El COVID en América Latina es un peligro mundial
El viernes pasado, la cifra de muertos por COVID-19 en América Latina superó el millón de personas. La pandemia está allí fuera de control. El caos político y social que caracterizó por años al subcontinente se exacerbó a proporciones inimaginables.
Esta situación es en parte el resultado de la irresponsabilidad e ineptitud de los gobiernos.
Su inacción, encubrimiento, corrupción e indiferencia por el sufrimiento de sus conciudadanos, no es un problema nacional, sino una verdadera amenaza global.
Porque como ya tristemente sabemos, el COVID-19 no conoce fronteras.
El COVID en América Latina se expandió. El Perú más que duplicó su número oficial de muertos por la pandemia, de 69,342 a 180,764, dejando al país con la tasa de muerte por coronavirus más alta del mundo.
Sus servicios médicos están al borde del colapso y existe una escasez crítica de camas en las unidades de cuidados intensivos, además de, especialmente, vacunas. Los otros países de la región pasan por crisis similares.
En Bogotá, Colombia, el alcalde advirtió a los residentes que se preparen para «las peores dos semanas de nuestras vidas».
Uruguay era antes una historia de éxito, pero ahora vive la segunda tasa de mortalidad del mundo, seguido por Argentina, Colombia y Paraguay.
En la Argentina, la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) decidió no celebrar allí el torneo Copa América, dos semanas antes del inicio de la competencia, por el COVID.
Sorprende que en su lugar, esté eligiendo como anfitrión a Brasil, otro foco de la pandemia, con casi 17 millones de casos y medio millón de muertes, en vez de postergar el torneo.
Miles de personas salieron a la calle allí esta semana en protesta por el fracaso del presidente Bolsonaro en reconocer el peligro del coronavirus.
La mitad de las 3,4 millones de muertes por COVID-19 en el mundo han ocurrido en las Américas. Pero según Carissa Etienne, directdora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). las cifras reales son más altas.
Y Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la Organización Mlundial de la Salud o OMS, dijo esta semana que es un error creer que el peligro del COVID-19 está tras nuestro. Especialmente, refiriéndose a América Latina.
El ritmo de la vacunación contra el COVID en América Latina es demasiado lento. De más de 700 millones de personas, solo 37 millones están vacunadas.
Ante la inacción y la incompetencia mostrada, la comunidad internacional debe considerar al subcontinente zona de emergencia y enfocar allí sus mejores esfuerzos.
Al menos, suscribirse a la meta de la OMS: al menos el 10% de la población mundial vacunada para fines de septiembre y al menos el 30% para fines de año.
Estados Unidos debe liderar en los esfuerzos de ayuda. Porque si no se detiene el creciente número de casos en la región, podría costarnos todo lo que hemos hecho hasta ahora para combatir la pandemia.