revisar los números, de cuestionarlos y de protestarlos cuando hay incongruencias.
Y más importante, es imperativo que asumamos un hecho irrefutable: el dinero que gastan los partidos, los congresos, los municipios, los estados y la federación, es nuestro, no suyo, por lo que es su obligación administrarlos con toda prolijidad y en beneficio de la sociedad, no de sus bolsillos, sus campañas ni sus asesores de imagen.