El jueves 14 de mayo las autoridades del condado de Los Ángeles anunciaban la muerte de casi 50 personas a consecuencia del coronavirus. Fue un número alarmante incluso para Barbara Ferrer, la directora de salud de la misma entidad, quien recurrió a las estadísticas para que no se nos olvide lo peligroso que es la pandemia.
Verdaderamente preocupante
Ferrer explicó que en 2019 125 personas murieron de la influenza y en el 2018 fueron 300, muy por debajo de los 1,711 decesos por coronavirus en lo que va del año y que se anunciaron ese día.
“Es muy preocupante, porque supera con creces lo que normalmente estamos acostumbrados a ver con un virus o una enfermedad contagiosa”, subrayó.
Pero lo verdaderamente preocupante es que ese mismo día se estaba anunciando el aligeramiento en las restricciones para que algunos negocios no esenciales iniciaran su reapertura luego de dos meses de haber cerrado sus puertas.
Si, estamos hablando que en un día en el que al menos medio centenar de personas pierden la vida por la pandemia y cuando se anunciaban 925 nuevos enfermos del COVID-19, para alcanzar un total de 35,447 en el condado, se estaba invitando a los 10 millones de angelinos a reactivar la economía, aunque sea solo ordenar sus productos no esenciales e irlos a recoger.
Eso si, advirtiendo que el uso de la mascarilla es obligatorio mientras que las personas permanecieran en público. Además, de mantener la sana distancia de seis pies para prevenir contagios.
Presión para reabrir la economía
Unos días antes, el gobernador Gavin Newsom había anunciado la apertura de todas las playas del sur de California. Con ciertas restricciones, pero finalmente a disposición de los residentes.
Sabemos que ha habido mucha presión para que se reabra la economía. No es solo por la pérdida de empleos que conlleva el confinamiento. Además millones de personas, si no trabajan no comen. Al igual que la pequeña y mediana empresa, quienes dependen de la venta diaria de su producto o servicio.
No obstante, si las autoridades apresuran el proceso de reactivación de la economía se estará poniendo en riesgo a millones de personas que ahora se han mantenido en sus hogares. Con la apertura de más negocios, miembros de las familias empezarán a salir de sus casas y esto podría poner en riesgo a las personas que en el hogar tengan una enfermedad como diabetes, obesidad, o algún problema en su sistema inmunológico.
Es por eso que pedimos a los angelinos que tomen la reapertura con cautela; es mejor permanecer en casa unas semanas más. Una salida por ahora será bajo su propio riesgo. Un día después de la conferencia ya había 800 nuevos infectados y otras 44 personas muertas.
Agustín Durán es editor de la sección de Metro de La Opinión.
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