Sin borrón y cuenta nueva

Qué difícil es hacer un recuento cuando las líneas del tiempo y los recuerdos son tan borrosos. Han sido años complicados y la neblina se nos ha colado en la memoria. ¿Qué hice ayer? ¿Cuándo pasó esto? ¿Qué nos atropelló y qué nos salvó en el 2022? Cuesta distinguir cuando hay tanto que se quiere olvidar y nos aferramos apenas con las uñas a lo que no queremos que se nos escape de la mente o el alma.

El mes de los balances

Cada diciembre me siento a vaciar el corazón. Pocas veces volteo atrás a hojear lo que escribí ayer; tiendo a pasar página muy pronto. Pero hoy quise recorrer las letras de mis últimos años y sentí que me quedé un momento sin aliento. Leí una transformación que parecía ajena; lo hice con pena, como si me estuviera inmiscuyendo en una intimidad a la que me invitaban seductoramente.

Hubo años que quise devorarme el mundo, sacudirme a la impostora, cambiarlo todo, bajar de peso, cumplir propósitos que siempre se quedaron a medias y tratar de hacer de cada 1 de enero un imposible borrón y cuenta nueva. Después lo mandé todo al carajo y me rebelé contra mí misma. Rompí listas, expectativas y estereotipos. Me permití quebrarme de a poquito y a veces explotar como cristal que se estrella en el suelo. Me fui, como casi siempre lo hago, a los extremos. Soy una mujer de muchos blancos y negros. Pero me redescubrí entre los grises que me pinta la vida.

Ese vistazo a aquella intimidad ajena, que era mía, me apapachó las vulnerabilidades desnudas con las que llegué al 2023. Recibí el año nuevo con todos mis contrastes y mis cientos de contradicciones, sin ganas de querer volver a empezar ni borrar el pasado para crear una línea de salida imaginaria. No se puede.

Comenzar es siempre continuar

Si cada año es una carrera de obstáculos, cada uno empieza en una línea de salida diferente, cargando bultos propios y ajenos, quizás arrastrando algo y con grilletes en los tobillos y el alma. Y llega cuando puede; a veces no completamos la vuelta para el fin de año, ¡y está bien! Nos puede encontrar el 2023 en una curva o a punto de sucumbir en una recta larga, y no pasa nada. Quizá el año nuevo lo recibamos en una cima, en un descanso, con las rodillas y el ego sangrando, con los vientres fríos, con las manos llenas o con la espalda marcada.

Y ese lugar en donde recibamos las doce campanadas se convertirá en nuestra nueva línea de salida. No es que vivamos a destiempo, es que nosotros vamos marcando la pauta de nuestro tiempo.

Hoy estoy parada en diferentes líneas de salida. En algunas ya di dos o tres vueltas en un año y en otras parece que no avanzo. Mi vida es como una gráfica de barras que pareciera un paisaje montañoso. Subo, bajo, cruzo, me cruzan, me caigo, me levanto lento, a veces brinco y otras apenas tengo fuerzas para salir adelante.

Empezaré el 2023 en muchas partes y con muchos pedazos de mi yo un poco desentonados, pero más plena que nunca, con una seguridad que me ha dado la madurez que quizá llega con los 40. No sé. Quizá. No quiero borrar nada. No quiero volver a empezar. Me muero por seguir andando a mi paso, avanzando de poquito o a zancadas, conmigo; quiero que esta Maritza me lleve de la mano a donde quiera y que soñemos juntas con la idealista del ayer y la emocionada por el futuro que quiere seguir comiéndose el mundo de a poquito.

¡Feliz Año Nuevo!

Autor

  • Maritza Félix

    Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años. Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra. En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona. Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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