Susan Boyle y el sistema de estrellas

Escribo esto directamente, todavía asombrado por lo visto. Sucedió el sábado. No fue en Los Angeles, sino en una localidad de Escocia, en un teatro, donde se llevó ayer a cabo el concurso de canciones Britain’s Got Talent.

Y conste que no lo busqué, sino que lo leí en uno de los sitios locales de noticias. Pero aquí está en un vídeo de YouTube que ya se vió 10 millones de veces. Y hay más en el sitio de internet de Britain’s Got Talent.

Susan Boyle. Una mujer de 47 años, vive donde nació, en un pueblito, con su gato, sola desde que el año pasado falleció su madre, a los 91. No tiene experiencia social; no ha besado ni salido con hombres. Su pelo está revuelto y lleva un vestido sencillo. Sus movimientos son bruscos, casi grotescos, sus respuestas hacen reír a los jueces y la audiencia. Le dicen que cante. Ahi va.

Y canta. Si son cínicos como yo, escuchen su interpretación de un tema de Les Miserables con los ojos cerrados. Oirán belleza, talento, una voz fuerte y sensible que hechiza a los tres mil espectadores y los «jueces» del torneo.

Porque fue cinismo lo que sintieron quienes la miraban allí sola en el escenario, descreimiento, y risa. La risa por la desgracia ajena, la risa cruel y grupal de quienes están listos a ver la verguenza y lo grotesco. Por eso nosotros, los cínicos, los manchados por la vida, lloramos al escucharla. Por eso.

Pero Boyle tiene un problema más, leo. Al nacer sufrió de un déficit de oxígeno, lo que le causó «dificultades de aprendizaje».

Simboliza la cantante un nuevo momento en la comunicación de masas. El mismo que se vislumbra a través de Facebook; la democratización de la comunicación es posible porque existen los elementos tecnológicos y culturales capaces de hacer que exista. Aunque en algún momento nos van a detener y recordar que vinimos para ser consumidores.

Simboliza Boyle un golpe fuertísimo contra el «sistema de estrellas», el perfeccionado por Hollywood por la industria del cine. Las cantantes deben ser bellas, esbeltas, sexuales. Deben ganar muchísimo y vestirse con ropa de miles y joyas de millones. Y ser jóvenes, a menos que se hayan consagrado. Las actrices también. Esta mujer solo canta hermosamente. Nada más. Y les mostró que así es mejor; más puro.

Entonces, dejemos de lado las porquerías como Guitar Hero, un aparato en forma de instrumento que conectado al televisor hace pensar a los chicos que están tocando la guitarra. Y cantemos. Cantemos como ella le canta a su gato. Volvamos a las letras de las canciones. A la música como herramienta de comunicación, no virtual sino real.

Y aquí está el video:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=9lp0IWv8QZY[/youtube]

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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7 comentarios

  1. No, no es Cleo Laine ni Ana Torroja, pero para un programa de gente que simplemente se pone a cantar tiene una voz distinguible en la masa, dotada de suavidad y potencia. En un programa paralelo en España, hace unos años, cautivó a todos una jovencita de Andalucía, Rosa, precisamente por eso tan entrañable, tan fuera de la serie continua de figurinas. Lamentablemente, en Israel, por ejemplo, gente como Rosa o Susan Boyle no pasan los exámenes preliminares, son objeto directo de las burlas de los árbitros del panel. Menos odio, por favor

  2. Sin embargo, eso es la fe. «Debes tener fe», etc. Pero si, ella tiene inocencia y candor.
    El principal elemento en los 20 millones de hits que recibio, sin embargo, no fue eso. Ni su voz: será buena, pero no es educada, y en todo caso no es una Cleo Laine, no es Ana Torroja (la solista de Mecano), ni Sarah Brightman. ¿Eh?
    Fue que le dio en el trasero al sistema, fue la sorpresa, la contradicción entre su figura pesada y veradera y la figura esbelta y convencionalmente artificial de las «cantantes», y su valor fue que a través de esa experiencia, que nos permitieron vivir los del programa porque la apresaron y le dieron el «spin», se puso en evidencia eso, el «spin»… todo lo que ambos escribimos aqui.

  3. ‘que otros nos dicen que creamos’…No, no, no puedo estar de acuerdo, de ningún modo. Susan Boyle es un poco como las verduras orgánicas o biodinámicas en relación a los productos vegetales de las grandes redes. No es perfecta, pero alimenta de verdad, con la verdad. Una mujer que no deja de hacer trabajo voluntario en su comunidad, aunque no sea adinerada y a pesar de vivir en una casa que en términos ingleses es claramente humilde. Una mujer creyente. Todo es mostrado en YouTube y Larry King ‘entrevista’ de la misma manera dudosa a todos los que pasan por su estudio. Los medios indican, señalan, enfocan, hasta insisten, pero poder creer en la inocencia de Boyle y en el candor que encendió en las almas más ásperas requiere la misma predisposición que descubrir flores de naranjo en el árbol junto a los tachos de basura. En lo real, la existencia de uno no niega la existencia del otro. Pero la elección es de uno. ¿Qué queremos ver? ¿Qué llevamos en nuestro interior?

  4. Si, debe ser cinismo. Y también conciencia del constante ‘spin’ que le dan a los hechos, los pensamientos, los sentimientos y hasta una experiencia como ésta. Y es cierta la definición que das de ella, «solterona triste de provincias, muy retrasada en lo social…». Se aclaran las cosas en la perspectiva del tiempo. La «entrevistó» Larry King en CNN y siguió siendo ella, tal como la describes. Pero también estuvo en el programa el «otro» juez, el que se desgañitó en el programa, que se siguió retorciendo. Ella cantó a capella, mas o menos, revelando una voz buenísima pero ni educada ni entrenada ni sofisticada. Y él se maravilló: «oh, cantar así sin acompañamiento». Y con el «amazing, amazing» son como los niños de aquí, como mis hijos y sus compañeritos: «absolutely awesome», por todo. ¿Y cuando llegue lo realmente extraordinario? Ella lo fue, pero como cachetada (rebuke) al sistema de estrellas. De la misma manera, yo quiero alimentar la fe, pero con algo. De lo contrario la fe sigue siendo creer en algo que otros nos dicen que creamos.

  5. Gabriel, con todo respeto: Debe haber un fin al cinismo del observador. Aun cuando está un poco mejor peinada sigue siendo una solterona triste de provincias, muy retrasada en lo social, torpe y – no obstante – tierna, alegre y dotada de un vozarrón expresivo, capaz de expresar sutilezas sin pestañear. Si todo es montado y todo es conspiración …bien…entonces … a los Twin Towers lo destruyeron los del Mossad (algunos judíos se salvaron, no?)…se puede estar despierto…conviene estar despierto, pero no paranoico. Susan Boyle es un hallazgo, con o sin montaje. Y sigue siendo un hallazgo también si el programa no sea del más alto nivel. Todos los días acontece algo que alimenta la fe pero hay que querer percatarse de ese algo.

  6. Leo esto, veo nuevamente el video. El cinico en mi dice: demasiado editado, demasiado perfecto. Su pelo demasiado desarreglado, el vestido demasiado desprolijo. Alguien se preocupo de que asi fuera y que no subiera maquillada o siquiera peinada o mejor vestida. Fotos como la de arriba, fuera de escena, la muestran, sí peinada y mejor vestida. Me preocupa.
    Reviso el video. Simon Cowell hace gestos de desprecio, despues de sorpresa. Contrariamente a la belleza a su lado que hace de «juez», es mal actor. ¿Sabía?

  7. Dulce, salvajemente dulce, profunda en su sensibilidad, Susane Boyle es el remanente del alma colectiva, lo que nos queda a tantos de su misma edad en una época de demasiada sofisticación, demasiada comida gourmet, libros en muchos idiomas, sexualidades guiadas por el intelecto…queda un pájaro sabio en el pecho, un deseo de darse al mundo, casi aquello de los coros del alto medioevo. Esta simple mujer inglesa es casi un signo del retorno del espíritu en un mundo de metal.

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