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Arizona y la caída de los intocables

Arizona ha cambiado mucho desde 2010. Llegué más o menos en esas fechas a Phoenix y recuerdo que costaba hasta respirar por la tensión política que se sentía en el ambiente. No era solo miedo, era un desasosiego por saber que el futuro era casi irremediable, era como si se pudiera palpar una muerte anunciada de la esperanza de los migrantes.

El año 2010 y el recrudecimiento del odio

Ese fue un año crucial. Hubo un éxodo de migrantes, de familias de estatus migratorios mixtos y de recién llegados; se promulgó la SB1070; la mayoría de los republicanos conservadores ganaron las elecciones estatales; las redadas se multiplicaban; ICE no cesaba en los operativos y remociones; ser de color te convertía en un blanco y el acento nos daba el jaque mate. Sí, el perfil racial no era imaginario; el temor tampoco. Había protestas, marchas y boicot; fue un doloroso despertar político.

Arizona y las elecciones intermedias

Recuerdo las redadas de Arpaio a todas horas. Se amparaba en la ley de sanción a empleadores para perseguir y castigar a trabajadores indocumentados; eran cientos los empleados tras las rejas y menos de un puño los dueños de compañías que se enfrentaban a consecuencias. El autonombrado sheriff más duro del Oeste no solo se sentía, parecía ser intocable. Se burlaba de las demandas y las investigaciones; creía ser invencible.

Luego estaba Russell Pearce con esa arrogancia de que le caracterizaba. Se sentía poderoso y protegido. Sus propuestas de ley eran un golpe bajo a la población migrante, a todos aquellos que no se veían o pensaban como él; una bofetada a los que no lograban entrar en su círculo de amigos. Lo mismo Jan Brewer, que parecía tratar de deshacer todo lo que la gobernadora demócrata que la precedió había logrado. Ella tenía una batalla casi personal contra Obama y/o los demócratas, y ni siquiera intentaba disimularlo.

Era una tercia de políticos que siempre sacaba un as bajo la manga. Fueron potentes, importantes e intocables. Fueron hasta que ya no. Ya no son ni serán, por más que intenten figurar. Cayeron y se quebraron. Nosotros caminamos con los pies ensangrentados entre los cristales de su ego por mucho tiempo.

El año 2022 y la elección de no repetir el espanto

Y aunque mucho ha pasado en estos doce años, las elecciones de medio término podrían ser determinantes para saber si hemos retrocedido en el tiempo. Las primarias sentaron un precedente: los republicanos escogieron candidatos conservadores y radicales, respaldados por la ideología y la maquinaria política de Trump.

Arizona y las elecciones

Los demócratas se perciben desorganizados y faltos de fuerza, como si dieran por sentado que votarán por ellos solo por no ser los otros; y eso quizá funcionó para las presidenciales con Biden, pero no sería suficiente para una segunda vuelta. Tentar a la suerte dos veces sería demasiada benevolencia.

Será el votante independiente el que marque tendencia en este 2022 con miras al 2024. En estos comicios sabremos si en Arizona hay realmente un cambio, si se sigue votando por el partido o por el candidato, si se ha logrado combatir la indiferencia electoral y si los latinos en realidad se sienten motivados para votar. A muchos ya se les olvidó el 2010; otros votan porque no lo han hecho.

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