El impacto del COVID-19 en mujeres de color en el condado de Los Ángeles
El impacto del COVID-19 en las mujeres de color ha sido devastador debido a que son más propensas a ganar bajos salarios, a trabajar en industrias sin beneficios ni protección laboral y generalmente no tienen ahorros para emergencias. La tasa de desempleo de las mujeres hispanas fue de 19.5% en mayo, la más alta de todos los grupos raciales y étnicos de los Estados Unidos.1
Como trabajadoras esenciales, las mujeres de color que trabajan como enfermeras o asistentes domiciliarias, empleadas en tiendas de comestibles, restaurantes, hospitales y clínicas de salud; no sólo corren un mayor riesgo de ser expuestas al coronavirus, sino que también tienen un riesgo mayor de perder su trabajo, ver sus horarios o beneficios reducidos. 2
La inseguridad financiera, alimenticia o de vivienda, hace que las mujeres de color dependan más de las parejas abusivas, y el que los refugios se encuentren cerca del hogar aumenta el riesgo de abuso emocional y físico.
Una organización que responde a muchas de las necesidades de la mujer y de su familia durante esta pandemia es Nueva Economía para las Mujeres (en inglés: New Economics for Women). En seguida les presentamos la historia real de Linda C., una latina, y de cómo le impactó la pandemia del coronavirus.
Un mes antes del brote de la pandemia del coronavirus, Linda y sus tres hijos pequeños se mudaron con su madre inmediatamente después de presentar una orden de restricción contra su esposo. Después de años de aguantar el abuso físico y verbal, decidió irse para recuperar su salud física, mental y emocional.
En ese momento, Linda tenía un trabajo en una pequeña boutique de ropa. Se sentía segura de la situación económica para pagarle la renta a su madre y satisfacer las necesidades básicas de alimentación, ropa y transporte de ella y de sus hijos. Ella estaba feliz de tener unos ahorritos que la ayudarían durante su transición en esta situación.
Pero luego vino la crisis de salud pública y la orden de quedarse en casa. La tienda de ropa cerró. Y sus pequeños ahorros no fueron suficientes para mantener a sus hijos. A su familia pronto le faltó comida. Lo que le sucedió también a muchas más familias que estaban pasando hambre por primera vez debido a la reciente crisis económica.
Un amigo de la familia le recomendó a Linda que fuera al Centro de Recursos para la Familia (en inglés, Family Source Center, FSC) en la ciudad de Van Nuys. El FSC es un programa auspiciado por Nueva Economía para las Mujeres (New Economics for Women) en conjunto con la ciudad de Los Ángeles.
Con una sola llamada ella se inscribió al programa. Linda presentó una solicitud para saber si era elegible para recibir asistencia pública. Y el personal también la ayudó a solicitar por primera vez los beneficios de desempleo. Ella cumplía con los requisitos y obtuvo fondos para mantenerse ella y a sus hijos. Linda también recibió ayuda de un Asesor de Prosperidad y uno Financiero que la ayudaron a elaborar un plan financiero personal. Fue recomendada a los servicios de telesalud. Dos días después de su llamada, ella pudo recoger pañales para su hijo menor en el FRC.
Vemos y escuchamos en los medios de comunicación sobre el inmenso impacto que ha tenido la pandemia del COVID-19; sin embargo, las mujeres negras embarazadas hispanas y no hispanas han sido afectadas de manera desproporcionada durante el embarazo3. Más del 40% de las madres con niños menores de 12 años han temido que les falten los alimentos desde que comenzó la crisis COVID-194. Hay mujeres que han tenido que abandonar su atención médica necesaria debido a que perdieron su seguro médico o por miedo a contagiarse con el COVID-19. Estos son sólo algunos de los innumerables problemas resultado de la pandemia que han tenido un gran impacto en las mujeres de color.
Los Angelinos que quieren reducir significativamente las dificultades a las que se enfrentan las mujeres deben considerar que:
- Se debe dar prioridad a las necesidades de las madres o padres solteros para proteger la unidad familiar y romper los ciclos de violencia y pobreza de una de las poblaciones más vulnerables de nuestras comunidades.
- Hay que apoyar a las organizaciones sin fines de lucro locales que dan servicios a mujeres vulnerables.
- Se debe fomentar la expansión de programas de redes de seguridad como el Fondo Angelino del Alcalde y el programa FRC.
Desgraciadamente, las necesidades de mujeres como Linda y muchas otras van a continuar después de que se suspenda la ordenanza de quedarse en casa. Por lo que es esencial apoyarlas para que puedan dar un gran paso adelante hacia la estabilidad económica y su independencia.
Maggie Cervantes es la Directora Ejecutiva de New Economics for Women;
Janet Pregler MD, FACP;
e Iris Cantor es Directora del Centro de Salud de la Mujer,UCLA
Traductoras: Damaris Bernard y M. Ruffino
Notas
1 “Unemployment rose higher in three months of COVID-19 than it did in two years of the Great Recession” (June 10, 2020 Pew Research Center)
2 “On the Margins: Economic Security for Women of Color through the Coronavirus Crisis and Beyond”
3 “Characteristics of Women of Reproductive Age with Laboratory-Confirmed SARS-CoV-2 Infection by Pregnancy Status — United States, January 22–June 7, 2020”
4 The COVID-19 Crisis Has Already Left Too Many Children Hungry in America