La mejor cerveza del mundo: Westvleteren 12

La abadía belga de Saint Sixtus de Westvleteren fue fundada en el año 1831 por monjes trapenses provenientes del monasterio Mont des Cats, al otro lado de la frontera francesa. Esta tranquila abadía saltó a la fama cuando ratebeer.com, una web de aficionados a la cerveza, proclamó en 2005 su Westvleteren 12 como la mejor cerveza del mundo.  Sin embargo, esta fama no ha alterado la tranquilidad de su vida monástica ni la manera en que gestionan el negocio. Una manera muy diferente a la manera en que lo haría una empresa «tradicional».

El trabajo de tus manos

En el mundo hay 171 abadías trapenses. Todas ellas se rigen por los mandamientos de la orden. Uno de ellos es el que afirma «sólo seras un buen monje cuando vivas del trabajo de tus manos».

Por ello, estas comunidades combinan el «ora» con el «labora». Aparte de proporcionar un balance sano entre la actividad espiritual y física, proporciona medios para el sustento de sus comunidades. Y de las actividades benéficas que llevan a cabo.

Estas abadías producen lo que podríamos llamar «productos típicos de convento», como ropa de niños, productos de huerta, dulces, queso. Pero son especialmente apreciadas y conocidas sus cervezas.

La mejor cerveza del mundo: westvleteren 12

En concreto, sólo siete abadías trapenses producen cerveza, a parte de la de Saint Sixtus otras cinco más en Bélgica y una más en Holanda. Algunas son bastante conocidas y tienen una gran producción, como la Abadía de Nuestra Señora de Scourmont que produce la famosa Chimay. Otras, pese a tener producciones menores, también gozan de gran popularidad, como las Orval, Rocherfort, Westmalle.

Muchos y ricos matices

La Westvleteren 12 es una cerveza tipo ale (como todas las trapenses) . Es obscura, con 10% de alcohol y un sabor fuerte en el que se pueden apreciar muchos y ricos matices. La Westvleteren 12 no es la única cerveza que produce la abadía de Saint Sixtus. También produce la Westvleteren 8, con 8% de alcohol, y la Westvleteren Blonde(rubia) con 5.8%. Todas ellas son cervezas que también suelen salir bien colocadas en este tipo de rankings.

Su popularidad ha hecho que la demanda de este tipo de cerveza se dispare. Pero los monjes no ven en ello motivo ni para subir el precio ni para aumentar la producción. Así la producción continua en 4,750hL (muy escasa si se compara con los 123,000hL de Chimay). Y el precio continua siendo de lo más razonable, 33€ la caja de 24. Los monjes siguen fieles a su máxima, «hacer cerveza para vivir, no vivir para hacer cerveza». Así, ellos producen la cantidad justa para mantener su comunidad y no ven motivo de incrementar dicha producción. Algo que les obligaría a contratar más trabajadores (en la actualidad sólo cuentan con tres) y empezar a trabajar con distribuidores. Entonces, claro, ya nada sería igual.

Por otra parte los monjes tampoco se preocupan de participar en concursos, pues no ven la producción de cerveza como una competición. Creen que ninguna trapense es mejor que las demás, pues cada una de ellas tiene su propio espíritu que refleja la comunidad que las produce.

Una caja por licencia

La única medida que han tomado para regular la demanda ha sido limitar el número de cajas por comprador. En la actualidad sólo una. La manera de regularlo es un tanto extraña, una caja por licencia de coche. Antes de acudir a la abadía se tiene que reservar por teléfono. A su vez los clientes tienen que «prometer» no venderla y reciben con su caja un recibo que indica «no revender«. Pese a ello, hay un mercado negro para esta cerveza y se puede comprar por internet o encontrar en bares de Bélgica o incluso en Estados Unidos.

Nota del editor:

Escrito y publicado inicialmente por Bovolo en su sitio Cabovolo en 2007.  Es uno de los mejores sitios de interés general. La cerveza Westvleteren XII se vende por $98 las 6 botellas. Sigue siendo la mejor. 

Así la definen en RateBeer:
Color marrón cobrizo oscuro y espuma beige de dos dedos, entre jabonosa y cremosa, de retención media. Aroma a caramelo, mosto, tonel de vino y uvas moscatel. Dulce pero no excesivamente aromática. Sirva a temperatura ambiente o sacada de la nevera media hora antes. Saca un sabor muy complejo: maltas tostadas, caramelo, pasas, levadura belga y galleta.

Toque especiado típico de algunos turrones o pastas, bastante dulce también pero con fondo terroso del lúpulo y alcohólico bien integrados. Una de las mejores cervezas del mundo.

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