Estos fueron los verdaderos protagonistas de los incendios en Los Ángeles

Hay hombres y mujeres que hacen historia. La fabrican. Son sus protagonistas. Perduran en la memoria. Son los poderosos. Un amigo los llama “los reptiles”. Porque son diferentes. 

Los que no somos sus actores somos las víctimas de la historia. Una historia que transcurre entre deslizamientos de tierra, terremotos, inundaciones e incendios. Aquí, en Los Ángeles.

Dicen que dijo John Lennon que “La vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”. 

Lo siguiente es lo que pasa en la vida.

La casa de una amiga en el barrio Pico Union no sufrió daños por los incendios. Estaban, relativamente, lejos, con miles de otras casas en el medio. 

Pero el viento huracanado del 8 de enero le arrancó parte del techo.

– Nos asustamos mucho con el ruido – me cuenta – cuando se cayó, porque no hay nada alrededor nuestro que nos hubiera protegido. 

Ahora espera que se la reparen. Hay que “arreglar las vigas, martillar, poner ese papel que usan y luego el chapopote”, pero el techador le dice que está muy ocupado con otras casas. 

Hay más.

Una señora vive con su hija en Pacific Palisades, que heredó de su padre quien a su vez la recibió de su propia madre. Nunca la renovaron y parece vieja y semi abandonada, en contraste con las mansiones lujosas del barrio, pero le alcanza las dos recámaras después que el padre de la niña se desentendió de ellas. 

El incendio destruyó la casa. Se convirtió en humo y cenizas. 

– ¿Pero tiene seguro, señora? 

– El seguro me dice que hace dos meses cancelaron la cuenta. Pero no nos avisaron y nosotros seguimos pagando.

– Qué terrible.

– A ver qué pasa, pué. 

Hay más.

Un conocido vive solo en el Valle de San Fernando después del fallecimiento de su esposa de toda la vida. Tiene 78 años. Su perro querido al que crió desde cachorro también falleció recientemente, a los 14 años.  

Me cuenta que mientras estaba mirando las noticias por televisión notó que sus vecinos cargaban sus cosas en sus automóviles, luego a sus tres niños y partían. 

– Me dí cuenta de que tenía que evacuar la casa, aunque no había recibido ninguna notificación hasta ese momento. ¿Qué llevo conmigo? Un collage de tres pies por cuatro que mi hija hizo con las fotos de mi mujer desde que era pequeña. Eso fue lo que me llevé. 

Una gran parte de las casas quemadas eran mansiones. En Pacific Palisades, su valor promedio era de dos millones y medio de dólares. En Eaton, de cinco a veinte veces más. 

Pero muchas otras en Altadena y otras partes eran edificios de departamentos de alquiler donde viven muchos inmigrantes latinos. Leo sobre Esperanza, de 67 años, que vive allí con su esposo, sus padres de 92 y 86 y una hija. 

El incendio lo destruyó completamente.  Ahí, ella operaba también una guardería.  Se quedaron sin casa y sin fuente de ingresos. Los padres reciben seguro social, pero no alcanza. 

¿Y ahora? 

En el partido de ayer de los Lakers habilitaron un área de gran amplitud para donaciones. La gente viene con bolsas y paquetes. De todo: sábanas, juguetes. Una pelota de básquetbol, reglamentaria. Todo nuevo. Luego entran al estadio, donde vieron cómo los Lakers le ganaron a Miami Heat.  

En el hipódromo del parque Santa Anita, en Arcadia, interrumpieron las carreras de caballos y habilitaron un gigantesco centro de donaciones. Los evacuados del incendio Eaton encuentran allí ropa, porque cuando huyeron de sus casas no se llevaron nada. Solo lo que tienen puesto. 

Entre los voluntarios hay varios que perdieron sus casas.

Leí que en 1944, también interrumpieron las carreras y convirtieron ese  predio en un campo de concentración para los japoneses que vivían en la zona y de quienes sospechaban por la guerra contra Japón.

Lo opuesto de esta solidaridad. 

En el Centro de Trabajo de Pasadena movilizaron a centenares de jornaleros para limpiar las calles, retirar los escombros, mover los árboles caídos, ofrecer ayuda a la gente que lo ha perdido todo. 

Estos jornaleros son inmigrantes latinos, indocumentados que no tienen nada. 

Con los bomberos, con los otros voluntarios, son los héroes de esta desgracia. Al punto que están entrando en la historia. Como protagonistas. 

Así es la gente de Los Ángeles. 

Publicado primero en La Opinión, aquí. 

 

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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