Para descansar en paz no hay como ir a la guerra
Haití no fue derribado por un acto divino sino por un golpe del destino.
Las mandíbulas hacen el amor mascando chicle.
Hablando paradójicamente, la sociedad norteamericana está sometida a la descarada hipocresía de la llamada «corrección política», que prohibe fumar pero no prohibe discriminar.
En el destierro los monarcas son reyes.
No hay cosa más ridícula que la estupidez.
Leí por ahí: «El finado tenía 80 años y estuvo casado por 50. Su calvario ha terminado».
Para descansar en paz no hay como ir a la guerra.
La brújula siempre termina yéndose al norte.
En materia de inmigrantes, el sacrificio y la resistencia son combustibles que los ayudan a luchar y a sobrevivir con el único patrimonio inmune a las aduanas y las fronteras: la dignidad.
La ociosidad se cura con mucho trabajo.
A la cita con la muerte el único puntual es el desahuciado.
Definición de Antiestética: Mujer despechada.