Cruzando Líneas: Mi milagro de Navidad

SONORA – Lupita se murió casi de repente; el mejor amigo de mi tío, el “Fifi”, también. La vecina se nos fue en menos de cinco días y la tía de la conocida se adelantó en un hospital de Nogales… todos de COVID, ese virus maldito en el que pocos creían cuando empezó el año. Hoy es distinto. Mi pueblo mágico sale de un luto para entrar a otro. Así está todo México. Así está el mundo.

Entierran a muchos y cada vez más seguido; son tantos, que el miedo se siente como si estuviera suspendido en el aire. El coronavirus ha puesto en pausa la vida, las fiestas y la indiferencia. Hace un año calaba el frío y la violencia, ahora es más la impotencia y todos los hubiera.

Y si el duelo no fuera suficiente, llegó Navidad con frente frío… y no hay abrazos ni tardes de poltronas con cafés platicadores, no hay reuniones familiares de abuelos atiborrando a las nuevas generaciones de recuerdos, no hay contacto humano ni sonrisas descaradas; no, esos son lujos que en una pandemia salen muy caros.

¡Cómo ha cambiado todo en un año! ¡Qué suerte teníamos y no lo sabíamos!

La Navidad pasada fue tan grata que hasta hubo banda, sí, música en vivo y mucho taconeo. Las carcajadas calentaban mi hogar y los abrazos sobraban. Bailamos, cantamos, brindamos y nos amanecimos hasta que llegó Santa. Fue una celebración excepcional, como si sospecháramos que sería la última en la que pudiéramos derrochar calor humano. Pero no lo sabíamos. Estuvimos en la gloria sin poder reconocerlo.

Esta noche será distinto. Somos muy pocos y cabremos en la mesa sin necesidad de apretujarnos. Somos los que tenemos que ser, aunque quisiéramos que estuvieran otros más; qué daríamos por compartir la cena con esos que hemos -y nos han- adoptado y a todos los que amamos a los cuatro vientos o en silencio. Pero no se puede, quién sabe hasta cuándo se podrá.

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Pero están ellos, los míos, y yo tengo una suerte enorme de estar aquí: dos semanas de aislamiento, dos pruebas negativas, un viaje sin escalas y cuarentena obligada. Juntos, como hace tanto. Pensé que no lo lograríamos. Tuve miedo también: ¿y si no puedo?, ¿y si no debo?

Esta mañana, la cocina huele a pavo con achiote y buñuelos, a tamales recién cocidos y chocolate caliente… a pesar de la pandemia, a mi madre no se le quita la costumbre de cocinar para un ejército. Todos seguimos en pijamas y bromeamos tomando café. Uno pica, otro lava; por allá uno corretea niños y por acá otro envuelve regalos. Estamos todos y estamos bien. En realidad, este es un día extraordinario, es mi milagro de Navidad, es mi luz en la pandemia y el amor que me hacía falta para hacer las paces con el 2020. Esto es por lo que soy y daré siempre gracias.

Tengo suerte; mucha. Aquí en mi casa, en mi pueblo, hay magia. Desde este lugar en donde se alborota el corazón y se sanan almas, les deseo una muy feliz Navidad.

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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