Oración del retorno, un poema de Esther Seligson
Lea aquí: Lejanías (In Memoriam Esther Seligson)
(Fragmentos)
***
VII
***
Envejezco Madre llevo a bordo mucho lastre
mas no quisiera aliviarlo pues tampoco ando a la deriva
navego entre islas que son calles que son ciudades
que son islas entre nosotros que son ríos
que son ribera desierto llanura navego
llevada por el ritmo de mi sangre
oleaje de memorias sin varadero
No quiero olvidar desprenderme dejar de ser pasado
no quiero perder ningún recuerdo ningún olor ningún instante
borrar ninguna imagen
aguardo no sé muy bien qué, es decir sí
y Tú lo sabes Madre, no hay enigma
al final del laberinto está la Luz
y hacia ella se enardecen mis anhelos
Nada más.
No me basta lo que alcanzo toco miro
me queda siempre un dejo de carencia
por más plena que sea la entrega
del creciente invoco ya a la luna llena
del mañana que será menguante retengo
lo fugaz lo tardío lo mendrugo
centinela de gestos y detalles coleccioné
miniaturas nimiedades entusiasmos
la tristeza en ánforas de barro mal cocido
los sueños en páginas sin quicio
celebré todo vuelo toda caída
y pedí perdón por mi indigencia mi sordera
el ciego ímpetu de inflamar a las palabras.
***
IX
***
Cautiva de tanto sueño contrariado
hoy quiero libre ofrecerles perdón
a final de cuentas sin duda recibí la parte de felicidad
que en este mundo me corresponde
A tus pies ofrendo Madre
la servidumbre de mis reproches
quémala
la carcoma de repetirme en la misma letanía de dolor
quémala
la turbia resaca de remordimientos
quémala
la viciosa costumbre de esperar lo improbable
quémala
la excusa del miedo que paraliza cobarde
quémala
la bastarda disculpa del amor rechazado
quémala
la mezquina astucia de apresar el tiempo
quémala
la distorsión que se juzga fiel certera
quémala
la calculada incapacidad de reparar el daño
quémala
quema las escorias que lazan mi vuelo
y bendice Madre lo que aún me queda por andar…
Ediciones Sin Nombre, México, 2006
Selección: David Torres