La Marcha del 1 de Mayo de 2010 en Los Angeles

Alegría. Solidaridad. Sonrisas. Niños pequeños gritando «Si se puede» a voz de cuello. El ruido de las cornetas de plástico hacen del intento de comunicación verbal una ruidosa ilusión. A dólar, a dólar el agua, pero algunos la reparten. Los hot-dogs cuestan a ojo: yo pagué cuatro, otros tres o dos.

¿Banderas mexicanas? Yuk. Casi nada. Una gigantesco, el señor se afana en desplegarla, es tres veces más grande que él, pero él encima se empecina en sostener una bandera estadounidense. Esas también, a dólar.

El momento emociona. Para las lágrimas: «Where are you, Obama?»

WHERE ARE YOU, OBAMA!?

«¡Obama, escucha, el pueblo está en la lucha».

Algunos comparan la reforma migratoria afanadamente empujada por el senador Shumer a la SB1070 de Arizona.

Alguien posa con un t-shirt: «Todos somos Arizona». ¿A cuál se refería? Mmm.

En la calle 7 y Flower, a ocho cuadras del epicentro de la marcha, unas familias salen del Metro corriendo porque «nos vamos a quedar al final». Pero era muy temprano, antes de las 10. A las 12:30, por el mismo lugar, la gente seguía fluyendo.

Aquí y allá unos estudiantes con lo que más atesoran: sus uniformes de la graduación. Si se afianza la ley SB1070 en el país, si no avanza el DREAM Act, serán piezas de museo para los indocumentados. A uno le pregunto de qué escuela es su uniforme verde.

¡UCLA!, responde sin hesitar. Pero el uniforme es de escuela secundaria. Quizás, me dice mi hijo, ya lo aceptaron a UCLA.

Unos señores braceros insisten en que anote el año en que llegaron a trabajar en Estados Unidos: 1945. «World War Two!», dicen en inglés aunque les contesto en español. ¿Les pagaron lo que les debían? Algo, dicen, algo, y posan para la posteridad, con un orgullo que viene de tantas humillaciones sufridas.

Una señora blanca levanta un cartel que dice «No se metan con los BROWNS». Raro, le digo, no te ves Brown. Es que soy de tez muy clara, dice, y nos reimos, porque la mía es color del quesillo blanco.

Estallan aplausos y más gritería, y el retumbar de los tambores y un grupo de bailarines con atuendos aztecas, y unos carteles alusivos al tratado Guadalupe Hidalgo nos recuerdan que esto era territorio mexicano y antes de eso español hasta hace muy poco. Hasta hace nada, en términos históricos, unos 150 añitos. Un suspiro.

Pero lo que predomina es el «Do I look ILLEGAL to you?» Y el cartel, y la playera con la frasecita, y la bandera, la llevan chicas y mujeres jóvenes, que se ríen de la travesura coqueta, porque no, no se ven ilegales, pero se ven hermosas.

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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5 comentarios

  1. Ok a Gabriel Lerner …
    A MAyra Sofia que espero regrese a esta pagina porque es enriquecedor su punto de vista… Mayra platicanos como es en este momento en Argentina, como te sientes viviendo alla?
    Saludos y no dejes de escribir es interesante poder intercambiar puntos de vista..
    Alicia desde Monterrey Mexico, en este momento..

  2. Me gusto tu articulo. Yo trabajo para un periodico en Michigan, te felicito. Espero conocerte pronto

  3. Le contesto a Mayra Sofia. Me importa su opinion, la de otros que como usted, piensan, sienten, y lleven consigo de la vivencia estadounidense el conocimiento del pensamiento de la gente. Pero el texto que usted leyó no era tanto una opinión como un testimonio. Conté en él lo que sucedió, anécdotas de la marcha. Bailando con el lector que comprende las palabras detrás de las palabras. [Porque, por supuesto que no critico ni al hombre de la bandera mexicana, ni a la mujer del cartel Brown. Al ojo observador, proporcionan la profundidad del evento, las aristas de la realidad]Y claro, me entusiasma, me apasiona y me da esperanzas esta marcha, estos miles. La marcha, las marchas funcionan. Influyen. Son poderosas por las cantidades de personas concientes que en ellas convergen. Y las individualidades allí subsisten, no se derriten. Yo las muestro con la admiración y la ternura que merecen. Asi que Mayra Sofia, en Buenos Aires, en unas horas publicaré otro texto, parecido, con un poco más de perspectiva. Y dos días atrás salió otro sobre el sheriff Joe Arpaio y el fenómeno que significa. La invito a leerlos. Y luego, también a reflexionar sobre la facilidad de decirle a alguien que es racista e ignorante cuando no se tiene la más mínima idea de ello. No sobre el contenido de su, digamos, acusación. De la facilidad. Hasta la próxima.

  4. Me parecio que el articulo escrito por Gabriel Lerner me parece que te presenta un dicho momento capturado en la grandeza de la marcha. Gente, hot dogs, agua, pueblo, diversidad, y momento. PERO, se enfoca tanto en señalar lo que es ya de facto, el racismo que surge en la mirada de quien vive en EEUU. Lo digo porque naci, y vivi alli por 19 años. No me parece que era necesario plantear la pregunta «Banderas mexicanas? yuk. casi nada,» sin antes darle profundidad social si es que le disgusta tanto. Esa clase de preguntas y ese comentario son igual de racistas a cualquier ataque que se le haga a alguien basado en su color de piel. Tenemos que superar ese lente superficial, juzgador, y ignorante. Me sorprende que un periodista con tanta experiencia perpetue esos esquemas y dañe un articulo que de otra forma, puediera ser un reportaje que UNA, que solidarice, que nos muestre juntos, unidos, apesar de que una mujer se enorgullese por defender a los «BROWN», aunque tenga tez clara. Por favor, mira mas profundo que el color de piel, o que una bandera…Somos una multitud unida, y no repitamos los mismos errores que se cometen en contra de nosotros. Desde Buenos Aires, te escribo, un poco decepcionada.

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