Programas exitosos para gente que vive en la calle
Resaltan programas que se implementaron en Bakersfield, California; Houston, Texas; y Columbus, Ohio para combatir el complejo problema social de los sin techos
Con más de 60 mil personas viviendo en la calle en el condado de Los Ángeles y con programas gubernamentales y no gubernamentales que no han logrado resolver substancialmente el problema, es importante analizar y aprender de otras experiencias que han tenido más éxito.
Con ese propósito es que Ethnic Media Services organizó una conferencia de prensa en la que se habló sobre los exitosos programas que se implementaron en Bakersfield, California; Houston, Texas; y Columbus, Ohio.
Los invitados incluyeron a Mary Scott, directora del Open Door Network, de Bakersfield; Ana Rausch y Catherine Villareal, vicepresidenta de operaciones y directora de comunicaciones, respectivamente, de la Coalition for the Homeless, de Houston; y Marcus Salter, especialista en Community Mediation Services of Central Ohio; y Matthew Lewis, director de comunicaciones de California YIMBY Thanks.
Open Door Network
Mary Scott, del Open Door Network, explicó cómo para marzo de 2020 Bakersfield resolvió el problema crónico de gente viviendo en la calle.
Scott comenzó su presentación describiendo a Bakersfield como una comunidad de 380,000 habitantes, localizada en el Valle de San Joaquín, cuya economía se centra en la producción agrícola y petrolera. Una comunidad que, como en muchas regiones del país tiene gente sin vivienda que, por las características del condado de Kern, está desparramada en montañas, desiertos, campos, cerca de ríos, edificios abandonados, carros y refugios.
La situación de calle, recordó Scott, le puede ocurrir a cualquiera. Especialmente a aquellos que pierden su empleo, tienen poco o ningún ingreso y a quienes carecen de un sistema de apoyo con el que puedan contar en un momento de crisis.
“Bakersfield, California, tuvo éxito porque fuimos a donde está la gente”, explicó Scott. “Y recuerden, también cambiamos nuestra forma de pensar. Vivir en la calle no es un tema de individuos, vivir en la calle es un tema de la comunidad”.
Resolver el problema no fue fácil, especialmente considerando la escasez de viviendas en una ciudad en donde solo 2% de las propiedades estaban desocupadas. Lo que, en parte, explica que haya 1,603 individuos en situación de calle. Aparte, está el problema de encontrar a dueños de casas o departamentos que estén dispuestos a rentar a gente con ingresos muy limitados.
La estrategia que se siguió, explicó Scott, fue concentrar esfuerzos en las características específicas de las subpoblaciones. Se identificaron cinco: gente con problema de vivir en la calle a nivel crónico, veteranos, jóvenes, familias y ancianos.
Cada grupo tiene peculiaridades que deben ser tenidas en cuenta. También sus desafíos. Así es como “sus obstáculos se transforman en nuestra responsabilidad», dijo Scott.
La directora de Open Door Network también explicó que otras de las estrategias que se siguieron fueron trabajar cercanamente con las autoridades locales responsables de temas de la vivienda, tratando de conseguir bonos (´vouchers´), identificando unidades destinadas a personas de bajos ingresos, utilizando el programa Homekey que busca remodelar moteles para que se aloje a gente sin techo y desarrollando un software que ayuda a encontrar viviendas.
Además, el programa de Open Door Network provee servicios durante el crítico periodo de transición. O sea cuando se deja de vivir en la calle y se comienza a vivir independientemente en una nueva vivienda.
Community Mediation Services
Otros de los participantes de la conferencia de prensa, Marcus Salter, de Community Mediation Services, comenzó su presentación usando una metáfora de un joven herido a quien hubo que amputarle el dedo infectado porque no se usaron medidas preventivas para evitar que la herida se transformara en un problema mayor. Lo mismo hay que hacer, según Salter, para evitar que personas a riesgo terminen en condición de calle.
Esa prevención implica colaboraciones y trabajo comunitario que, según Salter, son crucial para abordar las crisis que conducen a la perdida de vivienda.
“Somos ricos en recursos, pero pobres en conexiones. Hay personas en el sistema que hacemos el mismo trabajo, pero tal vez lo hacemos desde diferentes posiciones, y si nos pudiéramos unir y trabajar juntos, podríamos conseguir una comunidad mejor”, dijo Salter.
Al darse cuenta de la importancia de la colaboración, Community Mediation Services se concentró en desarrollar estrategias que facilitaran el contacto entre las partes. Se creó una línea telefónica a la que cualquiera puede llamar para reportar un caso de vulnerabilidad social. También involucra la personalización de los servicios de acuerdo a las necesidades específicas de cada usuario. Lo cual ha ayudado a disminuir la demanda de los sin-techos en los albergues.
Otra innovación es el ofrecimiento de mediación para evitar desalojos que, en definitiva, pone a la gente en riesgo. La participación de la red de Ohio, mejorando la relación entre los propietarios y los servicios de apoyo, es crucial en prevenir estos desalojos.
Entre enero y marzo, había 311 familias en riesgo de terminar en la calle en Ohio, según relató Marcus. Pero gracias a estos esfuerzos colaborativos, todas ellas pudieron conseguir alojamiento en albergues. Además, 2,035 personas fueron apoyadas a través de diversos servicios del programa.
Coalition for the Homeless
En Houston también se lograron avances significativos. El New York Times publicó un artículo en el que se resalta los logros de la Coalition for the Homeless que consiguió viviendas para 25,000 personas que habían estado viviendo en la calle.
Catherine Villareal, directora de comunicaciones de la organización, explicó que si bien la Coalition for the Homeless no provee servicios directos a las personas sin techo, por otro lado, son la agencia líder de The Way Home. Esta es una red de más de 100 agencias gubernamentales y no gubernamentales del sureste de Texas que están enfocadas en trabajar cooperativamente para ayudar a resolver este serio problema social.
“Con nuestro primer plan estratégico de 5 años, que comenzó en 2012, terminamos la falta de vivienda de veteranos en 2015; proveímos más de 2,500 unidades habitacionales permanentes; y logramos reducir a la mitad los números de gente sin techo”, explicó Ana Rausch, vicepresidenta de operaciones de la coalición. “El conteo del 2022 indica que 3,124 están sin vivienda: 1,622 de ellos están en refugios y 1,502 viven en la calle”
Rausch también puntualizó que uno de los grupos demográficos más afectados es el que se identifica como afroamericano. Si bien son 20% de la población del condado de Harris, por otro lado, son aproximadamente 52% de la gente sin techo.
La única forma de acabar con el desamparo es vivienda permanente y servicios que los apoyen. Por eso, una vez que se consigue la vivienda y la comida necesaria, se puede pasar a concentrarse en los temas causales que pueden haber llevado a la gente a que esté sin techo.
“No se puede esperar que alguien encuentre un trabajo si está viviendo en la calle, no se puede esperar que alguien tome su medicamento si no tiene ningún lugar donde guardarlo”, explica Rausch.
La Coalition for the Homeless trabaja con la ciudad, con el condado y con más de 100 proveedores de servicios. No es un esfuerzo aislado de una sola organización, sino que la unión de esfuerzos de muchas organizaciones, en el que cada una en vez de tratar de hacerlo todo contribuye lo que mejor puede aportar.
California YIMBY Thanks
El último participante fue Matthew Lewis. El director de comunicaciones de California YIMBY Thanks habló sobre el trabajo de su organización en reducir la falta de vivienda en California y sobre la crisis económica de 2007 que creó tanta indigencia y llevó a tantos a vivir en la calle.
“Las personas sin techo no eligieron esa situación. En California, la mayoría están viviendo en las vecindades donde anteriormente tuvieron su casa y que, por diferentes circunstancias, la perdieron”, dijo Lewis. “Llegar a esa situación puede ser debido a una emergencia médica que hace que las familias tengan que elegir entre pagarle al doctor o pagar la renta, o un despido que puede llevar a que se pierda el hogar.”